1000
MÁXIMAS de DON BOSCO
Recopiladas por el
P. Rafael SÁNCHEZ VARGAS, SDB
REPRODUCCIÓN
del CENTRO ACS
"Mamá
MARGARITA" - BERNAL
Belgrano
280 (1876) - BERNAL
Pcia. Bs.
Aires - ARGENTINA
TE: 54
(011) 4252-0046
INTRODUCCIÓN
En este
mes de agosto, el día 16, memoramos el nacimiento de nuestro padre y fundador
San Juan Bosco. Sus consejos son para nosotros los miembros de su Familia, para
todos los innumerables amigos de su obra, y para toda persona de bien, una guía
espiritual permanente que nos ayuda a ser buenos cristianos y honestos
ciudadanos, como él lo propuso a sus muchachos para transitar nuestra ascesis
de perfección camino a la santidad.
Por eso, habiendo hallado esta valiosa Colección de
sus Pensamientos, obra del P. RAFAEL SÁNCHEZ VARGAS SDB, que fuera editada en
1966 por los Salesianos de México, al cumplirse los 150 años del nacimiento de
Don Bosco, nos pareció de suma utilidad por su gran trascendencia, tomarnos el
atrevimiento de reproducirla para uso de los Cooperadores Salesianos de nuestro
Centro "Mamá MARGARITA" de Bernal, y para muchas otras personas de
buena voluntad que comparten la experiencia de estos mismos valores humanos y
cristianos.
PRESENTACIÓN
"san Juan
Bosco, forjador de nuevas generaciones, es hasta el presente el primero y único
educador que ha sabido llevar a los altares a los estudiantes laicos; es, pues,
todo un revolucionario en el modo de hacer santos, y creó un método original de
educación, llamado Sistema Preventivo, basado en religión y amor, que
actualmente fue considerado inclusive en el Concilio Vaticano II.
Uno de los secretos consistía en
esas frases lapidarias, consejos cortos y acertados, como palabras al oído, que
fascinaban y encantaban, aún pasados los años inquietos de la juventud,
sirviendo como de "slogan" a los educadores.
Un intrépido hijo de Don Bosco,
el P. Rafael Sánchez Vargas SDB, alma de poeta, avezado en el apostolado
donboscano, tuvo la paciencia de sacar de los veinte tomos de las Memorias
Biográficas de Don Bosco, estos consejos cortos o máximas, que ese genio de la
educación moderna tan atinadamente utilizó y que en nuestros días constituyen
un verdadero arsenal de formación y guía espiritual para padres de familia,
para educadores, sacerdotes y confesores. Viene pues, muy a propósito el presente
libro... habiendo sido Don Bosco quien tanto bien hizo con el apostolado de la
pluma, el iniciador de las famosas Lecturas Católicas... Es pues, la mejor
forma de honrar el nacimiento de nuestro Padre Don Bosco".
México,
D.F., 16 de agosto de 1966.
NOTA: P.
Francisco E. Erdey. SDB
La mayor parte de los textos de las Máximas fueron
extraídos principalmente de las "Memorias Biográficas" de Don
Bosco (se indica el número del Tomo y de la Página), y de la publicación sobre
Don Bosco de la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC).
ALEGRÍA
1 Para nosotros la base de toda santidad consiste en
estar siempre alegres. (VI, 356).
2 Alegría, estudio y piedad: es el mejor programa
para hacerte feliz y que más beneficiará tu alma. (VII, 494).
3 Muéstrate siempre alegre, pero que tu sonrisa sea
sincera. (VI, 697).
4 Para ser bueno basta practicar tres cosas y todo te
resultará a pedir de boca. ¿Cuáles son estas tres cosas?: Alegría, estudio y
piedad. (VII, 494).
5 ¡Mi mayor satisfacción es verte alegre!. (IX, 627).
6 Estando siempre alegres, ni cuenta nos daremos qué
pronto pasa el tiempo (I, 374).
7 Es imposible pretender cosas extraordinarias de la
juventud, ya es bastante lograr simplemente que sean buenos y que estén siempre
alegres. (II, 566).
8 Dios favorece al hombre alegre. (IX, 819).
9 El demonio no puede resistir a la gente alegre. (X,
648).
10 Alegría, oración y comunión son
el secreto de nuestra resistencia. (X, 1178).
11 Si quieres una vida alegre y
tranquila, procura estar siempre en gracia de Dios. (XII, 133).
12 Para ejercer una influencia
benéfica entre los niños, es indispensable participar de sus alegrías. (XII,
207).
13 ¿Queréis estar siempre
satisfechos y risueños?. Es la obediencia la que nos lleva a esa alegría.
(XIII, 210).
14 Vuestras plegarias y alabanzas
para que sean agradables a Dios, hacedlo no solamente con recogimiento de
espíritu, sino con gozo y alegría de corazón. (BAC, 679).
15 Lo que alegra y halaga al cuerpo,
ha de beneficiar también al espíritu, para que así todo se disponga a la mayor
gloria de Dios. (XII, 143).
16 Al Señor le agrada que le sirvan
con gusto, porque haciéndolo con alegría y de corazón, se ama más a Dios. (XII,
610).
17 Mientras los alumnos se dejen
guiar por la obediencia, como una madre lleva de la mano a su hijo, reinará la
paz y la alegría en nuestro Oratorio. (XVII, 111).
18 Mientras conservéis vuestra
alegría, os alejaréis del pecado. (III, 603).
ALMA
19 Tus pensamientos, palabras y
obras, todo ha de convertirse en beneficio de tu alma. (VI, 442).
20 ¡Hijo!, tienes una sola alma; es
preciso que la salves. (III, 608).
21 Si yo sintiese tanta solicitud
por el bien de mi alma, como la tengo por el bien del alma de otros, estaría
seguro de salvarme. Con gusto
sacrificaría todo, con tal de poder ganar el corazón de los jóvenes y
ofrecérselos al Señor. (II, 250).
22 No pienses que vives en el mundo
únicamente para divertirte, enriquecerte, comer, beber y dormir, como los
animales privados de razón; pues el fin para el que has sido creado es
infinitamente superior y más sublime; esto es: amar y servir a Dios en esta
vida y salvar tu alma en la otra. (BAC, 686).
23 Tengo una alma sola: si la
pierdo, ¿de qué me servirá haber vivido?. (IV, 55).
24 La mejor obra que se puede hacer
en este mundo es atraer las almas perdidas al buen sendero, a la virtud. (I,
475).
25 Comprenderás mejor la importancia
del bien, si consideras que tu salvación eterna o tu condenación, depende
únicamente de ti. (BAC, 686).
26 Salvando tu alma, serás feliz
para siempre; pero, si la pierdes, lo pierdes todo: alma, cuerpo, cielo, Dios,
que es tu supremo fin ... , y esto, por
toda la eternidad. (BAC, 686).
27 Quien se preocupa mucho de su
cuerpo y poco de su alma, acaba por caer en los brazos del demonio. (IX, 37).
28 Si cooperas a salvar un alma, aseguras
la tuya propia. (XVIII, 470).
29 Cuando se trate de salvar un
alma, no se miden las consecuencias. (V, 661).
30 Para salvar nuestra pobre alma,
hay que estar dispuesto a todo. (X, 1239).
AMISTAD
31 La dulzura en el hablar, en el
obrar y en reprender, lo gana todo y a todos. (IV, 93).
32 Sin sonrisa no es posible
demostrar amistad. (XVII, 108).
33 ¡Cuántas almas se pueden atraer
con el buen ejemplo!. (IX, 348).
34 El que regala un libro bueno,
aunque no tuviera más mérito que haber suscitado un buen pensamiento, ya ha
ganado un mérito incomparable delante de Dios. (II, 375).
35 Si alguno se inclina hacia las
amistades particulares, o que, aún remotamente, corra peligro en la
moralidad, cámbialo prudentemente de
sitio; si fuera necesario, dale otra ocupación; y si pusiera en peligro la
inocencia de algún compañero o de algún alumno, destínalo a otra ocupación y da
aviso oportunamente. (VII, 525).
36 No os fiéis de la amis tad de los
que hablan mal de sus superiores o que tratan de alejaros de vuestros deberes.
(III, 167).
37 Quien da o escucha malos
consejos, está ciego y se hace esclavo del demonio. (IX, 34).
38 Dominad vuestros impulsos y
tendréis muchos amigos y ningún enemigo. (VI, 102).
39 Quien conversare contigo, ha de
separarse de ti como amigo. (X, 1183).6
AMOR
40 Sin amor, es inútil cualquier
sacrificio del educador. (V, 544).
41 (Una de las últimas frases de Don
Bosco a Don Rúa). "Que te amen". (XVIII, 537).
42 Para poder ser amado hay que
demostrar primero que se ama. (XVII, 111).
43 No basta amar a los niños, es
preciso que ellos se den cuenta que son amados. (XVIII, 30).
44 Sin cariño, resulta estéril toda
educación. (VIII, 752).
45 No todos pueden ayunar emprender
viajes largos; no todos pueden dar grandes limosnas, pero todos pueden amar a
Dios; basta quererlo. (V, 566).
46 A Dios no le placen las cosas
hechas por la fuerza. Siendo Él, el Dios del amor, quiere que todo se haga por
amor. (VI, 15).
47 Para que el amor fraterno sea
realmente verdadero, debe ser tal que el bien de uno sea para el bien de todos,
y el mal de uno lo sientan todos. (XII, 630).
48 Los jóvenes ... se muestran muy
dóciles cuando están convencidos de que la persona que les manda los ama.
(XVII, 108).
49 Los jóvenes secundados en lo que
les agrada, poco a poco comienzan a amar lo que antes no les gustaba; como la
disciplina, el estudio, la mortificación de sí mismos, adquiriendo esto con
entusiasmo y amor. (XVII, 111).
50 Es el amor el que ayuda a
soportar a los superiores las fatigas, los disgustos, la ingratitud, los desórdenes,
los defectos y la negligencia de los jóvenes. (XVII, 111).
AUTORIDAD
51 La Congregación tiene como fin
especial sostener la autoridad de la Santa Sede, doquiera que se encuentre y
dondequiera que trabaje. (XVIII, 487).
52 Recomendamos siempre la
obediencia a la autoridad civil, porque quien gobierna está puesto por Dios
para mandar. (II, 450).
53 Respetad todas las autoridades
constituidas como ciudadanos, pero como católicos depended del Sumo Pontífice.
(IX, 417).
54 La religión Católica es el
fundamento de la prosperidad en los estados, porque los súbditos no serán
fieles a la autoridad civil si no son fieles primero a Dios. (IX, 443).
55 Mi mejor consejo es éste:
examinar de un modo práctico cómo dar al César lo que es del César, para que al
mismo tiempo se dé a Dios lo que pertenece a Dios. (XIII, 288).
56 Cuando surja alguna dificultad
con la autoridad temporal o eclesiástica, procurad presentaros a explicar la
razón de vuestro proceder. La exposición personal de vuestras intenciones
disminuye bastante y posiblemente desvanece el juicio que alguna mentalidad
pudiera haberse formado de vosotros. (XVII, 270).5
BIEN
57 Ser bueno no consiste en no
cometer ninguna falta, sino en saber enmendarse. (VI, 322).
58 Nuestra vida es tan fugaz, que
apenas nos alcanza el tiempo para hacer el bien. (Mamá Margarita, I, 77).
59 El sacerdote para hacer mucho
bien necesita unir a la caridad una fuerte dosis de amabilidad. (III, 49).
60 Para hacer el bien se necesita
valor, estar dispuesto a sufrir cualquier mortificación, no hacer sufrir nunca
a nadie, se siempre amable. (III, 52).
61 Siempre se debe preferir el bien
general al particular. Nuestro beneficio particular no debe tomarse en cuenta
cuando se trata del bien común. (XVII, 660).
62 La mejor manera de adquirir
méritos consiste en hacer el bien sin mirar a quien, cada vez que esté a
nuestro alcance, sin esperar recompensa del mundo, sino de Dios solamente.
(VII, 418). 5
63 Nunca suprimas el bien para
impedir un mal. (XI, 203).
64 Cuando se trate de hacer el bien,
no te fijes en ningún interés material. (XIII, 286).
65 A los niños se hace mucho bien
tratándolos siempre con amabilidad. Hay que amarlos y estimarlos a todos por
igual, aunque alguna que otra vez no lo merezcan. (XIII, 286).
66 Cuando se trata de practicar el
bien, los mundanos encuentran siempre muchas dificultades. (XIII, 232).
67 Por mucho que nos critiquen
sigamos nuestro trabajo adoptando el siguiente sistema y precioso lema: obrar
bien y dejar a la gente que hable. (XII, 286).
68 Para que nuestras obras sean
meritorias: expongamos la verdad, concretémonos a los hechos, y no entremos
nunca en polémicas. (XIII, 883).
69 Las buenas obras es mejor
hacerlas cuanto antes. (XV, 601).
CARIDAD
70 No es justo que viva de la
caridad de otros quien puede bastarse a sí mismo. (V, 754).
71 Sacrificaré todo para ganar el
corazón de los jóvenes, a fin de poderlos regalar al Señor. (VII, 250).
72 No os recomiendo penitencias ni
mortificaciones, pues, seréis dignos de mérito y gloria de la Congregación, si
os soportáis unos a otros en las penas y disgustos de la vida, con cristiana
resignación. (XVII, 267).
73 Viviendo sin preocupaciones,
fácilmente se olvida uno del Señor. (VI, 329).
74 Quien protege a los huérfanos,
será defendido por Dios en los peligros de la vida, y en la hora de la muerte
María Santísima lo salvará. (XVIII, 864).
75 La manera más eficaz para obtener
el perdón de los pecados y asegurarse la vida eterna, es proteger a los niños.
(XIII, 247).
76 Yo os aseguro que quien no da lo
superfluo, defrauda al Señor. (BAC, 738).
77 Demos bastante si queremos
conseguir mucho. (BAC, 745).
78 Proteged a los pobres, si queréis
llegar a ser ricos. (BAC, 749).
79 Quien protege a los pobres, será
largamente recompensado por Dios ante su divino tribunal. (BAC, 749 - XVIII,
863).
80 La mejor manera de apaciguar las
controversias consiste en tener paciencia y caridad. Vince
in bono malum. Por lo demás estemos contentos en unión con Dios. (X,
448).
81 Disimula las faltas ajenas y
nunca te burles de nadir. (XIII, 880).
82 Para trabajar con éxito, téngase
caridad en el corazón y paciencia en la ejecución. (XVI, 32).
83 He visto con toda claridad que
los jovencitos que han salido de las correccionales -si encuentran una mano
benévola que los cuide y los coloque con buenos patrones, los visite de vez en
cuando durante la semana y los ayude a pasar bien los días festivos- , se
regeneran, olvidan lo pasado, se hacen buenos cristianos y honrados ciudadanos.
(II, 12).
84 Dios bueno, en su infinita
misericordia se complace en ayudad y perdonar. (IX, 178).
85 La mayor satisfacción de nuestra
vida será si logramos que la caridad reine perfectamente entre nosotros. (XV,
682).
86 El mejor estímulo para amar y
servir a Dios es su infinito amor que nos rodea. (BAC, 669).
87 Las obras no son de caridad
cuando se hacen por interés. (VI, 371).
88 Nunca dejemos escapar la ocasión
que se nos presenta para hacer el bien. (VI, 493)
89 Ayúdame a salvar muchas almas,
pero primero la tuya. (III, 620).
90 Sé espléndido con los pobres, si
quieres llegar a rico. La limosna además cubre la multitud de tus faltas. (P.M.
15).
91 La primera caridad ha de ser la
que usamos con nuestra propia alma. (XVI, 316).
92 Ser amigo de Don Bosco significa
que me ayudes a salvar tu alma. (VI, 384).
93 Amar a todos, para conducirlos a
todos al Señor. (II, 525).
94 Es más bello el amor unido a la
caridad. (XIII, 149).
95 Súfrelo todo, con tal que no te
olvides de la caridad. (XIII, 881).
96 Con caridad y paciencia todo se
alcanza y hasta se llegan a juntar rosas sin espinas. (III, 35).
97 La caridad no distingue razas, no
mide distancias ni prefiere lugares. (XVIII, 237).
98 La caridad de los buenos no tiene
límite. (XVIII, 160).
99 Donde reina la caridad, ahí está
la felicidad. (VI, 245).
100 Humildad, caridad y modestia, no
pueden estar separadas la una de la otra. (IX, 436).
101 La práctica de la caridad es la
base de la verdadera educación y buena crianza. (IX, 996).
102 La corrección fraternal es el
fundamento de la caridad. (IX, 998).
103 El mejor consuelo en las grandes
contrariedades, lo proporciona la tranquilidad de y la caridad. (X, 448).
104 El bien de uno, sea para bien de
todos, el mal de uno sea rechazado como el mal que afecta a
todos.
(X, 1311).
105 Practicad la caridad, toda
vuestra caridad con todos. (XI, 389).
106 Recordad que la educación depende
de la formación del corazón. (XVI, 447).
107 Siempre ha de triunfar la
caridad. (III, 369).
108 Caridad es la virtud que
distingue a los hijos de Dios de los hijos del mal y del mundo. (III, 607).
109 Dar buenos consejos a los
compañeros, es una manera de hacer obras de caridad. (III, 607).
110 Sabed compenetraros en todo como
se hace entre buenos hermanos. (IV, 208).
111 La caridad sea la guía de todas
nuestras acciones, que al fin y al cabo, redundarán siempre en nuestro propio
bien. (VII, 404).
112 El vínculo que une a la sociedad,
a las congregaciones, es el amor fraterno. (XII, 630).
113 Amáos los unos a los otros,
aconsejáos, corregíos recíprocamente, no seáis envidiosos, ni guardéis rencor.
Antes, el bien de uno sea el bien de todos, las penas y los sufrimientos de uno
ténganse como penas y sufrimientos de todos; y esmérese cada uno por alejarlas
o al menos mitigarlas. (VII, 526).
114 Si se trata de cosas espirituales
o simplemente morales, entonces las divergencias resuélvanse en tal sentido que
cedan a la mayor gloria de Dios y el bien de las almas. Empeñáos, puntillos,
espíritu de venganza, amor propio, pretensiones y hasta el honor, todo debe
sacrificarse antes que la caridad. (VII, 526).
115 En caso de divergencias en cosas
materiales, cede en lo posible, con tal que se conserve la caridad. (VII, 526).
116 Búsquese el modo de excitar la
caridad de otros hacia nosotros con obras pías y exhortaciones El Señor dice: "Ayúdate que yo te
ayudaré". Es necesario que nosotros hagamos todo el esfuerzo posible. No
se espere la ayuda de la Divina Providencia, estando nosotros sin hacer nada.
Ella se moverá cuando haya visto nuestros esfuerzos generosos por su amor.
(XII, 79).
117 Socorred a los huérfanos en la tierra
y el buen Dios os hará ricos un día en el Paraíso. (XVIII, 862).
118 Digamos siempre de corazón:
Perdónanos nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
Pero con un olvido absoluto y definitivo de todo lo que en el pasado nos haya
ocasionado algún ultraje. Amemos a todos con amor fraterno. (XVII; 265).
119 No se oculte el sol sin que os
apartéis de todo rencor. (XVII, 271).
120 Será para vosotros siempre un día
hermoso, cuando logréis, a base de beneficios, vencer un enemigo o ganaros un
amigo. (XVII, 271).
121 Asiste a los hermanos, ayúdalos,
instrúyelos, de modo que puedan cumplir sus propios deberes. Jamás emplees
palabras ásperas y ofensivas. (XVII, 266).
122 Imponte una pequeña privación, y
el pan que te sobra dalo a un necesitado, porque detrás de la mano del pobre
está la mano invisible del Señor, que acepta la limosna como si a Él mismo se
hiciera. (Casa de la Fortuna, Acto I, Escena II).
123 Es una obra de misericordia el
dar de comer al hambriento, pues, que corta es la vida, quiero que durante mis
días ninguno que llegue a mi casa se retire descontento. (Casa de la Fortuna,
Acto I. Escena II).
124 Aún los malos admiran la caridad,
aunque no la practiquen. (XII, 583).
125 Hagamos a los demás lo que
quisiéramos que los demás hicieran con nosotros. (Casa de la Fortuna, Acto I,
Escena IV).
126 Es necesario ser tolerante,
porque manchas no le faltan ni al sol. (Casa de la Fortuna, Acto I, Escena IV).
127 Haciendo el bien nada se pierde.
(Casa de la Fortuna, Acto I Escena VII).
128 La venganza es de almas viles, y
el perdón es propio del cristiano. (Casa de la Fortuna, Acto II, Escena IV).
129 Da buenos consejos siempre que se
presente la ocasión, especialmente cuando se trate de consolar a un afligido, y
acude en su ayuda para que supere alguna dificultad o para prestar algún
servicio. (XVII, 267).
130 No sólo olvida con facilidad los
sinsabores y las ofensas personales, sino con benevolencia y con atenciones
vence, o mejor dicho, corrige a los negligentes, desconfiados y suspicaces.
(XVII, 267).
131 La caridad de los buenos no tiene
límites. (XVIII, 42).
132 No abusemos de la caridad que los
otros nos proporcionan. No busquemos más comodidad. "Teniendo vestido y
alimento quedemos satisfechos". "Habens victum et vestimentum his
cotentus ero" y nada más.
133 (A los misioneros). Praticad la
caridad y emplead suma cortesía con todos. (XI, 385).
134 Muchas personas reconocieron que
su situación comenzó a mejorar desde el momento que empezaron a hacer caridad a
los niños pobres. (II, 339).
135 La caridad y la cortesía sean las
notas características de un Director, tanto para con los internos como para los
externos. (VII, 526).
8
136 Jamás reprendas a tus hermanos ni
los humilles en presencia de los demás, sino avísalos siempre "in camera caritatis",
o sea dulcemente y estrictamente en privado. (XVII, 266).
137 Todos los hermanos salesianos que
moran en una misma casa formen un solo corazón y una sola alma con su Director.
(XVII, 267).
138 Siembra a manos llenas, porque
obrando bien te beneficiarás en esta vida y recogerás mejores frutos en la
otra. (P.M. 14).
139 La caridad es ingeniosa para
encontrar siempre motivos de alabanza. (IX, 565).
CASTIDAD
140 Lo que debe distinguirnos de los
demás, lo que debe ser la característica de nuestra Congregación es la virtud
de la castidad. (XII, 224).
141 La castidad será el mejor triunfo
de la Congregación y la forma más patente de agradecer a Dios tantos favores
que nos ha concedido. (XII, 225).
142 Si alguno moralmente no está
seguro de poder conservar la castidad, por caridad, no intente hacerse
sacerdote ni religioso. (XI, 574).
143 Vino y castidad no pueden estar
juntos. (IV, 184).
144 Humildad, obediencia, castidad,
serán siempre agradables a María Santísima. (VIII, 131).
145 La virtud sobresaliente de los
Salesianos debe ser la Castidad; así como los hijos de San Francisco de Asís se
distinguen por su pobreza, y los hijos de San Ignacio sobresalen por la
obediencia. (SM. 183).
146 Medios positivos para conservar
la castidad: oración, evitar el ocio, frecuentar los Santos Sacramentos y ser
cuidadoso en las cosas pequeñas. (IX, 708).
147 Medios negativos para conservar
la castidad: huir de las ocasiones. (IX, 709).
148 Gula y castidad y especialmente
vino y castidad, nunca pueden armonizar en una persona. (XI, 517).
149 Estad seguros que seréis
bendecidos del Señor si conserváis la bella virtud, y huís de todas las cosas
contrarias a la castidad. (XI, 522).
150 Mientras uno no pueda estar
moralmente seguro de conservar la castidad - que es el fundamento y base de las
otras virtudes- , yo no le aconsejaría que siguiera adelante en la vocación.
(XI, 574).
151 La castidad es, según mi parecer,
la base de todas las virtudes, que debe servir como fundamento básico de un
edificio religioso. (XI, 580).
152 La bella virtud de la castidad es
el centro de las demás virtudes. (XII, 15).
153 La ocupación constante es el
medio más eficaz para conservar la castidad. (XII, 16).
154 La mortificación de los sentidos
nos ayuda a conservar la castidad y a fortificar el espíritu. (XII, 15).
155 En los tiempos actuales, es
necesario contar con una modestia a toda prueba y con una castidad firme. (XII,
224).
156 La castidad es la reina de las
virtudes, la virtud que conserva las demás. (XII, 470).
157 Quisiera emplear días enteros
para hablaros solamente de la castidad. (XII, 564).
158 La castidad perfecta asegura la
victoria sobre todos los vicios. (XII, 626).
CEREMONIAS
159 Las ceremonias influyen para
conservar es espíritu religioso. (XVII, 189).
160 El recogimiento religioso y
devoto durante las ceremonias sagradas es de grandísima edificación para los
fieles; además de que la santidad del acto lo requiere así. (XII, 61).
161 Las ceremonias bien hechas
demuestran la seriedad y sensatez con que se debe proceder en el estado
eclesiástico.
(XII,
89).
CIELO
162 Todo el bien que los demás hagan
por nuestra sugerencia, acrecentará el esplendor de nuestra gloria en el cielo
(XVII, 491).
163 Si el pensamiento del infierno es
aterrador, que nos llene de consuelo la esperanza del Paraíso, en donde se
gozan todos los bienes. (BAC. 675).
164 Si os juntáis con los buenos, os
aseguro que iréis con ellos al Paraíso. Si con los malos, seréis desgraciados y
acabaréis por perder irreparablemente vuestra alma. (BAC. 683).
165 El afecto hacia las cosas de la
tierra, disminuye y ahoga el deseo por las cosas del cielo. (VIII, 774).
166 Caminad con los pies en la
tierra, pero teniendo la mirada y el corazón en el cielo. (V, 544).
167 La llave y la cerradura que usaba
Domingo Savio para entrar por el camino del cielo y cerrar la puerta al
demonio, eran la obediencia y una gran confianza en el Director Espiritual. (V,
649)
168 El mundo está lleno de tontos y
de astutos. Los astutos son los que trabajan y sufren para ganarse el cielo;
los tontos son los que viven su vida sin pensar en la eternidad. (VIII, 19-20).
169 Jóvenes, si queréis perseverar en
el camino del cielo, os recomiendo tres cosas: acercáos con frecuencia al
Sacramento de la Confesión, recibís la Santa Comunión, escoged un confesor a quien
podáis abrir vuestro corazón, y no lo cambiéis sin necesidad. (V, 145).
170 En los sufrimientos y en las
penas no hay que olvidar nunca que nos espera un gran premio en el Paraíso.
(VI, 442).
171 El camino para llegar al cielo no
son los placeres. (VII, 7).
172 Un pedazo de Paraíso todo lo
suple. (VIII, 444).
173 En el Paraíso no existirá ninguna
controversia. Todos pensaremos igual. (VIII, 444).
174 Las tribulaciones de esta vida
nos disponen para que deseemos más el Paraíso. (VIII, 774).
175 En el Paraíso se gozan todos los
bienes imaginables y para siempre. (XVIII, 483).
COADJUTOR
176 Se llaman Coadjutores porque
tienen el particular oficio de coadyuvar a los Sacerdotes en las obras de
caridad cristiana propias de la Congregación. No son servidores, sino
condueños. (BAC.28).
COMUNIDAD
177 No se escatime ningún sacrificio
para conservar la vida de comunidad. (XVII, 265).
178 Si en vuestra comunidad se
presentan honestos entretenimientos, tomad parte en ellos; pero evitad las
contiendas con los demás, las burlas, los apodos y el mostraros descontentos de
las diversiones que se os proporcionen. (BAC: 679).
179 La abundancia de los bienes
temporales fue siempre la causa de perdición de Comunidades enteras. (VI, 328).
180 Una comunidad que observa con exactitud
el silencio en el tiempo establecido, es ciertamente fiel a las constituciones.
En cambio, aquella comunidad donde cada cual habla según su capricho, por lo
general, no observa ni las reglas ni el orden. (VI, 773).
181 No es el número de las personas,
sino la caridad y el fervor, que constituyen en la comunidad la gloria del
Señor. (VIII, 476).
182 Los defectos de una comunidad
deben ser siempre disimulados. (IX, 565).
183 Es mucho mejor la condición de
una casa religiosa donde se reza poco y se trabaja mucho, a otra casa, donde
siempre están rezando, pero no trabajan. (IX, 566).
184 ¡Ay de aquellas casas religiosas
donde comienzan a vivir como si fueran ricos!. (IX, 702).
185 Cuando se introduce el ocio en
una comunidad, pronto quedará relajada; en cambio, si se trabaja con ahínco,
ningún peligro la amenaza. (XII, 438).
186 La unidad en el mando, de
espíritu y administración, es el fundamento y base de la comunidad religiosa.
(XII, 499).
187 Eliminad de una comunidad la
murmuración y la parcialidad, y se gozará de una paz perfecta. (XIII, 398).
COMUNIÓN
188 Las Comuniones hacedlas como se
debe. Hay algunos que se acercan a la Santa Comunión y no piensan en corregirse
de sus defectos: hacen la Comunión por la mañana y durante el día tienen a
veces conversaciones inconvenientes con los compañeros. Murmuran de esto o de
aquello, de los superiores, de los compañeros... ¿Cómo se podrá decir que han
hecho una buena Comunión?. (VIII, 55).
189 Después de la Comunión
entretenéos al menos un cuarto de hora en dar gracias. Sería una gravísima
irreverencia, si pocos minutos después de haber recibido el Cuerpo, la Sangre,
el Alma y Divinidad de Jesucristo, uno saliese de la Iglesia. (III, 162).
190 ¿Queréis saber mi deseo?.
Comulgad diariamente. El Concilio de Trento dice: "Sacramentaliter".
¿Entonces?. Entonces hacedlo así. Cuando no podáis comulgar sacramentalmente,
comulgad al menos espiritualmente. (VII, 678).
191 ¡Cuántos niños hay que no
escuchan la instrucción religiosa, las explicaciones sobre la santa ley de
Dios!. Preparadlos para recibir con frecuencia los Santos Sacramentos... ¡Ah!... "Parvuli petierunt panem, et non erat qui frangeret eis".
(Tr. IV,4). (II, 308-309).
192 Mostradme un jovencito que
frecuente la Confesión y Comunión; lo veréis florecer en su juventud, llegar a
una edad viril y alcanzar, si así place a Dios, la más avanzada edad, con una
conducta que será para ejemplo de quienes lo conocen. (VI, 145).
193 Quien no se acerca a la Comunión
con un desprendimiento de afectos mundanos y no se arroje incondicionalmente en
los brazos de Jesús, no podrá sacar los frutos que teológicamente se sabe que
deben ser los efectos de la Comunión. (XI, 278).
194 Dicen algunos que para Comulgar
es necesario ser santo. ¡No es cierto!. ¡Esto es un error!. La Comunión es para
quien quiere llegar a ser santo, no para los santos. Los remedios se dan a los
enfermos, el alimento a los débiles.
195 La Comunión es alimento que
proporciona vida, fuerza. (IX, 709).
196 La base de la vida feliz de un
jovencito es la Comunión, porque en ella encuentra la fuente de toda energía.
(XVIII, 177 - XIV, 126).
197 Un joven de Confesión y Comunión
frecuente, impresiona mucho más a sus compañeros que cualquier sermón. (III,
163).
198 Un consejo para ser feliz: evitar
el pecado y frecuentar la Santa Comunión. (XVI, 26).
199 Alejarse de la Comunión es dar
cabida a las insinuaciones del demonio. (VIII, 116).
200 La Comunión es fuente de energías
que debe ayudaros durante toda vuestra vida. (XII, 610).
201 Jesús Sacramentado es y debe ser
para vosotros el único y verdadero amigo. (XI, 522).
202 Recordemos que Jesús está
presente en el Santísimo Sacramento y es rico en gracias para distribuirlas a
quienes las imploran. (La Juventud Instruída, 136).
203 En cuanto a la Primera Comunión:
antes que el vicio se apodere de un joven, sea el Señor quien se posesione de
su corazón. (IV, 386).
204 El tesoro más grande que se puede
hallar en el cielo y en la tierra, está en el Sagrario, pues ahí habita el
Dueño de todo lo creado. (VI, 320).
205 ¿Queréis que el demonio os
asalte?. Visitad raramente a Jesús Sacramentado. ¿Queréis que huya de
vosotros?. Visitad frecuentemente a Jesús. (II, 259).
206 ¿Queréis que el Señor os conceda
muchas gracias?. Visitadlo con frecuencia. ¿No os importa que os conceda pocas?.
Visitadlo raramente. (II, 259).
207 Todos tienen necesidad de la
Comunión: los buenos, para mantenerse virtuosos; los malos, para enmendarse.
(XII, 567).
CONCIENCIA
208 Por nosotros mismos somos
incapaces de descubrir nuestros defectos. (IX, 999).
209 Nadie mejor para aconsejarnos,
que el Director de nuestra conciencia. (XI, 300).
210 Conciencia pura y limpia, he aquí
la verdadera tranquilidad para servir al Señor. (II, 385).
211 Conservad vuestra conciencia en
tal estado, que os permita acercaros, según el consejo del confesor, todos los
días a la Santa Comunión. (V, 926).
212 Dichosos aquellos que en esta
vida no tienen que soportar remordimientos de conciencia. (V, 926).
213 Está bien que uno sea siempre
limpio y aseado en su persona, pero es mucho mejor que esto, tener la
conciencia pura de todo pecado. (XIII, 417).
214 Sed prudentes, pero no olvidéis
nunca que vuestra prudencia debe consistir en salvaguardar vuestra fe, la
conciencia
y vuestra alma limpia. (VII, 32).
215 Quien tiene paz en su conciencia,
lo tiene todo. (XI, 248).
216 Quien no es capaz de perseverar
en tal estado, que su conciencia le permita comulgar durante una semana, yo
aconsejo no admitirlo a la Comunión frecuente. (XII, 131).
217 Un joven que haya tenido la
desgracia de no confesarse bien, de haber hecho una confesión sacrílega, tiene
su conciencia hecha una verdadera borrasca. (XII, 132).
218 Tened la seguridad que cuando un
joven por desgracia deja embrollar su conciencia, con el pasar de los años se
va empeorando. (XIII, 270).
219 Es ardiente deseo de la Iglesia
que todo cristiano viva siempre en tal estado que pueda recibir todos los días
la Santa Comunión. (XIII, 419).
220 Es aconsejable que cada año se
haga examen general de nuestra conciencia. (XV; 606).
221 No hay nada más penoso para un
sacerdote que tener que ver con una conciencia confusa. (XVI, 222).
CONFESIÓN
222 Está siempre dispuesto para
escuchar las confidencias de los que desearen confesarse contigo. Procura
alejar hasta la más lejana sospecha de que recuerdas lo que te dijeron en la
confesión. No haya ni sombra de parcialidad para quien se confiesa con uno,
prefiriéndolo a otro. (VII, 526).
223 Acoged con amabilidad a toda
clase de penitentes, pero en especial a los jóvenes. Ayudadles a exponer el
estado de su conciencia, animadlos a frecuentar el santo Sacramento de la
Penitencia. Este es el medio más seguro de tenerlos alejados del vicio. Pones
todo vuestro esfuerzo en que practiquen los avisos que les déis para evitar las
recaídas. Corregidlos con bondad; puesto que si los reprendéis con aspereza, o
no vendrán a buscaros más, o bien ocultarán sus faltas por miedo a vuestro
severo requerimiento. (Miguel Magone, Cap. V).
224 Después de haber ganado la
confianza de los jóvenes, indagad con delicadeza si sus confesiones pasadas
fueron bien hechas. Autores célebres en moral ascética y de larga experiencia,
convienen en que, por lo general, las primeras confesiones de los niños suelen
ser nulas, o cuanto menos defectuosas, por falta de instrucción o por omisiones
voluntarias. (Miguel Magone, Cap. V).
225 Invítese al joven a escudriñar
bien el estado de su conciencia; particularmente desde los siete a los diez o
doce años. En esta edad se tiene conocimiento de ciertas faltas, pero no se
hace caso de ellas o se ignora el modo de confesarlas. El confesor sea
extremadamente prudente y de absoluta reserva; pero no omita aquellas preguntas
que se refieren a la santa virtud de la modestia. (Miguel Magone, Cap. V).
226 Cuando os solicitan para
confesar, prestáos de buen grado y no uséis mal modo no demostréis nunca
impaciencia. Recibid a los niños con modales dulces y con grande afabilidad. No
los reprendáis ni os asombréis por su ignorancia o por las cosas que os
manifiesten en confesión. (I, 153).
227 Se puede variar, sin escrúpulo,
de confesor, en caso de haber cambiado de domicilio o cuando no se puede acudir
a él sin grave incomodidad, o por enfermedad, o por razón de la mucha
concurrencia de penitentes que él pueda tener
en las
grandes solemnidades. (Miguel Magone, Cap. V).
228 Cuando uno fuera solicitado para
atender las confesiones de los fieles, se puede interrumpir el santo Oficio y
hacer más breve la preparación y la acción de gracias de la Misa, a fin de
prestarse a ejercitar este sagrado ministerio. (I, 129).
229 Si alguien, repasando su vida
anterior, recordase que ocultó algún pecado en sus confesiones, o tuviere la
más leve duda acerca de la validez de alguna de ellas, le aconsejo con el mayor
encarecimiento: Amigo, por amor de Jesucristo y por la preciosa Sangre que
derramó para salvar tu alma, te suplico que arregles el estado de tu conciencia
en la primera oportunidad en que te acerques a confesarte, exponiendo con
sinceridad todo lo que inquieta tu alma como si te hallases en el momento de la
muerte. (Miguel Magone, Cap. V).
230 Os aseguro que cuanto más
sinceros seáis con el confesor, más aumentará su confianza hacia vosotros y con
tanto mayor acierto podrá aconsejaros y advertiros lo que considere más
necesario y oportuno para el bien de vuestra alma. (Miguel Magone, Cap. V).
231 Si vuestra conciencia tuviera
algo que no se atreva a comunicar al confesor ordinario, acudís a otro, antes
de cometer un sacrilegio. (Miguel Magone, Cap. V).
232 Me acercaré al Sacramento de la
Penitencia cada ocho días y procuraré practicar los
propósitos
que haré en la confesión. (Miguel Magone, Cap. V).
233 Jóvenes míos, recordad que el
confesor es un padre que desea ardientemente haceros todo el bien posible y
alejaros del mal. (Miguel Magone, Cap.V).
234 Frecuentad a menudo a vuestro
confesor, rogad por él y seguid sus consejos. (Miguel Magone, Cap.V).
235 No os dejéis engañar nunca por el
demonio callando por vergüenza algún pecado en la confesión. Yo os aseguro,
jóvenes muy amados, que mi mano tiembla al trazar estos renglones ante el solo
pensamiento de que gran número de cristianos se pierden eternamente por no
haber declarado con sinceridad sus pecados en la confesión. (Miguel Magone,
Cap.V).
236 Si no sabes cómo explicarte,
basta que sugieras a tu confesor que hay algo en tu vida pasada que te tiene
pesaroso e intranquilo. El confesor no necesita más; tú sigue sus disposiciones
y ten la seguridad de que todo quedará arreglado. (Miguel Magone, Cap.V).
237 Si no tenéis un confesor fijo en
quien depositar vuestra confianza, os falta el amigo del alma. (Miguel Magone,
Cap.V).
238 Si encuentras un confesor
apropiado a las necesidades de tu alma, no cambies sin necesidad. (Miguel
Magone, Cap.V).
239 A lo que más importancia se debe
dar es a las prácticas de piedad. Vayamos con frecuencia a confesarnos.
Acerquémonos especialmente a la Santa Co munión, que es la que debe
alimentarnos toda la vida; dediquémonos a hacer obras buenas, cumpliendo así
nuestros deberes y visitemos a menudo al Santísimo Sacramento en la Iglesia.
(XII, 610).
240 Para volar al Cielo necesitamos
dos alas: la confesión y la Co munión. (VII, 50).
241 ¿Queréis entrar al cielo?. La
Confesión es la cerradura, la llave es la confianza en el confesor. Este es el
medio para abrir las puertas del Paraíso. (VII, 49).
242 Dios detesta el pecado y aborrece
a quien lo comete, pero... su bondad y misericordia es sin límites. (XVIII,
862).
243 Ante todo, os recomiendo que
pongáis cuanto esté de vuestra parte para no caer en pecado; pero si por
desgracia
cometéis
alguno, no déis oído al demonio tentador que os invita a que lo ocultéis en la
confesión. (Miguel Magone, Cap.V.)
244 El confesor ha recibido de Dios
el poder para perdonar todos los pecados, cualquiera que sea su número y
calidad. Cuanto más graves sean vuestras culpas, mayor será su gozo; porque
sabe que es mucho más grande la divina Misericordia que por su conducto os
concede el perdón y aplica los méritos infinitos de la preciosa Sangre de
Jesucristo, con lo que puede lavar todas las manchas de vuestra alma. (Miguel Magone,
Cap.V).
245 No temáis perder la estimación
del confesor comunicándole las faltas graves, ni que él haya de revelarlas a
otros, porque el confesor, ni por todo el oro del mundo -ni aún para salvar su
propia vida-, puede utilizar o servirse de lo que haya oído en la confesión, ni
comunicarlo a persona alguna. (Miguel Magone, Cap.V).
246 Confiad también en las oraciones
de vuestro confesor, que todos los días pide a Dios en la Santa Misa, que
conceda a sus penitentes la gracia necesaria para que sus confesiones sean
buenas, y la perseverancia en el bien. Y en justa correspondencia de caridad,
rogad vosotros por él. (Miguel Magone, Cap.V).
247 Las confesiones que no dan fruto,
no son buenas. (XII, 573).
248 El mejor método para tener éxito
en la educación consiste en saber hacer buenas confesiones. (IV, 555).
249 Que cada confesión sea tan
sincera como si fueses la última de vuestra vida. (XIII, 418).
250 El Señor nos asegura que al
escuchar la voz del confesor, a Dios mismo se oye. (III, 94).
251 No critiquéis la conducta de
nadie por frecuentar los santos Sacramentos; estas burlas atraen las
maldiciones de Dios. (VII, 191).
CONFIANZA
252 Haz el bien sin esperar
agradecimiento de nadir, sino de Dios únicamente. (VII, 418).
253 Insisto, que hay que tener necesidad
de tener suma confianza con los superiores en asuntos del alma; es la llave de
la paz interior, el arma más eficaz para ahuyentar la melancolía, el secreto
para encontrar la certeza y la satisfacción tanto en la vida como en la muerte,
y para alcanzar la perfección cristiana. (IV, 554).
254 Dios permite las tribulaciones,
para sacar mayor bien y mostrar su misericordia y poder. (VII, 461).
255 Os comunico un secreto que puede
haceros mucho bien: abrid vuestro corazón al superior, depositad en él vuestra
confianza y sed escuetamente sinceros. (XI, 263).
256 No se deben aceptar a los
aspirantes al estado eclesiástico, si no dan garantía de una moralidad a toda
prueba, o mientras no se dejen conocer lo suficiente y no tengan confianza en
los superiores. (XI, 269).
257 Mirad, hay ciertos individuos que
son herméticos: no hablan, no abren nunca su corazón al superior; guardan
siempre en su interior sus secretos. Estad atentos: "latet anguis in
herba". Son un verdadero flagelo, verdadera pesadilla para la congregación.
(XII, 468).
258 De la familiaridad nace el
afecto, el afecto lleva a la confianza; ésta abre los corazones de los jóvenes
que manifiestan todo a sus maestros, a los asistentes y a los superiores. Serán
sinceros en todo, estarán dispuestos para todo si se dan cuenta que son amados.
(XVII, 108).
CONSEJOS ESPIRITUALES
259 El demonio siempre se interpone
para impedir la conversión. (IX, 997).
260 Las debilidades del alma hay que
atenderlas por lo menos con el mismo cuidado como se trate la enfermedad del
cuerpo. (XVI, 441).
261 El escándalo es enemigo del buen
ejemplo. (XI, 552).
262 Nos sirva de lección y de
experiencia todo cuanto sucede. (XII, 251).
263 Los acontecimientos influyen en
el hombre, no el hombre en los sucesos. (XIII, 93).
264 Es ocioso quien se preocupe por
cosas innecesarias. (XIII, 801).
265 Las costumbres cuando son buenas
y llevan al bien, debemos seguir practicándolas. (XV, 605).
266 No basta saber las cosas, es
necesario practicarlas. (XVII, 630).
267 Las cosas o se hacen bien, o
mejor no se hacen.
268 Respeto a todos, miedo a ninguno.
(V, 661).
269 Cuando todo marche bien, no se
pretenda cambiar so pretexto de mejorar. (VIII, 228).
270 Cada cual trabaje según su propia
capacidad; el mérito depende de la intención. (BAC. 608).
271 Siempre que se pueda impedir un
mal aunque sea material, hágase lo posible por impedirlo. (BAC. 609).
272Antes de formar juicio sobre lo
que os refieren, o de fallar sobre una cuestión, oíd a las dos partes.
(Recuerdos a los primeros misioneros).
273 Reflexiona y piénsalo con calma
antes de resolver en asuntos de importancia; y en caso de dudas, determina lo
que creas que sea para la mayor gloria de Dios. (VII, 524).
274 Cúmplase con diligencia todos los
deberes. Con diligencia, quiere decir con amor, porque la palabra diligencia
viene del verbo "diligere", que quiere decir amar. (XII, 610).
275 Cumplir el deber con alegría y
con amor es la mejor preparación para bien morir. El Señor premia al obediente.
(XII, 610).
276 Nunca debemos sentirnos solos, Jesús
siempre nos acompaña. (XI, 363).
277 Todo pasa, lo que no trasciende a
la eternidad no tiene importancia. (IV, 556).
278 Dios nos ayuda a superar las
dificultades que son inevitables en este mundo, que según el Evangelio, está
todo lleno de la maldad. "Mundus totus in maligno positus est". (VI,
550).
279 Sé hombre, nunca te acobardes.
(III, 348).
280 Hijitos míos, aprovechando bien
el tiempo os habrá servido para vuestra salud eterna. (XVIII, 864).
281 La murmuración corrompe los
corazones. (XVII, 113).
282 Pobre del que trabaja esperando
alabanzas del mundo; el mundo es muy mal pagador y paga siempre con
ingratitud.
(X, 266).
283 Si no tenemos a quien acudir en
asuntos de importancia, imploremos luz del poder y amor de Jesús Sacramentado,
en la Santa Misa, durante la elevación. (VIII, 446).
284 Pecando, uno llega a ser el
enemigo de su propia alma. (BAC. 566).
285 Lo mejor es siempre enemigo de lo
bueno. (X, 869).
286 No nos creamos necesarios. (XII,
447).
287 Quien tiene la conciencia en paz,
lo tiene todo. (XI, 248).
288 La voz de la conciencia persigue
al pecador que le recuerda: eres enemigo de Dios. (XII, 133).
289 Todas las riquezas del mundo no
cuentan para nada en la eternidad. (VIII, 831).
290 Quien afirma ser cristiano y no
obra como tal, es un simple impostor. (XII, 364).
291 El demonio es amigo de las
tinieblas; trabaja siempre a oscuras. (VI, 321).
292 Dios no abandona a ninguno. (V,
160).
293 Falaz es el mundo. Dios es el
verdadero amigo. (III, 608 - IV, 59).
294 Que tu conversación sea siempre
inspirada en la dulzura. (VIII, 490).
295 Debes dar siempre importancia a
todas tus acciones. (III, 614).
296 Hay que tener cierta prisa para
hacer obras buenas, porque puede faltar tiempo y quedarse defraudado. (XVIII,
862).
297 Cuando se habla al pueblo, es
necesario que el pueblo nos entienda. (BAC. 36).
298 Contigo mismo, sé decidido. (VII,
524).
299 Dios es un buen Padre; confiemos
en Él. (VIII, 986).
300 La ociosidad e inercia, engendra
ruina, porque el ocio es el padre de todos los vicios.
Temblemos
de este monstruo. (X, 1054).
301 Los niños si no son aconsejados a
tiempo serán el flagelo de la sociedad. (XIII, 184).
302 Dios da tiempo y oportunidad para
practicar la religión. Hay que saber corresponder. (XIV, 86).
303 Si has de aconsejar o avisar, que
quien consulte contigo se retire de ti como amigo y contento. (XI, 17).
COOPERADORES
304 Los Cooperadores Salesianos son
el instrumento del cual se sirve Dios para propagar su gloria y la de su Santa
Madre. (XVII, 149).
305 Cuando escribáis a vuestros
parientes, decidles... que todos aquellos que tienen Salesianos o Hijas de
María Auxiliadora, serán salvos hasta la tercera o cuarta generación. (X, 631).
306 Nosotros rezaremos todos los días
por nuestros bienhechores. (XVIII, 862).
307 Escríbase a nuestros bienhechores
y a nuestros Cooperadores agradeciéndoles de mi parte cuanto hicieron por
nosotros mientras yo vivía en la tierra, y rogándoles continúen su ayuda para
el sostenimiento de las Obras Salesianas. (XVII, 259).
308 La salvación de la sociedad,
amados Cooperadores, está en vuestros bolsillos. (XVI, 16).
309 Llegará un tiempo en que ser
Cooperador Salesiano será sinónimo de buen cristiano. (XI, 74).
310 Cooperadores Salesianos son los
que ayudan a promover el espíritu católico (XI, 74).
311 Los Cooperadores Salesianos están
destinados a hacer mucho bien a la Iglesia y a la sociedad civil. (Pío XI,
XI,74).
312 Generalmente la Asociación de los
Cooperadores es bien vista por todos, porque no se mete nunca en política.
(XIII, 265).
313 Los Cooperadores Salesianos
tienen por delante un campo vastísimo de trabajo para hacer el bien. (XIII,
498).
314 La oración es la más efectiva
cooperación. (XIV, 791).
315 Hay que comprender bien el fin de
la Pía Unión. Los Cooperadores Salesianos no deben solamente recoger limosna
para nuestros colegios, sino adaptarse a todos los medios posibles para
cooperar a la salvación de sus hermanos y en particular de la juventud. Por lo
tanto manden a los niños al catecismo. Ayuden personalmente a dar doctrina,
preparen a los niños para la comunión y provean los vestidos convenientes;
propaguen los buenos libros y opónganse resuelta y enérgicamente a la lectura
de la prensa irreligiosa e inmoral. Todo esto entra en el programa de los
Cooperadores Salesianos. (XV, 500).
316 El fin de los Cooperadores
Salesianos es ayudar en los catecismos, difundir la buena prensa, enviar a los
niños a buenos colegios. (XVI, 413).
317 Los Cooperadores no son solamente
para las obras de Don Bosco, sino para hacer el bien a la Iglesia universal,
especialmente a sus respectivas Diócesis, constituyéndose como brazo derecho y
ayuda de los Obispos, de sus Párrocos, bajo la dirección de los salesianos,
tanto en sus obras de beneficencia, como con el catecismo, educación de los
niños pobres y similares. (XVII, 25)..
318 Los Cooperadores Salesianos son
el instrumento del que se sirve Dios para propagar su mayor gloria y la de su
Santa Madre. (XVII, 149).
DIRECTORES
319 Para que vuestra palabra tenga
prestigio y obtenga el efecto deseado, es necesario que el superior en toda
circunstancia
destruya su propio YO. (VI, 389).
320 La gloriosa distinción de nuestra
congregación debe consistir en nuestra castidad. (XIII, 83).
321 ¡Cuánto se encariña un joven
viéndose bien tratado!. Pone su corazón en manos del Superior. (XII, 88).
322 No mandar cosas dañosas a la
salud o que impidan el necesario reposo o hagan descuidar otras obligaciones u
órdenes de otro superior. (Manual del Director, XVIII, 89).
323 Al mandar, empléense siempre
expresiones y palabras de caridad y de mansedumbre. Las amenazas, la ira y
sobre todo la violencia, estén siempre ausentes de tu hablar y de tus acciones.
(Manual del Director, 189).
324 A los maestros que no les falte
nada para la comida, para el descanso y para la clase. Ten en cuenta sus
fatigas; y si se enferman o simplemente sienten molestias de salud,
reemplázalos prontamente. (VII, 524 -5).
325 Que te amen, que no te teman: al
mandar y al corregir, da a entender que deseas el bien, y no tu capricho.
Toléralo todo cuando se trata de impedir el pecado. Que todos tus esfuerzos
vayan dirigidos al bien de las almas que se te han confiado. (VII, 524).
326 Trata con preferencia los asuntos
que atañen a los hermanos. (XVII, 266).
327 Exige de los hermanos solamente
lo que son capaces de hacer y nada más. (XVII, 260).
328 Cinco normas indispensables para
el buen gobierno de la Casa: 1º. Cuenta de conciencia mensual; 2º. Leer cada
semana una parte de las Reglas o una parte de las deliberaciones capitulares.
3º. Distribuir bien las ocupaciones . El prefecto cuide de la disciplina y de
lo necesario para la mesa. 4º. Haya un encargado de la sacristía y del pequeño
clero. 5º. Cada uno dé sus clases lo mejor que pueda. (XII, 124).
329 Los Directores, conozcan bien a
sus súbditos y con exactitud, nuestras Constituciones. A éstas deles toda la
autoridad y la importancia suprema que realmente tienen. (XII, 80).
330 El Director tenga ascendiente
sobre los jóvenes, y para conseguirlo: 1º. Sea tenido por santo. 2º. Tenga
reputación de docto en cualquiera rama de la ciencia, especialmente en las que
interesan a los jóvenes. Si le preguntan y no sabe responder, diga al joven:
ahora no tengo tiempo, mañana te responderé, y es necesario que se instruya en
aquel punto para responder con precisión. 3º. Que los jóvenes sepan que son
amados. (VI, 302).
331 Dejo esto como testamento a los
Directores de las Casas particulares: Si estos avisos son puestos en práctica,
muero tranquilo, porque estoy seguro que nuestra Sociedad será cada día más
floreciente delante de los hombres y bendecida por el Señor, y conseguirá su
fin, que es la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas. (Manual del
Director, 190).
332 Un superior ha de ser padre,
médico, juez, y debe estar dispuesto a soportar y a olvidar. (VII, 508).
333 Procura repartir las ocupaciones
de tal modo que nadie esté sobrecargado de responsabilidades, y que cada uno
cumpla físicamente aquellos encargos que le fueron encomendados. (Manual del
Director, 187).
334 Instala cuanto antes la Compañía
de la Inmaculada Concepción. Tú serás tan sólo promotor y no director:
considera esto como incumbencia de los chicos... (VII, 526).
335 En la Casa de Don Bosco, ninguno
ha de estar a la fuerza. (XIII, 205).
336 La cosa más útil para la
Congregación es la observancia de las reglas. (X, 1089).
337 Cuando recibas queja de alguien,
aclara primero bien los hechos antes de juzgar. Con frecuencia se te dirán
cosas que parecen vigas, y que no son más que pajuelas. (VII, 524).
338 Evita las demasiadas
modificaciones en el alimento y no descanses menos de seis horas por la noche.
Esto es necesario para conservar la salud y promover el bien de las almas.
(VII, 524).
339 Preguntarás: ¿Con qué palabras se
gana el corazón de los muchachos?. Con las mismas que un día te dijeron a ti.
V.g.: ¿Cómo estás? -Bien-. ¿Y del alma?. -Así, así-. Deberías ayudarme en una
gran empresa: ¿me ayudarás?. -Si, ¿pero en qué cosa?-. En hacerte bueno. O
bien: a salvar tu alma; o bien: a hacerte el más bueno de nuestros jóvenes. Con
los más disipados: ¿Cuándo vas a comenzar?. -Qué cosa-. A ser mi consuelo, a
tener la conducta de Domingo Savio. Con los más alejados de los Santos
Sacramentos: ¿Cuándo quieres que rompamos los cuernos del demonio?. -¿En qué
forma?-. Con una buena confesión. -Cuando usted quiera-. Lo más pronto
posible... (Manual del Director, 194).
340 Los aspirantes necesitan al menos
dos conferencias especiales cada mes. En ellas trátese de cuánto debe practicar
o evitar un jovencito para poder ser buen cristiano. "El joven
cristiano" proporciona los principales argumentos sobre esta materia.
(XVII, 263).
341 Esforcémonos en adaptarnos a
nuestro tiempo. Respaldemos a las Autoridades... Procúrese respetarlas y
hacerlas respetar, sosteniéndolas aún a costa de sacrificios. Estos sacrificios
serán, con el tiempo y la paciencia, recompensados por Dios. (XVI, 416).
342 Los Directores, responsables ante
el público, hagan todos los esfuerzos, para conservar la moralidad. Los medios
son las Reglas y las deliberaciones, que deben ser observadas primero por ellos,
y por sus dependientes. Para esto es necesario que se conozcan. Por
consiguiente, en las dos conferencias mensuales, hágalas conocer. NO SE
REQUIEREN CONFERENCIAS DOCTAS; basta que se lean y después se agregue una breve
exhortación y explicación. (XVI, 416).
343 ¡PREVENIR... NO REPRIMIR!. ¿Qué
importa reprimir los desórdenes después de que han ocurrido?. ¡Ya se ha
ofendido a Dios!. (IV, Cap. VII).
344 Es un gran error y trabajo
perdido el no cumplir las cosas propuestas y aprobadas en Capítulo. (XVII, 270).
345 Para tratar asuntos de relativa
importancia en el Capítulo, propóngase de antemano bien por escrito o
verbalmente los asuntos que se quieran tratar. (XVII, 270).
346Con paciencia estudia el carácter
de las personas. O mejor aún: examina bien lo que valen los hermanos
que trabajan dependiendo de ti. (XVII, 260).
347 No permitas que se critiquen las
órdenes dadas en familia, ni que se desaprueben las cosas oídas en los sermones
y en las conferencias, o escritos, o impresas en los libros de algún hermano.
(XVII, 267).
348 Eviten todos las novedades a
excepción de las propuestas en las Conferencias o Capítulos. (XVII, 270).
349 Es indispensable que conozcas el
reglamento que cada hermano debe practicar en el cargo que se le ha confiado.
(XVII, 266).
350 Si los motivos de los desórdenes
o reproches fuesen públicos, es necesario llamar la atención públicamente.
(XVII, 266).
351 En las confidencias, concede el
tiempo y la libertad de hacer sus reflexiones y manifestar sus necesidades y
sus intenciones. (XVII, 266).
352 Como a pesar de los sacrificios y
de la buena voluntad, algunas veces se deben sostener pleitos y litigios;
aconsejo y recomiendo que se remita la controversia a uno o dos árbitros con
plenos poderes, dejando en sus manos la decisión. (XVII, 268).
353 La exacta observancia de las
reglas, y especialmente de la obediencia, es la base del éxito. Si quieres que
los demás te obedezcan, sé obediente a tus superiores. Ninguno es apto para
mandar si no es capaz de obedecer. (Manual del Director, 187).
354 En vez de hacer observaciones
sobre lo que hacen los otros, esfuércese cada uno con la mayor solicitud
posible por cumplir los cargos que le fueron encomendados. (XVII, 268).
355 Para que la corrección sea
eficaz, no se debe jamás reprender en presencia de otros. (I,153-4).
356 Cuando algún hermano tuviese
rivalidades y oposiciones con otros hermanos, es aconsejable que se cambie de
Casa y ocupación. Pero sea siempre amigablemente prevenido de sus defectos y
sugiéransele normas para regularse mejor en el porvenir y evitar los choques.
(XVII, 268).
357 Cúmplase puntualmente todos los
acuerdos, y vigílese atentamente para que las deliberaciones no resulten nunca
contradictorias. (XVI, 270).
358 Tanto en la Iglesia como en las
Conferencias, no se permitan jamás alusiones personales. Los avisos, las
reprensiones,
las indirectas hechas públicamente, ofenden y no logran enmienda. (XVII, 266).
359 Trate con frecuencia y con mucha
familiaridad a los hermanos, insistiendo en la necesidad de la observancia
uniforme de las Constituciones y en cuanto sea posible, recuerde las palabras
textuales de las mismas. (XVII, 267).
360 Sé paternal en las confidencias
(cuenta de conciencia). Abre tu corazón a todos, sin que jamás manifiestes
rencor a nadie, sin recordar faltas pasadas, sino da paternalmente avisos o
llama al deber a quien fuese negligente. (XVII, 266).
361 Es importante: Cuando un hermano
tiene fricciones con las autoridades eclesiásticas de una ciudad, lugar o
Diócesis, el Superior use la debida prudencia y déle otro cargo. (XVII, 268).
362 En el Consejo, concédase a todos
amplia libertad de hablar sobre los argumentos, en pro o en contra, como a cada
uno le parezca mejor en la presencia de Dios. (XVII, 270).
363 NO te olvides nunca de tomar la
cuenta de conciencia mensualmente en cuanto sea posible; en esta ocasión
recuerda que el Director tiene que ser el amigo, el hermano, el padre de sus
subalternos. (XVII, 266).
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364 Presentándose problemas graves,
consúltese con el Superior y aténgase estrictamente a su parecer. (XVII, 269).
365 La confianza es como una
corriente eléctrica entre los alumnos y superiores. Conecta los corazones,
manifiesta las necesidades y descubre los defectos. (XVII, 111).
366 LA habilidad de un Superior no
consiste sólo en hacer, sino también en procurar que los otros hagan su parte,
TODOS ESTÉN DE ACUERDO EN AYUDARSE MUTUAMENTE. Estúdiese el modo de disminuir
el trabajo, procurando que haya exactitud en todo. (XVI, 420).
367 Cuando el Director descubra a un
joven de costumbres sencillas, de carácter bueno, procure ganar su amistad.
Busque con frecuencia su conversación. Escúchelo de buena gana, encomiéndese a
sus oraciones, asegúrele que reza por él en la Santa Misa, invítelo, por
ejemplo a que haga la Santa Comunión en honor de la Sma. Vírgen, o en sufragio
de las almas del Purgatorio, por sus padres, por sus estudios, o cosa parecida.
Al terminar sus estudios en el Colegio, ayúdelo a escoger su vocación y el
puesto más ventajoso para su alma y que le sea de mayor consuelo en punto de muerte.
(XVII, 263).
368 Es cosa sumamente importante y
decisivo para la juventud, que jamás se aleje un niño descontento de nosotros.
Al contrario, que se aleje contento, con alguna promesa o una palabra que lo
anime a volver a buscarnos con gusto. (I, 153-4).
369 ¡Ah, que desgracia, cuando en una
Casa se forman dos bandos!. Son como dos campos, como dos banderas que si no
son contrarias, están al menos divididas. (V,
Cap. VII).
370 Quisiera persuadir a todos, o
mejor, darles una instrucción a todos sobre el espíritu salesiano que debe
animar y guiar nuestros actos y todas nuestras conversaciones. El Sistema
Preventivo debe ser nuestro sistema propio. Nada de castigos penosos, ni
palabras humillantes, ni reprensiones severas en presencia de los demás. (V, Cap. VII).
371 Siempre hay motivo para dar
gracias a Dios, a cuya bondad se debe el bien que se está haciendo entre
nosotros. (IV, 427).
EDUCACIONALES
372 Si queréis triunfar entre
vuestros alumnos, no os mostréis nunca resentidos contra ninguno. (XVII, 271).
373 La base de toda educación es
cuestión de corazón. (BAC. 35).
374 Los afectos sensibles son espinas
terrenales, la simpatía o antipatía apartan al educador de su verdadero fin, lo
hacen vulnerable, lo distraen de su misión e impiden que adquiera méritos para
la eternidad. (III, 35).
375 Soporta con paciencia los
defectos de los demás, si quieres que te soporten a ti. (P.M. 3).
376 Quien quiere ser amado, ame,
quien es amado obtiene todo, especialmente de los jóvenes. (XVII, 111).
377 Procura ser amado, más bien que
ser temido. (X, 1041).
378 Si queréis ser obedecidos y
respetados, haceos querer bien. (XIII, 826).
379 Las impresiones que más perduran
en el corazón de los jóvenes, son las que reciben durante su formación. (X,
1022).
380 De la sana educación de la
juventud, depende la felicidad de las naciones. (XII, 700).
381 Recordad que ciencia sin
conciencia, es la ruina de nuestra alma. (VIII, 166).
382 No peguéis jamás a ningún niño
por ningún motivo. (VI, 391).
383 La juventud antes de los doce
años no es capaz de hacer ni gran bien, ni gran mal. (IX, 855).
384 La primera felicidad de un niño
es saber que es amado. (IV, 455)
385 La educación de un niño debe
tener por base la formación de la voluntad. (XV, 78).
386 En los jóvenes, un principio de
duda les hace mucho mal. (III, 469).
387 Nunca os expreséis con desprecio
de un joven por ningún defecto, mucho menos en presencia de él o de sus
compañeros. Cualquier advertencia, dádsela confidencialmente, en privado y con
mucha dulzura. (VII, 508).
388 Enseñad de buena gana el
Catecismo; sazonad la clase con ejemplos de caridad hechos por los santos, que
demuestren la misericordia y la justicia de Dios, y ciertamente seréis
escuchados con avidez. (IX, 713-4).
389 La afabilidad sea vuestra manera
de tratar; ganaos los corazones de los jóvenes por medio del amor: recordad
siempre la máxima de San Francisco de Sales: "Más moscas se cazan con una
gota de miel que con un barril de vinagre". (IV,
Cap. VIII).
390 Las notas características en la
clase sean: dulzura, caridad y paciencia. Nada de palabras mordaces, ni
bofetones. Se deben usar castigos suaves, y siempre de tal manera que después
de las reprensiones se vuelvan más amigos nuestros, y no se alejen avergonzados
de nuestro lado. (IV, Cap. VII).
391 Convénzanse a los jovencitos de
la importancia de la Confesión y Comunión para que la practiquen; compréndanla
ante todo , aquellos que se ocupan de su educación, para poder insinuarla. (VI,
145).
392 Recomendad a los jóvenes la
confesión y comunión frecuentes. (Recuerdos a los Primeros Misioneros).
393 Las cosas que ordinariamente
faltan en las confesiones de los niños son: dolor de los pecados y el
propósito. Cuando faltan uno u otro de estos requisitos por su ignorancia,
aconséjese al niño que se instruya frecuentando las clases de religión o
estudiando el catecismo, si ya es capaz de leer y comprender lo que lee. En
caso de duda, si no se encuentra falta grave, se le puede dar la bendición
solamente. (I, 153).
394 Hágase notar, dígase y predíquese
siempre que María Auxiliadora ha obtenido y obtendrá siempre gracias
particulares, y aún extraordinaria y milagrosas a los que ayudan cristianamente
a la juventud en peligro, con obras, con consejos, con el buen ejempli o
simplemente con su oración. (XVII, 260).
395 Para el buen éxito con los niños,
hay que ser amables con ellos. Lograr que os busquen y no os teman.
Demostradles
y convencedlos que deseáis la salvación de su alma. Corregid con paciencia y
caridad sus defectos. Sobre todo abstenéos de golpearlos. En fin, haced de modo
que cuando os vean, corran a vuestro encuentro y no que os huyan. (IV, Cap. VII).
396 Sed los primeros en encontraros
en la clase y los últimos en salir de ella. (IV, Cap.VII).
397 Hazte amar primero y después te
obedecerán con suma facilidad. (I, 153.4).
398 Si queréis conquistar estas
ovejitas, no las trates a golpes, sino gánatelas con dulzura y con afecto.
(Sueño - I, 425).
399 ¿Por qué hemos de desanimarnos y
avergonzarnos cuando en la educación de los niños no nos vemos inmediatamente
correspondidos?. Sembremos e imitemos al campesino que espera con paciencia el
tiempo de la cosecha. (IV, Cap.VII).
400 Es necesario que el Señor tome
posesión del corazón de los niños, mucho antes de que sean dominados por el
vicio. (IV, 385).
401 Más vale un poco de rumor
(alboroto), que un silencio forzado. (V, 845).
402 Para lograr disciplina entre los
jóvenes, no sirven ni la ira ni los ímpetus momentáneos; se requiere una gran
paciencia, o sea, constancia, perseverancia y sacrificio. (XII, 475).
403 Teniendo el esquema de la
predicación bien preparado, todo está hecho; las palabras las darán las
circunstancias. El exordio tómese de cualquier acontecimiento de lugar, de
tiempo o de ocasión. Son de máxima utilidad las comparaciones, las parábolas y
los ejemplos. (II, 230).
404 No consideres como amigo al que
siempre te alaba y no tiene valor para decirte tus defectos. (P.M.4).
405 Son semillero de buenas
costumbres entre los alumnos: la precisión en el horario y la puntualidad de
todos en su propio cargo. (XIII, 247).
406 Si se puede hágase algún
servicio, y dése también algún subsidio siempre en los límites
aconsejados
y permitidos por el Superior respectivo. (XVII, 269).
407 Cuando se sepa que en la Casa
haya sucedido algo reprobable, especialmente contra la Ley de Dios, debe
respetuosamente comunicarlo al Superior. Él sabrá usar la debida prudencia a
fin de evitar o impedir un mal mayor. (XVII, 268).
EJERCICIOS
408 Los ejercicios espirituales son
la mejor ocasión para romper ciertas relaciones malsanas. (XII, 55).
409 Es una gran fortuna hacer los
ejercicios espirituales, porque es la oportunidad para asegurarse el Paraíso.
(XII, 326).
410 El silencio es uno de los
principales requisitos para hacer debidamente y con fruto, los Santos
Ejercicios. (XI, 235).
411 Durante los ejercicios es
importante tratar el problema de la vocación. (XIII, 399-400).
412 Dios suele conceder gracias
extraordinarias durante los ejercicios espirituales. (IX, 994).
413 Los ejercicios espirituales son
el tiempo más propicio durante el cual el Señor suele comunicar sus luces y
gracias especiales. (XI, 234).
414 Cada uno considérese, como si
estuviera solo haciendo los ejercicios espirituales, y piense que los hace por
última vez. (XII, 444).
415 El silencio es el fundamento del
buen éxito de los santos ejercicios espirituales. (XIII, 446).
416 El poder hacer los ejercicios
espirituales es una gracia extraordinaria; por lo tanto hay que hacerlos bien,
y para hacerlos bien, hay que poner en práctica lo que se expone en los
sermones y en las lecturas. (XIII, 753).
417 Dios tiene preparadas gracias
especiales para cada uno de los días de los ejercicios espirituales. (XVI,
603).
418 Durante los ejercicios
espirituales se suelen poner en orden todos los problemas de la conciencia.
(XIII, 419).
419 En los ejercicios espirituales se
examina qué cosa se ha hecho en el año que ha transcurrido, para dar cuenta a
Dios, preparar las cosas mejor para el año entrante, y hacer propósitos para
corregir las negligencias pasadas. (XII, 445).
FE Y ESPERANZA
420 Estando junto a la cruz,
venceremos a nuestros enemigos. (BAC. 603).
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421 El sostén de nuestra paciencia es
la esperanza en el premio futuro. (XII, 458).
422 Si verdaderamente escucháis a
Dios y os acercáis a Él, os dará el ciento por uno. (BAC. 587).
423 Es imposible no vencer las
tentaciones acudiendo en tales peligros a la presencia de Dios Nuestro señor.
(BAC. 676).
424 Una impresión funesta, recibida
en la edad tierna, debida a una conversación imprudente, puede traer como fatal
consecuencia la pérdida de fe y de buenas costumbres. (III, 314).
425 Nada te turbe, quien tiene a
Dios, lo tiene todo. (IV, 516).
426 ¡Ánimo!. La misericordia de Dios
es infinita. (VII, 401).
427 Como profesión pública de fe,
hágase la Señal de la Cruz con devoción y respeto. (III, 588).
428 Para vencer en las pruebas más
duras se requiere mucha fe en Dios. (VII, 319).
429 La fe, para ser viva y
fructífera, debe ser siempre iluminada y guiada por el vicario de Jesucristo.
(IX, 228).
430 Fe y oración, he aquí el mejor
arma, y nuestro apoyo. (XV, 805).
431 Dios no abandona jamás a ninguno.
(V, 160).
432 Cueste lo que costare, Dios nunca
será demasiado caro. (XIII, 393).
433 La ayuda de Dios nunca falla, si
se trabaja de veras con fe y confianza. (XIV, 650).
434 ¿Los tiempos son difíciles?.
Siempre fueron así, pero Dios nunca dejó de prestar su ayuda. "Christus heri et hodie". (Salotti, 515).
435 Cuando os encontréis en peligro o
en suma pobreza, alzad los ojos al cielo. Dios acudirá a vuestra humilde
oración. (La Casa de la Fortuna, Acto I, escena II).
436 Dios es bueno, Dios es
omnipotente; si permite tribulaciones, es para sacar mayor bien y mostrar su
misericordia y poder. (VII, 461).
437 No importa lo que haga Satanás,
ahora es su tiempo; pero vendrá tamb ién el momento de la victoria. (VII, 73).
438 Si hubiese tenido cien veces más
fe de la que tengo, hubiera hecho cien veces más de lo que hice. (XVIII, 587).
439 Sin el aliento de la fe, todos
los imperios caen, las naciones se desmoronan y las obras que el homb re hace,
no sirven para nada. (VIII, 67).
440 Es más cristiano encender una
cerilla, que maldecir las tinieblas. (BAC. 10).
441 Portáos de tal manera que mañana
no tengáis que avergonzaros. (VII, 424).
ESTUDIO
442 Estudio, trabajo, oración: he
aquí tu lema que te conservará bueno. (IX, 160).
443 La finalidad de sus estudios era:
hacerse digno de su vocación y habilitarse
para la
instrucción de la juventud. (I, 4).
444 Quien no tiene temor de Dios,
deje los estudios porque trabaja de balde. (IV, 746).
445 En la ciencia natural se
encuentra la ciencia sobrenatural; la virtud consiste en hallar el modo de
ponerla en práctica. (VI, 363).
446 Medios para salir bien en los
estudios: primero, temor de Dios; segundo, no perder nunca ni un minuto de
tiempo, frenar la fantasía; tercero, habituarse
a no seguir adelante, mientras no se haya entendido bien lo que antecede;
cuarto, vencer la dificultad que se encuentra en el estudio de los autores;
quinto, acordarse y recurrir a Jesús y a María con cualquier jaculatoria, este
es el medio más eficaz; sexto, ocuparse exclusivamente en lo que se refiere al
estudio; séptimo, recurrir siempre a la protección de María. (VII, 817-25-57).
447 La noche se hizo para descansar.
Excepto en casos de urgencia, después de cenar, no se hagan trabajos
intelectuales. (I, 318).
448 La moralidad es el lazo que une
la santidad y el estudio, y que es al mismo tiempo su fundamento.
HUMILDAD
449 Haced todo el bien que esté a
vuestro alcance, pero sin ostentación; la violeta aunque esté escondida, se
descubre por su fragancia. (XVIII, 860).
450 Sé siempre agradecido q quien te
dé avisos. (XI, 17).
451 La falta de humildad es siempre
perjudicial para la unidad de un colegio; por el amor propio de un superior
éste caerá en ruinas. (VI, 389).
452 Si poseemos las ciencias sin la
humildad, no seremos nunca hijos de Dios, antes bien, hijos de aquél que es
padre de la soberbia: el demonio. (III, 614).
453 Aunque no digas siempre todo lo
que sepas, da a entender bien lo que dices. (III, 614).
454 Sobre Dios piensa según te dicte
la fe; de tu prójimo, según te inspire la caridad, de ti, con humildad. De Dios
habla siempre con veneración; del prójimo, como quisieras que hablaran de ti;
de tu persona, habla con humildad o mejor calla. (III, 614).
455 La falta de modestia en el
hablar, indica falta de criterio. (III, 615).
456 Habla poco de los demás, y menos
de ti mismo. (III, 617).
457 Más bien que disculparte de tus
defectos, procura enmendarte de ellos. (III, 617).
458 La virtud que se debe inculcar de
una manera particular a los estudiantes, es la humildad; porque un estudiante
soberbio es un pobre ignorante. (IV, 747).
459 A las almas santas, es mucho más
penoso, revelar los dones con que Dios les ha favorecido, que hablar de sus
propios defectos. (V, 209).
460 El amable y humilde, será siempre
querido de todos, de Dios y de los hombres. (VI, 102).
461 La gracia de Dios triunfa siempre
donde encuentra una humilde obediencia. (VIII, 174).
462 Si buscamos nuestra propia
gloria, vendrá el descontento, la división y el desorden. (VI, 375).
463 NO soy nada más que lo que valgo
delante de Dios. (VII, 375).
464 Por la paz en casa, hazte humilde
y tolerante. (VII, 509).
465 No te ensoberbezcas jamás por lo
que sepas. Cuanto más sabe uno, más se convence, que es un ignorante. (VII,
581).
466 Todo individuo en casa no sea
sino un instrumento que trabaja según los planes de Dios, sin ninguna otra
esperanza en la tierra. (VII, 795).
467 Una persona de talento mediocre,
pero virtuoso y humilde, hace mucho más bien que un sabio soberbio. (VIII,
931).
468No te fíes mucho de tus propias
fuerzas; puedes caer como San Pedro. (X, 9).
469 Ninguno se gloríe de aquello que
sabe y de lo que hace; cada uno haga lo que pueda sin ostentación. (XI, 394).
470 Haced lo que podáis, Dios hará lo
que nosotros no podemos hacer. Confiad siempre en Jesús Sacramentado y María
Auxiliadora y veréis lo que son milagros. (XI, 395).
471 La pureza es el premio de la
humildad. (XII, 8).
472 Cuando en cualquier circunstancia
se refieren a nuestra pobre persona como humilde instrumento del Señor que
quiere servirse de nosotros, diremos siempre: por la gracia de Dios se ha hecho
esto y por lo tanto, sólo a Él todo honor y gloria. (XII, 512).
473 Recordad siempre que Don Bosco no
fue otra cosa que un mísero instrumento en las manos de un artista habilísimo y
Omnipotente, que es Dios; por lo tanto a Dios todo honor y gloria. (XVI, 290).
474 Yo creo, que si el Señor hubiese
encontrado un instrumento más vil y más débil que yo, se hubiese servido de él
para cumplir sus obras. (XVIII, 587).
INFIERNO
475Si no puedes soportar una chispa
de fuego en la mano, la ligera llama de una vela, ¿Cómo podrás sufrir aquellas
llamas por toda la eternidad?. (BAC. 693).
476 El mayor tormento de los
condenados en el infierno es, el pensar que han perdido el cielo por haber
pasado en la ociosidad la mayor parte del tiempo, que Dios les había dado para
salvarse. (BAC. 681).
477 El sacerdote nunca va solo, ni al
cielo ni al infierno. (Lemoyne, 101).
478 Uno de los más graves errores de
la pedagogía moderna es, no querer hablar de las máximas eternas, sobre todo de
la muerte y del infierno. (II, 214).
479 Los que se dejan vencer por las
pasiones, sorprendidos por la muerte y sepultados entre las llamas eternas del
infierno, gemirán desesperados: ¡insensatos de nosotros, nos equivocamos!. (II,
363).
480 Son más numerosos los condenados
que se confesaban, porque aún los malos, alguna que otra vez se arrepienten,
pero son en mayor número los que no se confiesan bien. (VI, 903).
481 Las causas principales de tantas
condenaciones, son: malas compañías, malos libros y costumbres perversas. (IX,
182).
482 La causa por la cual la mayoría
de la gente se condena, es la falta del firme propósito de enmienda en sus
confesiones.
(X, 56).
JUVENTUD
483 La salvación del alma depende
ordinariamente de la juventud. (BAC. 669).
484 Si tus padres u otras personas de
autoridad, quisiesen desviarte del camino a que Dios te llama, recuerda, que
antes se debe obedecer a Dios que a los hombres. (BAC. 680).
485 El lazo principal que el demonio
tiende a la juventud, es el ocio, origen funesto de todos los vicios. (BAC.
681).
486 Mis queridos jóvenes, no os
recomiendo penitencia, ni disciplinas, sino Trabajo, Trabajo, Trabajo. (IV,
216).
487 El que lleva mala vida en su juventud,
continúa generalmente así hasta la muerte, yendo a parar inevitablemente en el
infierno. (BAC. 669).
488 Hay tres clases de compañeros:
unos buenos, otros malos, y otros, en fin, que no son ni lo
uno ni lo
otro. Debéis procurar la amistad de los primeros; ganaréis mucho huyendo
completamente
de los segundos; en cuanto a los últimos, tratadlos cuando os sea necesario,
evitando toda familiaridad. (BAC. 682).
489 El alma juvenil es su período de
formación necesita experimentar la influencia benéfica, la dulzura que puede
darle la comprensión sacerdotal. (XVI, 169).
490 No pienses que vives en este
mundo para divertirte, enriquecerte, comer, beber y dormir, como los animales
privados de razón; pues el fin para el que has sido creado, es infinitamente
más noble y más sublime, esto es: para amar y servir a Dios en esta vida y así
salvar tu alma. (BAC. 686).
491 El más valioso sostén de la
juventud es el Sacramento de la Comunión y la Confesión. (XI, 145).
492 Créanmelo, quien es devoto del
Santísimo Sacramento, es decir, que va con frecuencia a hacer santas comuniones
y visitas a Jesús en el Tabernáculo, ése tiene una prenda segura de su eterna
salvación.
493 La juventud dejada a su suerte,
si no encuentra comprensión a su debido tiempo, será azote para la sociedad, e
irá a llenar las cárceles. (XIII, 184).
494 En la comunión frecuente se
encuentra luz, fuerza y santidad. (XVI, 182).
495 Los hábitos adquiridos en la
juventud, por lo general, duran toda la vida. (III, 607).
496 Es muy difícil arrancar un vicio
que se haya adquirido en la juventud. (XII, 585).
497 Cuando oigáis algún sermón,
tratad de recordarlo durante el día; y en la noche, antes de acostaros,
detenéos un instante a reflexionar sobre lo que habéis oído. De esa manera
sacaréis gran provecho para vuestra alma. (BAC. 673).
498 Los consejos de tus superiores
sean reglas de tus acciones. (IX, 35).
499 La familiaridad con malos
compañeros os expone a graves peligros. (II, 395).
500 Se llama mal compañero, aquel que
de alguna forma os da ocasión de ofender a Dios. (XIII, 800).
501 El arma más peligrosa que utiliza
el demonio en contra de las personas consagradas al Señor, es la juventud. (IX,
922).
502 Un joven perezoso,
indisciplinado, será un joven desgraciado. (VII, 599).
503 Los jovencitos son la delicia de
Jesús y María. (XVIII, 862).
504 Si comenzáis a ser buenos desde
la infancia, lo seréis mientras viváis en el mundo. (BAC. 669).
505 Los niños son como un precioso
depósito que Dios nos ha confiado. (XI, 390).
506 Antes de los doce años no hay
niños malos, después de los dieciocho, ya es muy difícil reformarlos de sus
vicios. (IV, 736).
507 He consagrado mi vida a la
juventud, porque de su educación depende la felicidad de una nación. (XII,
700).
508 Temor de Dios y frecuencia de
Sacramentos: he aquí lo que obra milagros entre la juventud.
(XI,
221).
LECTURA
509 No leáis cualquier clase de
libros, escoged los convenientes a vuestra edad, dejad los que pueden ser
peligrosos
para
vuestra salud moral. (XII, 149).
510 No leáis libros de cuya moralidad
no estéis seguros, sin antes consultar a quien os pueda dar un justo criterio.
(XII,
149).
511 Si estima vuestra fe, si
apreciáis la salud del alma, no leáis ningún libro, si antes no fuera aprobado
por el confesor
o por
otra persona conocida y de acrisolada piedad, observad esto bien. (VII, 292).
512 El veneno es menos dañino para la
juventud que los libros malos. En nuestros días, son más peligrosos aún porque
abundan
los disfrazados de religiosidad. (VII, 292).
513 Huid de las lecturas malsanas
como de la peste. (III, 176).
514 ¡Si supierais qué semilla tan
funesta dejan las malas lecturas en el corazón de la juventud!. (V, 373).
515 Para conservar la pureza,
guardáos de toda clase de lecturas malas; también de las indiferentes, pues
pueden ser de peligro para vuestra alma. (VI, 8).
516 Para leer es preciso tener las
siguientes normas: primero, no se lean otros libros hasta que no hayan cumplido
los deberes de escuela; segundo, no se lea nada antes de haber consultado al
propio maestro o a otras personas capaces, para no perder tiempo en leer libros
inútiles o reprobables. (VII, 828).
517 Jamás leáis un libro, de cuya
bondad no estéis seguros, sin solicitar opinión de quien pueda dar un criterio
adecuado. (XII, 149).
518 La primera impresión que recibe
la mente virgen y tierna de la juventud, dura toda la vida; por eso, los libros
inconvenientes son la causa principal de su ruina. (XVII, 197).
519 Para lograr que nuestras
publicaciones sirvan de antídoto contra los malos libros, os ruego y suplico,
que améis vosotros mismos las publicaciones de vuestros hermanos, alejándoos de
todo sentimiento de envidia y desprecio. (Circular, Nov. de 1884).
LIMOSNAS
520 Quien da limosna para salvar
almas, tendrá por recompensa salud y vida larga. (XVIII, 470).
521 Para conseguir limosnas, es
preciso que el pueblo comprenda que aún para conseguir ventajas temporales del
Señor, le conviene contribuir; y por el contrario, la avaricia para con las
obras de Dios, puede atraer la maldición del cielo. (IV, 289)
522 Dios es infinitamente rico y de
una generosidad sin límites. (XIII, 109).
523 Tened fe, rogad mucho, pero
acompañad vuestras peticiones con alguna obra de caridad. (X, 92).
524 Dad y se os dará -dijo el Señor-,
y no: prometed y se os dará. Por eso adelantad vuestras obras, para obligar a
Dios a ayudaros.
525 El dinero es la llave que sirve
para dos cerraduras: nos abre el cielo o nos abre el infierno. (XV, 519).
526 Quien no es generoso con Dios,
fácilmente se olvida del Señor. (VI, 329).
527 Quien no sea generoso con Dios,
pocas esperanzas podrá abrigar para conseguir gracias extraordinarias. (XVIII,
30).
528 Para dar limosna no es necesario
ser rico. (VI, 223).
529 No son los ricos los que hacen un
bien dándonos limosna, sino somos nosotros los que les hacemos un favor a ellos
brindándoles ocasión para ganar méritos. (X, 1129).
530 El buen Dios premiará con el
Paraíso a los que dan su vida por las almas e igualmente a los que ayudan a los
misioneros. (XII, 316).
531 En la persona de los pobres y
sobre todo de los más abandonados, debemos ver representado al Salvador. Por lo
mismo no son los niños pobres los que demandan vuestra caridad, sino es el
mismo Jesús, en la persona de sus pobres. (XIII, 109).
532 El Evangelio no dice: "Dejad
lo superfluo a los pobres después de vuestra muerte", sino: "Dad lo
superfluo a los pobres en vida". (XIV, 258).
533 Algunos se imaginan que dar
limosna es un consejo y no un precepto; por lo tanto no se cuidan de sus
obligaciones; pero están en un error fatal, pues, quien no hace obras buenas en
este mundo arrastra consigo otras almas a la perdición, como lo hemos visto en
la parábola del rico Epulón. (XIV, 546).
534 Dios hizo al pobre para que gane
el cielo con su paciencia y resignación; pero hizo al rico, para que se salve
mediante la caridad y la limosna. (XV, 518).
535 Algunos creen que hacen bastante,
dando alguna que otra limosna, brindando rara vez algún socorro con
ostentación. Están en un error. Jesús manda dar limosna: "¡Lo superfluo,
dadlo a los pobres!". (XV, 518).
536 He vivido entre pobres y tuve que
visitar a ricos. En general he visto que dan poca limosna, y muchos señores no
hacen buen uso de sus riquezas. (XV, 527).
537 Para dar gracias al Señor
conviene acompañar nuestras preces, además de las palabras de agradecimiento,
con alguna limosna. (XVI, 121).
538 Las manos de los pobres llevan
nuestras limosnas al Cielo. Dar a los pobres nuestro óbolo, es como depositarlo
en las mismas manos de Jesucristo. (XVII, 70).
539 Si queréis obtener con más
facilidad cualquier gracia, haced primero vosotros la gracia, o sea, dad
vosotros alguna limosna, antes que Dios y la Virgen os concedan el favor
deseado. (XVIII, 509).
MALAS COMPAÑÍAS
540 Cuando os encontréis con un
compañero que profiere blasfemias, desprecia la religión o procura alejaros del
servicio de Dios, o es malhablado o inmodesto, huid de él como de la peste.
(BAC. 678).
541 Tanto los malos consejeros como
los mal aconsejados, corren un peligro inminente de su gran ruina. (IX, 34).
542 Huid de un mal compañero como de
la vista de una serpiente venenosa. (BAC. 682).
543 Para vivir como buen católico,
debe alejarse de los que hablan mal de la religión. (III, 608).
544 Hay que vivir con tal rectitud
que haya siempre motivos para que hablen bien de nosotros. (VII, 252).
545 Por malos compañeros se
entienden: 1º. Aquellos que hablan cosas deshonestas o hacen cosas contrarias a
la bella virtud; 2º. Los que hablan con desprecio de la religión; 3º los que se
alejan de las funciones religiosas y os invitan a faltar a vuestros deberes. (III,
608).
546 Se llama mal compañero aquel que
de alguna manera ocasiona la ofensa a Dios. (XIII, 800).
MARIANAS
547 La devoción y el amor a María
Santísima es una gran protección y un arma poderosa contra las asechanzas del
demonio. (BAC. 679).
548 Aún cuando María os obtuviera
muchas gracias, de nada os servirían, si no os consiguiera la de no caer en
pecado mortal. (BAC. 677).
549 Estad seguros de que cuanto más
puras sean vuestras miradas y palabras, tanto más agradaréis a la Virgen María
y mayores gracias os obtendrá Ella de su divino Hijo y Redentor nuestro. (BAC.
678).
550 Si queréis, amados jovencitos,
ser los verdaderos amigos de Jesús y María, debéis no tan sólo huir de los
escandalosos, sino esforzaros con el buen ejemplo a reparar el gran mal que
éstos hacen a las almas. (BAC. 685).
551 Si María favorece tanto a este
miserable cuerpo, ¿cuántos favores no concederá a las almas que la invocan?.
(M.B. 70).
552 Si todos los hombres fuesen
verdaderamente devotos de María, qué felicidad habría en este mundo. (M.B.77).
553 Con la frecuente comunión,
vosotros mereceréis ser muy queridos de Dios y de los hombres; y María
Santísima os concederá la gracia de no morir sin los Santos Sacramentos al fin
de la vida. (XVII, 271-2).
554 Humildad, obediencia y castidad
os harán gratos a María Santísima. (VIII, 131).
555 En todos los peligros invocad a
María, y os aseguro que seréis librados. (VII, 360).
556 Es casi imposible llegar a Jesús,
si no es por medio de María. (VII, 677).
557 María quiere la realidad, no las
apariencias. (VIII, 130).
558 Nuestra Madre, concede grandes
favores a los que hacen bien su novena. (XII, 572).
559 Seamos devotos, sobre todo, de
María Santísima; invoquémosla de corazón y Ella nos protegerá. (XII, 610).
560 Desgraciadamente peregrinamos aún
por este valle de lágrimas y estamos lejos de la patria celeste y de nuestra
querida Madre; sin embargo confiemos en Ella, invoquemos a María, con toda
piedad, que es toda bondad para con nosotros. (I, 11112).
561 Asistir con devoción a la Santa
Misa, visitar a Jesús Sacramentado, recibir la Comunión Sacramental o al menos
hacerla espiritual, son prácticas de sumo agrado a María y un conducto eficaz
para obtener gracias especiales. (XVII, 261).
562 A nuestra Congregación la conduce
Dios y la protege María Santísima. (XVIII, 531).
563 Propagad constantemente la
devoción a María Santísima Auxiliadora y a Jesús Sacramentado. (Recuerdos a los
primeros misioneros).
564 (Recomendación de Don Bosco
moribundo). CUANDO HABLÉIS O PREDIQUÉIS, INSISTID SOBRE LA DEVOCIÓN A MARÍA
SANTÍSIMA. (XVIII, 532).
565 Vosotros ni remotamente podéis
daros cuenta qué privilegio tan grande es haber ingresado en el Oratorio. En
nombre de Dios os aseguro: Basta que un joven entre en una Casa Salesiana, para
que la Virgen Santísima lo tome inmediatamente bajo su protección especial. (V, Cap. VII).
566 La Santísima Virgen María
continuará protegiendo nuestra Congregación y las obras salesianas, si seguimos
poniendo toda nuestra confianza en Ella, y nos esforzamos en propagar su culto.
(VII, 260).
567 Publíquese, dígase y predíquese
por todos los medios, que María Auxiliadora ha obtenido y obtendrá gracias
particulares y aún extraordinarias y milagrosas, a los que ayudan
cristianamente a la juventud en peligro, con obras, consejos, con el buen
ejemplo o simplemente con la oración. (XVII, 260).
568 La fiesta de la Santísima Virgen
y más aún, sus solemnidades, sus novenas, sus triduos, el mes a Ella
consagrado, sean siempre fervorosamente inculcados en público y en privado; con
folletos, con libros, con medallas, con imágenes, con publicar o simplemente
contar gracias y bendiciones que nuestra celeste Bienhechora concede a cada
instante a la humanidad doliente. (XVII, 261).
569 En charlas particulares gánense
las confidencias indistintamente de todos los alumnos; evítense las amistades
particulares y la parcialidad entre los alumnos; cuando ocurran solemnidades o
simplemente fiestas en honor de la Virgen, no se deje pasar la oportunidad sin
anunciarlo. (VII, 525).
570 La Virgen Santísima nos consiga
de su Divino Hijo, días de paz y acierto, a fin de poder amar y servir a Dios
en la tierra y gozar un día la bienaventuranza en el cielo. (VI, 550).
571 (Don Bosco al fin de su vida).
Recomendad la frecuente comunión y la devoción a María Santísima Auxiliadora.
(XVIII, 502-533).
572 Para obtener una gracia especial,
la jaculatoria más eficaz es ésta: "María Auxiliadora, rogad por
nosotros". (XIII, 410).
573 En el cielo nos quedaremos
gratamente sorprendidos al conocer todo lo que María Auxiliadora ha hecho por
nosotros en la tierra. (XV, 390).
MISA
574 Desde por la mañana al oír la
Misa, ofreced a Dios las ocupaciones del día y en particular las confesiones,
las clases, los catecismos y los sermones. (Recuerdos a los primeros
cristianos).
575 Póngase en práctica el consejo
del Concilio de Trento: Cada vez que asistimos a la Santa Misa, procuremos
estar en tal estado, que nos permita acercarnos a la santa Comunión, para que
de esta manera participemos más del fruto de este augusto Sacrificio. (VI, 1071).
576 Tened gran empeño en asistir bien
a la Santa Misa, y cada uno propóngase promover la devota participación a ella.
La Santa Misa es el mejor medio para aplacar la ira de Dios y alejar de
nosotros sus castigos. (VI, 1071).
577 Incúlquese con constancia a los
jóvenes, que aprendan bien las palabras rituales de la Santa Misa y las
pronuncien devotamente para no caer en el defecto de decirlas rutinariamente y
con precipitación. (VII, 87).
578 El tiempo más propicio para
implorar gracias del Señor es la elevación de la Hostia y del Cáliz en la Santa
Misa.
579 La comunión frecuente y la Misa
cotidiana son las columnas que deben sostener un edificio educativo. (III,
355).
31
580 De ser posible asístase todos los
días a la Santa Misa, recordando aquellas palabras de San Agustín: Que no
morirá
de mala
muerte, quien asista devotamente y con asiduidad a la Santa Misa. (IV, 454).
581 La manera más fructuosa de
participar en la Santa Misa consiste en dividirla en tres letras "P";
Una "P" roja, otra "P" negra y la tercera "P"
blanca: La "P" roja significa la Pasión de Nuestro Señor, que se
medita hasta la elevación; la "P" negra significa nuestros pecados
que fueron causantes de la Pasión del Salvador, y que se ofrece hasta el momento
de la Comunión; la "P" blanca simboliza nuestros propósitos de
enmienda. ("Buenas noches" de Don Bosco).
582 La Santa Misa impide cualquier
triunfo del demonio. (X, 47).
MISIONEROS
583 Buscad almas, no dinero, ni
dignidades. (Recuerdos a los primeros misioneros).
584 Amad, venerad y respetad a las
demás ordenes Religiosas y hablad siempre bien de ellas. Este es el medio de
ganaros la estima de todos y promover el bien de la Congregación. (Recuerdos a
los primeros misioneros).
585 Para triunfar en las misiones se
requieren: muchas oraciones, mucho sacrificio y mucho tiempo; el tiempo depende
de Dios,
el trabajo del misionero, pero las plegarias las debemos suministrar nosotros.
(XVI, 195).
586 Al escoger entre los que deben ir
a las misiones, hay que preferir siempre a los que son más seguros en la bella
virtud. (XIII, 499).
587 Si buscáis únicamente a Jesús y
su cruz, si deseas verdaderamente sufrir por Él, ve a las misiones. (XVIII,
259).
588 Los misioneros abandonan la
patria, los parientes y los amigos y sacrifican sus comodidades y su reposo,
para hacerse apóstoles del Señor, benefactores y salvadores de aquellas gentes
que todavía viven en la ignorancia y en la barbarie. (XVIII, 786).
589 Los que desean verdaderamente
gracias especiales de María Auxiliadora, que ayuden a las Misiones y tengan la
seguridad de que las obtendrán. (XVIII, 477).
590 Una de las obras más dignas de
encomio y de apoyo es la obra de las misiones entre la gente pagana. (XVIII,
785).
MUERTE
591 Trabajemos como si nunca
tuviéramos que morir, y vivamos como si tuviésemos que desaparecer a cada
instante. (VII, 484).
592 Nunca he oído que alguno haya
estado contento a la hora de la muerte, del mal que hubiera cometido. (VII,
674).
593 A la hora de la muerte te
arrepentirás de haber perdido tanto tiempo, sin ningún provecho para tu alma.
(XI, 442).
594 Estad preparados y no confiéis en
vuestra salud. (XVIII, 19).
595 Los asuntos del alma se arreglan
con tiempo. ¿Quién sabe si te llegue a faltar?. (P.M. 17).
596 La muerte no espera a ninguno.
(IX, 567).
597 Como es la vida, tal es la
muerte. (IX, 567).
598 En el momento de la muerte se
debe haber obrado y no pretender obrar entonces. (XI, 256).
599 En el momento de la muerte
recogeremos cuanto hayamos sembrado durante la vida. (IX, 807).
600 El que quiera pasar bien su
último instante en este mundo, viva cristianamente bien. (XI, 322).
601 Solamente aquellos que se
comportan mal y no se acercan nunca o raramente a los Sacramentos, tienen que
temer a la muerte. (XII, 247).
602 Hay que hacer todas las cosas de
tal manera que en cualquier momento que nos llegue la muerte nos encuentre
preparados. (XII, 608).
603 Quien bien obra en la vida, se
encontrará tranquilo a la hora de la muerte. Como es la vida, así es la muerte.
(XVIII, 864).
604 Si tuvieses que morir en este
momento, ¿a dónde irías?. (BAC. 693).
605 Los que piensan poco en la
muerte, cuando se acerca, tiemblan y sienten miedo. (II, 360).
606 Pensad al acostaros, si la muerte
os sorprendiere durante esa noche, ¿qué sería de vuestra alma?. (II, 360).
607 A la hora de la muerte las cosas
se juzgan de muy diverso punto de vista. (IV, 163).
608 En presencia de la muerte cesan
las risas. (XVII, 178).
609 En el momento de la muerte, lo
que más consuela es el bien que hubiéramos hecho y las demás cosas sólo nos
causarán angustias. (XII, 426).
610 ¿Excusas?. ¿Habrá argumentos para
tranquilizarte a la hora de la muerte?. (P.M. 46).
611 La muerte viene como ladrón.
Inesperadamente. Luego, ¿estás preparado para la gran sorpresa?. (P.M.47).
612 Para decidir sobre la vocación es
aconsejable imaginarse el momento de la muerte; ahí se ve lo que es realidad y
lo que es vanidad. (XI, 509).
613 Las mejores decisiones se toman
poniéndose en el momento de la muerte. (XI, 247).
614 La muerte para los buenos
cristianos no es separación, sino ausencia temporal, para volverse a encontrar
luego; así que, paciencia, si alguien nos precede. (XVII, 874).
615 No dejes para mañana lo que
puedes hacer hoy, porque quien sabe si mañana ya no tengas tiempo. (IV, 439).
616 El ejercicio de la buena muerte
consiste principalmente en hacer la confesión y comunión como si fueses la
última de nuestra vida. (XI, 464).
617 Si el Oratorio va bien, debo
atribuirlo especialmente al ejercicio de la buena muerte. (IV, 684).
618 El ejercicio de la buena muerte y
la frecuente comunión, son la clave de todo. (XV, 28).
619 Observad las Reglas. No dejéis
jamás de hacer el Ejercicio mensual de la Buena Muerte. (Recuerdos a los
primeros misioneros).
620Además de las Reglas, obsérvese
especialmente las prácticas de piedad e entre éstas, como recuerdo especial,
deseo se haga bien el Ejercicio de la Buena Muerte. Os aseguro que siguiendo
bien este ejercicio mensual, se puede estar tranquilo de la salvación del alma
y tener la certeza de que está en el verdadero camino de salvación. (XII, 471).
621 Bienaventurado quien a la hora de
la muerte tiene el consuelo de haber hecho buenas obras en la vida. (III, 18).
622 Hay dos posibilidades para el
hombre después de su muerte: el infierno, donde se sufren toda clase de males,
y el Paraíso, donde se gozan todos los bienes. (BAC. 669).
623 Los tres enemigos del hombre son:
la muerte (que lo sorprende); el tiempo (que huye); y el demonio que lo tienta
con sus lazos. (V, 926).
624 Amigo mío, todo se paga y se
consigue con el dinero, menos alejar la muerte que no se puede sobornar. (VIII,
36).
625 Ruega al ángel de la guarda, que
te venga a consolar y a asistir en la hora de tu muerte. (II, 264).
OBEDIENCIA
626 No digáis nunca: "esto le
corresponde a otro y no a mí". (BAC. 608).
627 En vez de hacer obras de
penitencia, hacedlas de obediencia. (XIII, 89).
628 Es más grato a Dios tomar una
bebida deliciosa por obediencia, que ayunar contra la obediencia. (XVII, 394).
629 En la práctica se encuentran
casos en que al parecer sería mejor obrar diversamente de cuanto está
establecido y mandado. Sin embargo no es así. Lo mejor es cumplir con la
obediencia. (XVI, 895).
630 El medio más fácil y rápido para
hacernos santos, es reconocer la voluntad de Dios, en lo que nos mandan los
superiores y en verla también en todos los acontecimientos de la vida. (VII,
249).
631 Proponte seguir la voluntad de
Dios, suceda lo que sucediere, aunque los mundanos desaprueben tal
determinación.
(BAC. 680).
632 Lo que hacen las abejas por
instinto, hacedlo vosotros por obediencia. (BAC. 602).
633 El niño obediente puede llegar a
ser santo. (BAC. 671).
634 Si tenéis la suerte de pertenecer
a alguna Congregación o Compañía, procurad cumplir con su Reglamento. (BAC.
678).
635 Estad dispuestos siempre a hacer
la voluntad de Dios. (VI, 114).
636 La clave del buen ejemplo es la
obediencia. (X, 272).
637 Cuando veáis que un autor escribe
mal del Papa, sabed que su libro no debe leerse. (VII, 220)
638 La obediencia bien observada es
el alma de las congregaciones religiosas. (XII, 459).
639 Con la obediencia y el
cumplimiento de vuestros deberes, especialmente de los que enseña la religión,
os reportáis grandes beneficios. (La Casa de la Fortuna, Acto II, escena III).
640 No mandes cosas superiores a las
fuerzas de los subalternos, o si prevees que no vas a ser obedecido. Evita la
obediencia repugnante: secunda las inclinaciones de cada uno encomendándole de
preferencia aquellos cargos que sean de s u competencia. (M. del Director.
188).
641 Todos cargamos con nuestra cruz,
tanto el que manda como el que obedece. (BAC. 603).
642 ¿Queréis estar seguros de que lo
que hacéis redunda a la mayor gloria de Dios?. Cumplid con todo lo que a lo
largo del día se os ha señalado. (BAC. 608).
643 Dios que es el fin supremo de
nuestro amor, disponga lo que quiera, pues, lo que Él hace es siempre mejor que
todo lo que nosotros pudiéramos desear. (V, 518).
644 Haced lo que podáis; Dios suplirá
lo que no alcancemos hacer nosotros. (V, 418).
645 Es profanar el voto de
obediencia, comportarse como hacen algunos, que obedecen únicamente cuando les
conviene. (XVIII, 207).
OBRAS BUENAS
646 Al fin de la vida se recogen los
frutos de las buenas obras. (IX, 807).
647 No es necesario saber el momento
de la muerte para ir al Paraíso; pero sí es preciso prepararse con buenas
obras. (VI, 120).
648 El dinero no puede satisfacer el
corazón del hombre, sino el buen uso que de él se hace, es esto lo que produce
la verdadera satisfacción. (I, 129).
649 En todas las obras buenas, el
demonio siempre suscita dificultades. (VIII, 368).
650 Es Dios quien hace las obras
buenas, y nosotros tenemos que rogarle que tenga la bondad de servirse de
nosotros en sus santas empresas. (X, 1080).
651 En las obras de Dios hay que
considerar si son necesarias o no. Si no son necesarias, no conviene
emprenderlas; pero si son indispensables, hay que hacerlas sin preocuparnos por
el éxito. Los medios materiales, Dios los ha prometido y Él mantiene su
palabra. (X, 1339).
652 Antes de emprender una obra, hay
que tener en cuenta si es la voluntad de Dios que se haga. Teniendo la certeza,
hay que ir adelante; encontraremos miles de dificultades en el camino, pero no
importa; Dios lo quiere, seamos firmes en vencer cualquier obstáculo. (XI, 54).
653 Solamente las buenas obras son
las riquezas verdaderas que nos aseguran un puesto en el cielo. (XII, 328).
654 Hablando de la conveniencia de
hacer publicidad a las buenas obras, yo diría lo siguiente: el mejor medio para
darlas a conocer, es sostenerlas. (XIII, 126-7).
655 Los cristianos si son inteligentes
llevarán sus riquezas terrenas a la eternidad mediante sus obras buenas. (XVII,
70).
656 Las buenas obras que puedes
hacer, hazlas ahora tú personalmente, sin compromiso para nadie en el futuro.
(XV, 604).
OFICIO
657El fin que se propone la Congregación
Salesiana con sus escuelas-talleres, es educar y formar a sus alumnos de modo
que, al salir de nuestras casas, después de haber terminado su aprendizaje,
sepan un oficio con que ganarse honradamente el pan, estén bien instruidos en
la religión y posean los conocimientos científicos convenientes a su condición.
(BAC. 29).
658 Nuestros aprendices comprendan
que son amados y estimados por sus superiores; esto se obtiene con el espíritu
de verdadera caridad que recomienda el Santo Evangelio. (BAC. 29).
659 El secreto para hacer mucho bien
en poco tiempo, consiste en esto: tranquilidad constante, pericia en los
quehaceres adquirida con paciencia, una absoluta confianza en Dios; ocupar
exacta y constantemente el tiempo y practicar la templanza. (IV, 524).
660 Si quieres hacer mucho, trabaja
poco, esto es, nunca más de lo que tus fuerzas naturales te permiten. (XIII,
878).
OPTIMISMO
661 Así como no hay terreno tan
ingrato y estéril, que mediante larga paciencia no dé finalmente rendimiento,
así sucede también en el hombre, que es un terreno espiritual, por muy estéril
y resistente que sea, tarde o temprano tendrá sentimientos nobles, que
redundarán en obras de virtud. Todo joven por muy desgraciado que sea, tiene un
lado accesible para el bien y el primer deber del educador es, hallar ese
punto, ésta cuerda sensible del corazón para sacar frutos. (V, 367).
662 Sembremos y luego imitemos al
campesino que espera con paciencia el tiempo de la cosecha. (XIV, 514).
663 Pongamos toda nuestra confianza
en Dios y sigamos adelante sin temor. (XV, 468).
664 El joven desea estar convencido,
que el superior tiene confianza en su enmienda. (XVI, 444).
665 Al recoger rosas encontraremos
espinas; pero con las espinas van siempre las rosas. (XVII, 131).5
ORACIÓN
666 La oración es para el sacerdote
como el agua para el pez, el aire para el pájaro, y la fuente para el ciervo.
(III, 246).
667 La oración es tan necesaria para
los que se consagran a Dios, como el fusil para el soldado. (III, 613).
668 El hombre que no reza, es un hombre
perdido. (IX, 997).
669 La oración es para el alma como
el calor para el cuerpo. (IX, 997).
670 La oración vocal, si no se
acompaña con la mental, es como un cuerpo sin alma. (IX, 997).
671 Las jaculatorias tienen el valor
de la oración vocal y mental. (IX, 997).
672 Con la oración se obtiene todo lo
que es necesario para nuestra salvación. (XIV, 86).
PACIENCIA
673 Con paciencia disminuirás el
número de tus enemigos y aumentarás el de tus amigos, haciéndolos también
amigos de Jesucristo. (V, 512).
674 Sin paciencia nunca podremos
llegar a ser santos. (XII, 606).
675 Trabajad, pero siempre con la
dulzura de San Francisco de Sales, y con la paciencia de Job. (XV, 680).
676 Tú, como Director, debes ser
modelo de paciencia con los hermanos que están bajo tus cuidados. (XVII, 266).
677 Una hora de paciencia vale más
que un día de ayuno
678 La fuerza del sacerdote consiste
en la paciencia y en el perdón. (IV, 628).
679 Hay que tener la paciencia como
compañera inseparable. (XII, 455).
680 Impacientándose..., no se obtiene
que la obra se realice y mucho menos si corregimos con cólera. (XII, 456).
681 La paciencia es absolutamente
necesaria para vencer al mundo y asegurar la victoria para ganar el paraíso.
(XV, 608).
682 Lo que santifica no es el
sufrimiento, sino la paciencia. (XVIII, 129).
PAPA
683 Quien quiera pasar por buen
católico, debe cuidarse de los que hablan mal de la religión, de sus Ministros
y especialmente del Papa. Es mal hijo quien critica a su padre. (III, 607).
684 Estad íntimamente persuadidos de
esta gran verdad: donde se encuentra el Sucesor de San Pedro, ahí está la
verdadera Iglesia de Cristo. Nadie puede ser verdadero católico sin estar unido
al Papa. (IV, 226).
685 Nuestros Pastores y especialmente
los Obispos nos unen al Papa y el Papa nos une a Dios. (IV, 536).
686 La verdadera religión de Cristo
Jesús se encuentra únicamente en la Iglesia Católica; nadie puede ser un buen
católico sin el Papa. Quien no tiene a la Iglesia por Madre, no puede tener a
Dios por Padre. (V, 253).
687 Cualquier sacrificio es poco, si
se trata de defender la Iglesia y el Papado. (V, 577).
688 Un deseo del Papa, para mí es una
orden. (V, 874).
689 En asunto de Religión, estaré
siempre con el Papa, y con el Papa pienso quedarme como buen católico hasta la
muerte. (VI, 679).
690 Es de importancia fundamental
para nuestra Sociedad, sostener la autoridad del Papa. (VII, 622).
691 Quien está unido al Papa
permanece unido a Jesucristo, y quien rompe ese lazo, naufraga en el mar
borrascoso del error y se pierde miserablemente. (VIII, 567).
692 Nuestra fe para ser viva y
fructífera debe estar siempre iluminada por el Vicario de Jesucristo. (IX,
228).
693 El Papa constituye el fundamento
y la unión de toda la verdad religiosa y de él depende la
salvación
del mundo. (XII, 641).
694 Siempre debemos profesar a la
cabeza suprema de la Iglesia la más profunda gratitud y la más respetuosa
veneración. (XV, 426).
PECADO
695 Cuando uno no está bien con Dios,
tampoco podrá tener paz consigo mismo, y mucho menos estará en paz con los
demás. (XVII, 113).
696 Dos cosas temo: el pecado mortal
que da la muerte al alma y la muerte corporal que sorprenda a quien se
encuentra
en
desgracia de Dios. (VI, 75).
697 El más grande enemigo de Dios es
el pecado. (XVIII, 863).
698 Insiste en que se confiesen con
frecuencia. Este es el medio más seguro para tenerlos lejos del pecado. (II,
152).
699 Cuando estáis desocupados, estáis
en un gravísimo peligro de caer en pecado. (III, 608).
700 Por un solo pecado mortal se
merece el infierno. ¿Qué sería de ti si murieses en ese estado?. (IV, 55).
701 Vale más no seguir viviendo, que
pecar. (V, 637).
702 No se admita a la Comunión diaria
a los que manifiesten afecto al pecado venial. (VI, 430).
703 La verdadera causa de todos los
males es el pecado. El pecado hace infelices a pueblos enteros. (VI, 470).
704 Tolera cualquier cosa con tal de
impedir un pecado. (VII, 524).
705 La experiencia enseña
continuamente que aquellos que se mantienen alejados del pecado, son los que
más adelantan en sus estudios. (VII, 817).
706 Huid del pecado como de vuestro
más grande enemigo, y huid también de la ocasión de pecar, es decir, de las
malas conversaciones que son la ruina de las buenas costumbres. (X, 769).
707 El corazón del joven que vive en
estado de pecado, es como el mar en continua agitación. (XII, 133).
708 Es una locura buscar la felicidad
lejos de Dios. (IX, 567).
709 El medio más eficaz para
asegurarse el perdón de los pecados y conseguir la vida eterna, es la caridad
hacia los niños pequeños. (XVIII, 622).
710 De Don Bosco se decía que lo
único que pretendía de sus jóvenes era que no cometieran pecado, por lo demás,
los dejaba gritar, cantar y saltar. (Sm. 183).
PENITENCIA
711 Sin penitencia no se puede
conservar la inocencia. (XVII, 727).
712 Con pequeñas mortificaciones se
vencen las pequeñas insidias del demonio. (IX, 355).
713 Decídete, pues, a servir al Señor
y haz penitencia; no esperes para cuando ya no sea tiempo. (BAC. 693).
714 No dejar nunca la penitencia para
la vejez, cuando las fuerzas ya no lo acompañan a uno. (II, 362).
715 La penitencia que el Señor quiere
de ti es tu obediencia. (V, 209).
716 ¿Queréis que os recomiende una
manera fácil de hacer penitencia, adaptada a vuestra edad y condición?. Os
sugiero un ayuno que todos podéis hacer: esto es, cuidar vuestro corazón y
vuestros sentidos. Haced ayunar al demonio no cometiendo ningún pecado. Atended
los sentidos externos. Haced ayunar a vuestros ojos. (XII, 143).
717 Podéis hacer alguna mortificación
soportando con paciencia ciertas contrariedades, un poco de calor o un poco de
frío, sin lamentarse. (XII, 144).
718 Muchas veces la mejor penitencia
consiste en observar el horario. (XIII, 89).
719 Es un grave error creer que la
penitencia tienen que practicarla únicamente los pecadores. La penitencia es
necesaria también para conservar la inocencia. (XVII, 726).
PIEDAD
720 El Sagrado Corazón de Jesús es la
fuente de todas las bendiciones y de todas las gracias. (D.Bosco).
721 Cada mañana la meditación; a lo
largo del día una visita al Santísimo Sacramento, y tendrás la unión perfecta
con Dios. (VII, 524).
722 Si rezamos, de dos granos nacerán
cuatro espigas; si no rezamos, dos granos darán dos flacas espigas. (BAC. 14).
723 La devoción y el amor a María
Santísima, es una gran defensa y un arma poderosa contra las asechanzas del
demonio. (BAC. 679).
724 Así como nuestro cuerpo se
debilita y muere si no lo alimentamos, del mismo modo pierde nuestra alma su
vigor si no le damos lo que necesita: el alimento del alma es la Palabra de
Dios. (BAC. 673).
725 Tanto en el juego como en la
conversación, o en el cumplimiento del deber, levantad de cuando en cuando
vuestro corazón a Dios y ofrecedlo todo a su mayor honra y gloria. (BAC: 682).
726 Con el recogimiento y con la
comunión frecuente se conserva la vocación y se forma un verdadero
eclesiástico. (I, 460-493).
727 Frecuente comunión y confesión,
son las armas con las cuales se obtiene una completa victoria contra el
demonio. (III, 217).
728 La Comunión frecuente es la gran
columna que sostiene en alto el mundo moral y material, a fin de que no caiga
en ruinas. (VI, 583).
729 Si el alimento del cuerpo se debe
tomar todos los días, ¿por qué no el alimento del alma?. (VII, 697).
730 La Comunión frecuente y devota es
el mejor medio para conseguir una santa muerte y salvar el alma. (IX, 14).
731 Con la Comunión frecuente os
haréis muy queridos a Dios y a los hombres, y María Santísima os concederá la
gracia de recibir los Santos Sacramentos al fin de la vida. (XVII, 271).
732 Sólo con la oración constante y
la Comunión frecuente se podrá redimir tanto mal y se podrá evitar el infierno.
(XVIII, 285).
733 Todo es vanidad, excepto amar y
servir a Dios, ¿Cuándo te resolverás a entregarte del todo al Señor?. (P.M.L.).
734 Aprende a rezar mejor y recuerda:
el que reza, se salva y quien no reza, se condena. (P.M. 9).
735 Todos tienen necesidad de la
Comunión: los buenos para conservarse buenos, los malos para hacerse buenos.
(XII, 567).
736 Si con el dinero se obtiene todo,
con la oración también se consigue todo y se triunfa en todo. (XV, 492).
737 La oración es la más poderosa
cooperación. (XIV, 672).
738 Las pequeñas asociaciones
religiosas son la clave de la verdadera piedad, el sostén de la moralidad y la
semilla de las vocaciones eclesiásticas y religiosas. (XII, 26).
739 El pequeño clero, la Compañía de
San Luis, del Smo. Sacramento, de la Inmaculada Concepción, sean
recomendadas
y promovidas. Demuestra benevolencia y satisfacción hacia aquellos que están
inscriptos, pero tú sé sólo promotor; considera tales cosas como obra de los
jóvenes, cuya dirección está confiada al Catequista. (Manual del Director,
184.5).
740 Prestemos de buena gana cualquier
ayuda en el servicio religioso, lo mismo en la predicación, como para celebrar
misas para comodidad del público, y escuchar confesiones siempre que la caridad
y los deberes del propio estado lo permitan, especialmente a favor de la
Parroquia en cuyos límites se encontrará nuestra Casa. Pero no asumáis cargos
que impliquen ausencia del establecimiento o puedan impedir el cumplimiento del
propio deber. (M. del Director, 185-6).
741 Para salvar almas, vale más una
onza de piedad que mi les de arrobas de ciencia. (XIII, 438).
POBREZA
742 Economícese en todo, pero a los
enfermos no les falte nada. Por otra parte, hágase notar a todos que hemos
hecho voto de pobreza; por esto no debemos tener y menos desear comodidad en
cosas superfluas. Debemos amar la pobreza y los compañeros de la pobreza. Así
pues evitad todo lo especial, lo no absolutamente necesario, en los hábitos, en
los libros, en el mobiliario, en los viajes, etc. (Manual del Director,
189-90).
743 ¿Podría faltaros la Divina
Providencia?. ¡En un solo caso!. Seremos indignos, si derrochamos el dinero,
cuando se enfría en nosotros el espíritu de pobreza, a esa hora, las cosas
comenzarán a andar mal. Porque no cumplimos las obligaciones impuestas por
nuestra vocación. (XII, 79).
744 Procurad que ninguno pueda decir:
esta prenda no es señal de pobreza. Esta mesa, este hábito, esta alcoba, no es
de pobre. Quien dé motivos justificables de que se digan tales cosas, causa un
desastre a nuestra Congregación, que debe siempre gloriarse de observar la
pobreza. (XVII, 271).
745 Cuando comiencen entre nosotros
las comodidades y los lujos, nuestra Sociedad habrá terminado su finalidad. (XVII,
272).
746 Amad la pobreza si queréis
conservar en buen estado las finanzas de la Congregación. (XVII, 258).
747 No es justo que coma el pan de
los pobres quien no lo es. (V, 191).
748 Un vestido y un trozo de pan
deben bastar a un Religioso. (X, 1098).
749 Procurad que el mundo conozca que
sois pobres en el comer, en el vestir y en las habitaciones, y seréis ricos
ante Dios y os adueñaréis de los corazones de los hombres. (Recuerdos a los
primeros misioneros, XI, 393).
PREDICACIÓN
750 La juventud tiene necesidad y
desea escuchar la Palabra de Dios, pero la predicación hágase con esmero para
que no resulte ni pesada ni aburrida. (II, 389).
751 La prédica más eficaz es el buen
ejemplo. (IV, 753).
752 Para hacer bien al pueblo no se
requieren cosas sublimes o extraordinarias, sino que el pueblo sepa entender,
pueda captar lo que el predicador dice. Si lo comprende se contenta, si no
entiende, se aburre. (II, 229).
753 Si quieres agradar y hacer el
bien predicando a los niños, es necesario aportar ejemplos, parábolas,
comparaciones; lo importante es que las narraciones vayan bien expuestas y bien
detalladas; saber descender a las más pequeñas circunstancias. (II, 340).
754 Mi único afán al predicar y
escribir fue siempre el hacerme entender de todos, ya sea en la exposición,
como en el uso de las frases más sencillas y conocidas. (IV, 649).
755 Algunos estudiantes me preguntan
las normas para llegar a ser buenos oradores sagrados. He aquí mi respuesta:
conversar mucho con el Señor, estudio y meditación, frecuentar buenas y doctas
compañías. (V, 926).
756 Cuando uno sube al púlpito para
predicar, sea siempre con el fin de inducir a una buena confesión. (VI, 903).
757 El verdadero orador sagrado no
imite la elocuencia según la sabiduría del mundo, sino hable según el espíritu
de Dios. (IX, 24).
758 En vuestras predicaciones
procurad hablar sobre la muerte. Hablad y recordad a todos que no somos dueños
de
nuestra
vida. Dios es el único Señor. (XVII, 178).
PROVIDENCIA
759 ¡Somos insignificantes!. Es
conveniente dejar todo en las manos del Señor. Él, que lo permite todo, sabrá
destruir los perversos designios de los perseguidores. Entre tanto, recemos y
no temamos. (VI, 691).
40
760 Evitad, al oír la Palabra Divina,
las sugestiones del demonio, que os engaña diciendo: "esto lo dice por
fulano, aquello por zutano". (BAC. 673).
761 La Divina Providencia se
encargará de tomar a su debido tiempo la defensa de los inocentes. (II, 536).
762 Hagamos nosotros todo lo que esté
a nuestro alcance y el Padre de la Divina Misericordia suplirá lo que falte.
(II, 534).
763 Dios no abandona a ninguno; quien
a Él recurre con el corazón limpio del pecado y con la oración bien hecha,
obtendrá todo lo que necesite. (V, 160).
764 Contentémonos con poco, dejemos lo
bello y lo cómodo, y seremos bien vistos y ayudados por la Divina Providencia
(IV, 473).
765 Cuando sepamos ahorrar aún el
centavo, no desperdiciando sin necesidad o inútilmente, la Divina Providencia
estará dispuesta a ayudarnos. (V, 671).
766 Pongámonos en las manos de Dios
con toda confianza, recemos y todo saldrá bien. (V, 850).
767 Tengo la siguiente norma para
todas mis empresas. Primero busco el bien que redunde a la mayor gloria de Dios
y a la salvación de las almas; y luego, sigo adelante con seguridad; el Señor
nunca dejará faltar su divina asistencia. (VI, 586).
768 Me consta por experiencia que en
las dificultades y persecuciones, cuanto más faltan los medios humanos, tanto
más ayuda Dios. (VII, 319).
769 Si nosotros comenzamos a atesorar
y guardar, la Providencia nos vuelve las espaldas. (X, 99).
770 Confío siempre ilimitadamente en
la Divina Providencia, que quiere ser respaldada por nuestros esfuerzos. (XI,
55).
771 El Señor en las grandes
necesidades proporciona grandes ayudas. (XIII, 626).
772 Me preguntáis ¿qué hay que hacer
para conseguir la ayuda de la Divina Providencia?. Dios mismo lo dice:
"Dad y se os dará, la fe sin buenas obras es una cosa muerta". (XVII,
893).
PRUDENCIA
773 Sé severo contigo mismo y
benévolo en juzgar a los demás. (P.M.5).
774 Sed prudentes al juzgar. (IV,
439).
775 Regulaos siempre, de tal manera,
que en cualquier momento que llegue la muerte, os encuentre preparados. (XII,
608).
776 No se tome ninguna resolución sin
haber pedido antes consejo. (XI, 300).
777 Cuando estéis excitados no toméis
ninguna resolución. (XI, 515).
778 No existe ninguna ventaja
material que pudiera compensar un solo daño moral. (V, 556).
779 Los defectos ajenos hay que
soportarlos, aunque fueran en nuestro perjuicio. (XIII, 880).
780 ¿Sabes lo que te hace falta para
salvar tu alma?. Un poco de buena voluntad. (P.M.41).
781 En las cosas de gran importancia,
como sería la elección de estado, consultad siempre al Confesor. El Señor dice
que el que lo oye, escucha la voz del mismo Dios. (III, 94).
782 No tengas por amigo a quien te
alabe. (III, 617).
783 Olvida los favores hechos, pero
no los recibidos. (III, 617).
784 Trata de aprender aquellas cosas
de las cuales no tengas que arrepentirte en tu vejez. (VII, 581).
785 El superior debe tener tres
cualidades especiales: 1º. Siempre dispuesto a perdonar; 2º Parco en castigar;
3º. Pronto en olvidar. (VIII, 446).
786 Para evitar rivalidades y
hostilidades debo tener el método que siempre he seguido hasta el presente:
hacer sin hablar. (IX, 391).
787 Creedme que es una gran fortuna
aprender con experiencias ajenas. Tener que aprender por experiencia propia es
una desgracia. (XII, 365).
788 Las innovaciones deben
introducirse poco a poco, casi insensiblemente. (XII, 385).
789 El pasado debe ser maestro del
futuro. (XII, 800).
790 Usemos la prudencia de la
serpiente tratando de salvar almas, sosteniendo inviolablemente los buenos
principios, respetando y respaldando a las personas. (XIII, 618).
791 El hombre honesto, cuando no se
le cree, debe guardar silencio riguroso. (XIV, 175).
792 Solamente en caso de inmoralidad
deben ser inexorables los superiores. Es mejor correr el riesgo de alejar de la
Casa a un inocente, que retener a un escandaloso. (XVII, 112).
793 Somos hombres y tenemos que obrar
humanamente. (XVII, 201).
794 Recordad que no basta saber las
cosas, sino hay que practicarlas. (XVII, 630).
795 Preocupaos de lo que el Señor
podrá pensar de vosotros y no de aquello que, ya sea en bien, ya sea en mal,
digan de vosotros los hombres. (XVIII, 329).
796 Si queremos que prosperen
nuestros intereses espirituales y materiales, hagamos primeramente prosperar
los intereses de Dios... con nuestras limosnas. (XVIII, 509).
PUREZA
797 Cuando un sacerdote vive casto y
puro, llega a ser dueño de los corazones y es venerado por todos los fieles.
(IX, 387).
798 Toda virtud en los niños es un
precioso adorno que los hace amados de Dios y de los hombres. Pero la reina de
todas las virtudes, la virtud angélica, la santa pureza, es un tesoro de tal
precio, que los niños que la poseen serán semejantes a los ángeles del cielo.
(BAC. 675).
799 La pureza es un diamante de gran
valor; si ponéis un tesoro a la vista de un ladrón, corréis el riesgo de ser
asaltados. (BAC. 676).
800 Los limpios de corazón verán a
Dios. Por puros de corazón se entiende a los que si por desgracia pecaron, se
levantan enseguida. (XVIII, 19).
801 Comenzad pronto a practicar la
virtud y os aseguro que siempre tendréis el corazón alegre y contento, y
conoceréis cuán dulce y suave es servir al Señor. (BAC. 670).
802 Para conservar la castidad es
necesario trabajar y rezar. Si, oración y mortificación. (XII,468).
803 La virtud de la pureza es tan
preciosa y tan agradable a Dios Ntro. Señor, que jamás ha dejado sin protección
especial en todos los tiempos y circunstancias a los que la practican. (VII,
824).
804 La castidad es el adorno más
bello del cristiano. (X, 1088).
805 El ocio y la castidad no pueden
andar nunca juntos. (XIII, 801).
806 La castidad debe ser centro de
todas nuestras acciones. (XII, 224).
807 Observando la pureza estáis
seguros de caminar por el camino recto. Todas vuestras acciones, hasta las más
pequeñas, serán agradables a Dios, de todas recabaréis inmensos méritos y
estaréis ciertos de llegar al premio inmortal de la Patria Celestial, al pleno
goce de Dios. (XII,224)
808 Si amáis esta virtud tan
delicada, tan gentil, de la pureza, "seréis como los ángeles del
cielo". Amando esta virtud tendréis el santo temor de Dios, la paz en el
corazón; ya no habrá congojas ni remordimientos, sino un gran atractivo por las
cosas que miran al servicio de Dios y disposición para sufrir todo por Él.
(XII, 224).
809 La pureza debe ser el centro de
todas nuestras acciones. En los tiempos presentes es necesaria una modestia a
toda prueba y una gran castidad. (XII, 224).
810 Creo que se puede aplicar a la
virtud de la pureza la frase de la Escritura: "Todos los bienes me
vinieron con ella". Teniéndola, se tendrán todas las demás virtudes. Las
atrae a todas. No teniéndola se esfumarán todas las demás, como si no existieran,
(XII, 224).
811 Rogad ardientemente al Señor que
os conceda la virtud de la pureza y os la conserve, pues, teniéndola, no
necesitaréis preocuparos más. Con la observancia de la pureza os vendrán del
cielo todos los bienes y todos los consuelos. (XII, 224).
812 Reúne con frecuencia a los
maestros, asistentes, jefes de grupo y de paseo, y diles a todos que se
esfuercen por impedir las conversaciones peligrosas, alejar todo escrito,
estampas, "hic scientis est", y cualquier cosa que ponga en peligro
la reina de las virtudes: la pureza. Den buenos consejos, usen la caridad con
los chicos; conociendo algún muchacho peligroso para los compañeros, que te lo
digan pronto y empléense las diligencias requeridas. (VII, 525).
813 Por ningún motivo se acepten
muchachos expulsados de otro colegio, o que de cualquier modo conste que son de
malas costumbres. Si a pesar de las debidas precauciones sucediera que entrara
alguno de éstos, asígnenle inmediatamente un compañero seguro que no lo
abandone jamás. Y si falta, avísale una vez con severidad, y si re incide,
aléjalo del colegio. (XII, 526).
814 Esforzaos para alejar cualquier
pensamiento que pudiera, aún remotamente, empañar la virtud de la pureza. Lo
que más ayuda a conservarla íntegramente es la obediencia a Dios, porque estas
dos virtudes, obediencia y pureza, se complementan la una con la otra, pues,
conservando la exacta obediencia, se conserva también el inestimable tesoro de
la pureza (XII, 224).
815 Nunca serás bastante severo en
las cosas que ayudan a conservar la moralidad. (I, 153-4).
816 Recuerden los Directores que son
responsables de la reputación de ellos mismos, de los hermanos y de los
jóvenes. Los niños por ser pequeños no hablan, pero encontrándose después con
los familiares platican y aumentan tal vez, hechos, con detrimento de nuestra
buena fama y de la gloria de Dios. Ciertos actos inocentes de afecto hacia los
jovencitos pueden ser empleados por el Superior, pero no por otros. (XVI,
416-7).
817 A todos les he estrictamente
recomendado y vuelto a recomendar en la presencia de Dios y en la presencia de
los hombres, el deber de cuidar la castidad de los Salesianos y de los que en
cualquier modo o por cualquier concepto nos confía la Divina Providencia.
(XVII, 268).
818 Ni por burla, ni por broma, ni
por ninguna otra razón o pretexto, se pronuncien palabras que muevan a risa o
resten estima o benevolencia hacia personas de otro sexo. Léase y hágase
entender bien el significado de estas expresiones y dense explicaciones en
distintas oportunidades. (XVII, 269).
819 Debes darte cuenta de modo
particular qué relaciones morales existen entre maestros y asistentes, entre sí
y con los alumnos a ellos confiados. (XVII, 260).
820 Nuestros oídos los hemos
consagrado enteramente a Dios; así pues no escuches al que murmura o siembra
descontento; desecha toda malicia en tus conversaciones, y huye de las
reuniones en donde el hablar, aunque no sea malo, sea ligero. (XII, 452).
REGLAS
821 El mejor medio para difundir
nuestro espíritu, es la observancia de las reglas. (XII, 80).
822 No tratemos de reformar nuestras
reglas, sino de practicarlas. Quien busca la reforma, deforma su manera de
vivir. (X, 870).
823 La cosa más útil para nuestra
Sociedad es la observancia de las reglas. (X, 1098).
824 A la hora de la muerte, qué contentos
estaremos consolándonos con el recuerdo de haber vivido según nuestras reglas.
(XII, 460).
825 Nosotros debemos ser la
personificación de nuestras reglas, los más bellos discursos no sirven para
nada sin el ejemplo. (XVI, 849).
826 Observad las Reglas de la
Congregación y vuestra observancia triunfará. (X, 1102).
RELIGIÓN
827 Hay que popularizar lo más que se
pueda el conocimiento de la Sagrada Biblia, que es el fundamento de nuestra
religión porque nos resulta más fácil acomodar la narración sagrada a la
enseñanza de la moral y del dogma . (V, 253).
828 No se debe obligar a nadie a
recibir los Sacramentos de la Confesión y Comunión. Cada uno acérquese a ellos
libremente, por amor y no por temor. (III, 162).
829 Donde no hay religión, todo se
degenera en inmoralidad y deshonestidad. (VII, 252).
830 Sin religión no hay verdadera
ciencia, no existe moralidad ni educación. (X, 1012).
831 El catecismo de los Oratorios
Festivos es la única tabla de salvación para la juventud desenfrenada. (XIV,
541).
832 Únicamente la religión es capaz
de dar pleno cumplimiento e influir en la gran obra de la verdadera educación.
(III, 605).
833 La verdadera religión no consiste
solamente en palabras; hace falta demostrarla con obras. (VI, 144).
834 La religión siempre fue considerada
como el único sostén de la sociedad humana y de las familias: donde no hay
religión no existen ni moralidad ni orden. (VII, 252).
835 El principio de la autoridad
Divina en su cabeza visible, es la base de nuestra santa religión católica.
(VII, 397).
836 Sostengo que sin religión no se
puede obtener absolutamente nada entre la juventud. (XIII, 557).
837 Amad, respetad, practicad nuestra
santa religión; esa religión en la cual yo os he educado y os he preservado de
los peligros del mundo; esa religión que nos consuela en las penas de la vida y
nos conforta de la muerte; esa religión que nos abre las puertas de la
felicidad sin fin. (XIV, 511).
838 La religión es el único sostén en
las miserias y aflicciones de esta vida, pues únicamente ella nos asegura una
felicidad verdadera después de la muerte. (XVI, 245).
SACERDOTE
839 Celebra la Santa Misa y reza el
breviario "pie, attente ac devote". Procura practicarlo tú e
insinuarlo a tus colaboradores (VII, 524).
840 Es piadosa creencia que el Señor
concede infaliblemente aquella gracia que el nuevo sacerdote le pide al
celebrar la Primera Misa. Yo pedí ardientemente la eficacia de la palabra para
poder hacer el bien a las almas. Me parece que el Señor haya escuchado mi
humilde plegaria. (I, 519).
841 Procura rezar devotamente el
Breviario preferiblemente en la Iglesia, a fin de que sirva como de visita al
Santísimo Sacramento. (I, 129).
842 Los ministros de Dios deben
desentenderse de la política y de los parientes, si quieren hacer mucho bien.
(IX, 703).
843 (A un Párroco). "No mencione
el abandonar la parroquia. ¿Hay que trabajar?. Moriré sobre el campo de
trabajo. SICUT BONUS MILES CHRISTI QUI ME CONFORTAT. ¿Hay
espinas?. Con las espinas cambiadas en rosas los ángeles tejerán para usted una
corona en el cielo". (Salotti, 515).5
SACRIFICIO
844 No es buen miembro de la
Sociedad, aquél que no está dispuesto al sacrificio so pretexto de
cuidar su
salud. (IX, 574).
845 Llegad al convencimiento de que
la gloria de la Congregación sois vosotros, que todo está en vuestras manos. La
ayuda de Dios no fallará . (XVI, 418).
846 Nuestras manos las hemos
consagrado de una manera especial a Dios, por eso no estén ociosas, sino
empléense en oficios que vayan dirigidos a la mayor gloria de Dios. (XII, 452).
847 Nuestros pies están consagrados
al Señor. ¡Oh, que yo entre en el vastísimo campo del bien!. Por eso, no los
usemos para volver al mundo que hemos abandonado. (XII, 452).
848 Nuestra lengua la hemos
consagrado al Señor. No digamos palabras mordaces o picantes a nuestros
compañeros; no respondamos al Superior, no sembremos el descontento. Ahora que
la hemos consagrado al Señor, no la manchemos, sino que sea toda para cantar
sus glorias. (XII, 452).
849 No se mire a ningún interés
corporal, cuando se trate de hacer el bien. (XII, 629).
850 Se pueden esperar grandes
maravillas de quien renuncia a la propia voluntad. (XVI, 197).
851 Con pequeñas mortificaciones se
vencen las pequeñas insidias del demonio. (IX, 355).
SALESIANOS
852 Dios está dispuesto a obrar
grandes maravillas que contribuirán al aumento extraordinario de los
salesianos. Una sola cosa nos pide: que no nos hagamos indignos de su bondad y
misericordia. (XII, 83).
853 No aceptéis jamás, a no ser por
gravísimas razones, invitaciones para comer fuera de casa. Cuando tengáis que
aceptarlas, procurad ir siempre acompañados. (Recuerdos a los primeros
misioneros).
854 Tómense las debidas precauciones
para que nadie acepte comisiones relacionadas con los parientes y otros
externos, cualesquiera que sean. (Manual del Director, 187).
855 Por disciplina entiendo un modo
de vivir conforme a las reglas y costumbres de un instituto. (X, 1102).
856 No te olvides de las tres letras:
S.S.S: Salud - Sabiduría - Santidad. Pídelas al Señor. (P.M.6).
857 Recordaos que os mando a pescar,
no a que seáis pescados. (III, 592).
858 Dios Nuestro Señor nos continúe
dando su gracia e infunda en nuestros corazones valor y constancia para
practicar ejemplarmente nuestras constituciones, teniendo nuestro corazón fijo
allá, donde está preparado el gran premio para todos aquellos que perseveren
fieles en el divino servicio sobre la tierra. IBI NOSTRA FIXA SINT CORDA UBI
VERA SUNT GAUDIA. (XIII, 942).
859 Valor y sacrificio, aunque
cueste, a fin de perseverar en la Sociedad y sostener las obras que la Divina
Providencia nos ha confiado. (XVII, 257).
SALUD
860 Se podrá hacer economía en
cualquier circunstancia, pero a los enfermos provéaseles de cuanto les sea
necesario.(V, 17).
861 Os recomiendo que tengáis en
cuenta vuestra salud, atended vuestro trabajo, pero cuidáos de no perder la
templanza,
y todo resultará mejor. (XVIII, 244).
862 La salud del cuerpo depende de
Dios, la salud del alma está en nuestras manos. (XIV, 625).
863 Dése amplia libertad para saltar,
correr, gritar a más no poder. La gimnasia, la música, la declamación, el
teatro, el paseo, son medios eficacísimos para obtener disciplina, conservar la
moralidad y la salud. (IV, 549).
864 Para conservar la salud y vivir
por muchos años, es necesario: 1º. Conciencia clara, esto es, acostarse por la
noche tranquilo y sin preocupación por la eternidad, 2º. Mesa frugal, 3º. vida
activa, 4º buenas amistades o sea, huir de los viciosos. (VI, 302).
865 Cada uno ocúpese y trabaje tanto
cuanto su salud y su capacidad le permitan. (IX, 574).
866 Creédmelo, mis queridos hijos, os
revelo una gran verdad: si observáis buena conducta moral, haréis grandes
progresos en el estudio y conservaréis vuestra salud. (XI, 15).
867 Hay que cuidar mucho la propia
salud, para poder ganar almas a Dios y conquistar el Paraíso. (XII, 346).
868 Para conservar la salud, hay que
tomar el suficiente descanso; no trabajar demasiado y no comer fuera de las
horas establecidas. Ninguna ocupación por la noche después de la cena, es más,
después de las oraciones retirarse enseguida a reposar. (XIII, 246).
869 La salud es un poderosísimo e
indispensable elemento para hacer el bien al prójimo. (XIII, 498).
870 Después de la gracia de Dios, el
más grande tesoro es la salud. (XIV, 382).
SANTIDAD
871 Hagámonos santos, si queremos que
el mundo hable de nosotros. (XVII, 557).
872 Seguid, o mortales, los gloriosos
ejemplos de los santos, pues, éstos son el camino que lleva a la gloria, el
camino de la felicidad. (V, 727).
873 La Comunión es para hacerse santo
y no para los santos. (VII, 679).
874 No es la ciencia la que hace los
santos, sino la virtud. (VIII, 931).
875 Las cruces son las que nos
conducen a la gloria, las actuales espinas se trocarán en rosas ante vuestros
ojos. (XV, 659).
876 Sé obediente y serás santo. (VI,
416).
877 Jesús te espera en la Iglesia.
¿Por qué no lo visitas a menudo?. Sé apóstol de la Eucaristía. (P.M.12).
878 ¿Queremos llegar aun grado muy
alto de santidad y conquistar el Paraíso?. Seamos fieles en obedecer aún en las
cosas pequeñas. (XIII, 210).
879 Santifica a los demás
santificándote a ti mismo. (XIII, 880).
880 No hay que hacer consistir la
santidad en exterioridades. (XVI, 24).
881 Hacéos obedientes y os haré
grandes santos. (XVI, 197).
882 ¿Queréis ofrecer la mejor
florecilla a la Sma. Virgen?. Sé exacto en el cumplimiento de tus deberes. (P.M.LL).
SINCERIDAD
883 Sed siempre sinceros en vuestras
palabras; nunca digáis mentiras; pues, además de ofender a Dios, perderíais la
estimación de vuestros superiores y amigos. (BAC. 679).
884 Os recomiendo que seáis sinceros
con vuestros superiores, no ocultándoles nunca vuestras faltas con disimulo, y
aún menos negando haberlas cometido. (BAC. 671).
885 Decid siempre con franqueza la
verdad, porque la falsedad os hace hijos del demonio, príncipe de la mentira, y
os hará perder el honor y la reputación cuando vuestros superiores y compañeros
lleguen a descubrir la verdad. (BAC. 671).
886 Por el fruto se conocerá, si
hacéis buenas confesiones. (X, 21).
SUFRIMIENTO
887 El yugo de la cruz es como el
jugo que usan las abejas, que impide a los insectos nocivos la entrada a la
colmena. (BAC. 603).
888 En el Evangelio se encuentra
escrito: Bienaventurados los que sufren, y no los que gozan. (XII, 631).
889 Existe una providencia que guía
nuestro destino y que permite con frecuencia que uno caiga en los males que
deseaba a otro. (II, 119).
890 Todos debemos cargar nuestra cruz
con Jesús, y esa cruz son los sufrimientos que encontramos en el camino de
nuestra vida. (X, 648).
891 El camino de la cruz es el que
nos conduce a Dios. (XI, 363).
892 De la cruz podemos sacar
fortaleza, rezando y meditando. (XII, 601).
893 Venceremos a nuestros enemigos,
abrazándonos a la cruz. (XII, 601).
894 No basta tomar la cruz en la
mano, es necesario saber cargarla. (XII, 601).
895 Los achaques de la vejez,
tomémoslos como nuestra cruz. (XVII, 555).
896 No basta cargar, es necesario
amar la cruz que Jesús nos pone sobre las espaldas. (XVIII, 82).
897 Súfrelo todo, pero no te olvides
que ha de ser con caridad. (XIII, 881).
898 Para hacer el bien hay que tener
el valor de sufrir y sobrellevar las contrariedades. (III, 52).
899 Dios nos quiere en el paraíso,
pero por el camino de las tribulaciones. (XVIII, 371).
900 Acuérdate tú que sufres, que
trabajas por un Patrón que es Dios. (VIII, 444).
901 Las espinas de la vida se
trocarán en flores para toda la eternidad. (VIII, 476).
902 Si en esta vida soportamos las
espinas, en la otra gozaremos de las rosas. (X, 648).
903 Tarde o temprano, por amor o por
fuerza hay que abandonarlo todo y para siempre; al mundo con sus lisonjas, a
padres, amigos y casa. (XVII, 263).
904 Cuando sintáis las espinas,
metedlas entre la corona de Jesús. (XI, 363).
905 Es necesario que nos
crucifiquemos con Jesucristo; la cruz es su bandera y su estandarte; quien no lo
quiere seguir no es digno de ser su discípulo. (XI, 513).
TEMPLANZA
906 Nuestra Congregación no
disminuirá nunca, antes bien, irá siempre en aumento, con tal que se trabaje
mucho y se haga reinar la templanza. (XII, 383).
907 La templanza es bendecida por el
Señor y refuerza nuestra inteligencia y nuestra salud corporal. (II, 395).
908 Dadme un joven que sea
mortificado en el comer, en el beber, en el dormir, y lo veréis virtuoso,
cumplidor de sus deberes y amante de todas las virtudes. (IV, 184).
909 En la cena hay que comer menos
que en la comida y recomendar a los jóvenes tener ligero el estómago al
acostarse. (IV, 201).
910 No os impongo específicamente
ningún ayuno, pero os recomiendo la templanza. (XII, 20).
911 Sed parcos en comer carne y en
beber vino; los excesos de inmoralidad que campean en algunos países se deben
al abuso de la carne y del vino. La sobriedad en la alimentación alivia los
problemas espirituales. (XIII, 85).
912 Estómago cargado es causa de
tentación; todo lo que llena en exceso el estómago, es materia apta para el
diablo. (XIII, 432).
913 Templanza y trabajo son los dos
mejores custodios de la virtud. (XV, 460).
TRABAJO
914 Si trabajo de prisa, es porque
por muchos años que se viva, no se puede hacer ni la mitad de lo que quisiera.
(DB.449).
915 Trabajad, trabajad mucho, pero
haced de modo que lleguéis a trabajar por mucho tiempo. (XIV, 254).
916 No hay que obstinarse en querer
trabajar; donde no se puede hacer nada, es mejor cambiar a otro lugar donde
puedan emplearse nuestras fuerzas útilmente. (XII, 255).
917 Convencéos de que el hombre ha
nacido para el trabajo; y cuando se excusa de él, está fuera de su centro y
corre riesgo de ofender a Dios. (BAC. 681).
918 En mi Casa nunca faltará pan,
pues la Divina Providencia proveerá; trabajo, porque cada uno desempeña el
oficio de tres; paraíso, porque quien come de la Providencia y trabaja por
Dios, tiene derecho a un pedazo de cielo. (XVII; 251).
919 El trabajo es la mejor arma
contra los enemigos del alma. (I, 518).
920 Trabajo por Dios: el paraíso lo
recompensa todo. (III, 587).
921 Mis queridos jóvenes, en vez de
sugerir penitencia o disciplina, os recomiendo Trabajo, Trabajo, Trabajo. (IV,
216).
922 Quien no se habitúa al trabajo
desde la juventud, será por regla general un flojo hasta la vejez. (IV, 748).
923 Por trabajar se entiende cumplir
fielmente con las obligaciones del propio estado. (IV, 748).
924Trabajemos constantemente en esta
vida para salvar nuestra alma y muchas otras almas; ya descansaremos en la
eternidad bienaventurada. (X, 9).
925 El trabajo y la templanza harán
florecer nuestra sociedad. (X, 102).
926 Trabajemos sin cesar y haremos
mucho bien. (XI, 169).
927 Mientras estemos siempre
ocupados, nuestros asuntos andarán bien. (XII, 37).
928 También el trabajo ayuda a
conservar la moralidad. (XIII, 86).
929 Mientras se trabaja, se destierra
al demonio. (XIII, 116).
930 Vivimos en tiempos en los cuales
es necesario obrar. El mundo se ha vuelto materialista, por esto es necesario
trabajar y dar a conocer el bien que se hace. (XIII, 126).
931 Nosotros no estamos para buscar
dinero, sino para trabajar. (XIII, 80).
932 No estéis nunca desocupados; si
no trabajáis vosotros, trabajará el demonio. (XIII, 801-433).
933 Si quieres hacer mucho, trabaja
poco, o sea, no más de lo que tus fuerzas te lo permitan. (XIII, 878).
934 Seamos ambiciosos, pero de salvar
nuestra alma con sacrificio. (IX, 354).
935 Haced agradables las vacaciones,
mas no estéis ociosos. (XIII, 433).
936 A quien no le guste trabajar, no
es buen Salesiano. (XIX, 157).
937 Mientras los Salesianos y las
Hijas de María Auxiliadora se consagren a la oración y al trabajo, practiquen
la templanza y cultiven el espíritu de pobreza, las dos Congregaciones harán
mucho bien; pero si por desgracia aflojan en el fervor y rehuyen del trabajo y
aman las comodidades de la vida, habrá terminado todo, comenzará la decadencia,
caerán por tierra y desaparecerán. (X, 651-2).
938 Como yo me sacrifico, entiendo
que todos los Salesianos trabajarán por la Iglesia hasta el último aliento.
(XIV, 229 - 613).
939 Trabajar con ahínco para preparar
mejor nuestra salvación eterna. Este debe ser el fin de todo Salesiano y su
continuo anhelo. (XVII, 176).
940 Los Salesianos triunfarán en todo
con la humildad, con el trabajo, con la templanza. (XVII, 301).
941 ¡Ánimo!. Todo pasa, sólo Dios
queda. Ama tu trabajo y no dejes de cumplir tu deber cada día. (P.M.1).
942 Si un Salesiano sucumbiese por
exceso de trabajo, ganará otros cien para la Congregación. (XII, 382).
943 Nuestra Congregación os asegura:
Pan, Trabajo y Paraíso. (VII, 600).
944 Recuerda siempre a todos los
Salesianos el lema adoptado por nosotros: TRABAJO y TEMPLANZA. Son dos armas
con las cuales llegaremos a triunfar en todo. (XIII, 326).
945 Ninguno entre a la Congregación
con la esperanza de estarse con las manos en la cintura. (XIII, 424).
946 Si correspondemos a las gracias
de Dios con el trabajo, con la templanza, con el buen ejemplo; el Señor se
servirá de nosotros, de tal manera que quedaremos gratamente sorprendidos por
el éxito alcanzado y de seguir haciendo
maravillas.
Con el espíritu de dulzura de San Francisco de Sales, el mundo tendrá que ceder
ante la bondad y en la gloria de Dios veremos el bien de la sociedad. Podremos
exclamar: "Omnia possum in eo que me confortat". (XII, 83).
947 Cuando un Salesiano sucumb a bajo
el peso excesivo, trabajando por las almas, entonces podréis decir que nuestra
Congregación ha alcanzado un gran triunfo y sobre ella descenderán copiosas
bendiciones del cielo. (XVII, 273).
948 Ánimo, si aquí en la tierra
trabajas, en el cielo tendrás gozo eterno. (XII, 797).
949 Me consta que se trabaja mucho,
esto me satisface, porque donde se trabaja incesantemente, el demonio fracasa.
(X, 1054).
950 Sólo las buenas obras son las
verdaderas riquezas que nos aseguran un puesto allá en el cielo. (XII, 328).
951 El dinero no puede llenar el
corazón del hombre, sino el buen uso que de él se hace, es lo que produce la
verdadera satisfacción. (I, 129).
952 Trabajemos con fe, practicando
nosotros mismos lo que recomendamos a los demás. (X, 992).
953 Cada día se trabaja por el
paraíso, los bienes de esta vida son transitorios, los del cielo son eternos.
Asegúratelos. (P.M.36).
954 La templanza y el trabajo son los
guardianes de la virtud. (XV, 460).
VICIO
955 Cuando un vicio domina a un
hombre, sólo por un milagro podrá convertirse. (XIII, 273)..
956 El ocio trae consigo todos los
vicios. (III, 92).
957 La soberbia conduce al vicio. (V,
708).
958 Si un joven es goloso, amante del
vino, dormilón, poco a poco adquirirá todos los vicios. (IV, 184).
959 La soberbia y la inmodestia son
dos vicios capitales, que arruinan la mayor parte de las almas. (IX, 164).
960 El principio de todo vicio es la
soberbia. (IX, 405).
961 El sacerdote o muere por el
trabajo o muere a causa de sus vicios. (XIII, 86).
962 El vicio se propaga infiltrándose
como el fluido eléctrico sobre el cuadro magnético. (XIII, 726).
963 El ocio es un vicio que arrastra
consigo a muchos otros vicios. (XIII, 801).
VIRTUD
964 No es el hábito el que honra al
religioso, sino la práctica de la virtud. (I, 373).
965 Las diversiones mundanas traen
siempre el riesgo de arruinar la virtud, especialmente la delicadísima virtud
de la castidad. (I, 421).
966 La primera virtud de un joven es
la obediencia a su padre y a su madre. (III, 166).
967 Las buenas costumbres conducen a
la virtud y nos dan una certeza moral de salvarnos. (III, 607).
968 Suelen alejar a un joven de la
virtud: los malos compañeros, el exceso en el beber, el acaloramiento en el
juego y la costumbre de fumar. (III, 607).
969 Las virtudes que constituyen el
más bello adorno de un joven cristiano son: la modestia, la humildad, la
obediencia y la caridad. (IV, 748).
970 Los que verdaderamente quieren
llegar a ser algo grande, necesariamente tienen que comenzar desde muy jóvenes
a abrazar el camino de la virtud. (VI, 99).
971 La buena educación es el germen
de muchas virtudes. (VI, 211).
972 Es más importante una virtud
constante, que las gracias extraordinarias. (VI, 979).
973 Un joven que no es capaz de soportar
una injuria sin venganza y que no es capaz de tolerar una reprensión, aunque
fuera injusta, de sus superiores, y más aún de sus padres, está muy atrasado en
la virtud. (VII, 292).
974 La obediencia es el camino menos
difícil y el más seguro para adelantar en todas las virtudes. (VII, 694).
975 Dios nunca abandona al joven
virtuoso. (IX, 567).
976 No podremos nunca pretender que
nuestros dependientes practiquen la virtud que nosotros no ejercitamos. (X,
1105).
977 Donde hay castidad, allí estarán
las demás virtudes, pues ella las atrae. Donde no hay castidad, las demás
virtudes desaparecen como si no existieran. (XII, 224).
VOCACIÓN
978 En la vida religiosa no sólo
encontrarás la paz, la salvación del alma, la felicidad espiritual, sino
también los bienes temporales que en el mundo no habrás encontrado. (BAC. 591).
979 Quien se decide a servir al
Señor, no ha de caminar siempre sobre rosas, sino que encontrará cardos y
espinas. (BAC. 594).
980 Para ayudar a las vocaciones
gastad todo lo que tengáis, y si fuere necesario pedid limosna, y la Sma.
Virgen vendrá en vuestro auxilio prodigiosamente. (XV, 659).
981 Felices los que se dan a Dios
desde el tiempo de la juventud. (XVIII, 864).
982 Por falta de medios no se deje de
recibir a un joven que da esperanzas de tener vocación. (V, 397).
983 Dios llamó a la pobre
Congregación Salesiana para promover las vocaciones eclesiásticas entre la
juventud pobre y de mediana condición. (XVII, 261).
984 Si nosotros nos preocupamos de
las vocaciones, la Divina Providencia pensará en nosotros. (XV, 249).
VOTOS
985 Ningún miembro de la Congregación
haga contratos, reciba dinero, o haga préstamos a parientes, amigos o a otros.
Nadie conserve dinero o la administración de bienes temporales, sin ser
directamente autorizados por el Superior. La observancia de este artículo
mantendrá lejos la peste más fatal para las congregaciones religiosas. (Manual
del Director, 187).
986 Quien hace votos religiosos
adquiere nuevamente es estado de inocencia bautismal y obtendrá en la presencia
del Señor el mismo mérito, como si derramara su sangre por Dios y se
considerará como si fuera un mártir por la fe.
987 No basta hacer los votos, sino es
necesario esforzarse por cumplir lo que se promete al Señor. (XII, 452).
988 Al hacer votos, no se puede tener
segundas intenciones. (XIII, 424).
989 Una buena obra hecha por voto
tiene mayor mérito que hacerla sin voto. (XVII, 560).
990 Si amáis la pureza, seréis
ángeles, pues tendréis temor de Dios, paz del corazón, sin congojas ni
remordimientos. (XII, 224).
991 Si queréis el secreto de
conservar vuestros votos, os lo doy. Todas las virtudes están comprendidas en
la
obediencia.
(XVII, 561).
992 Despréndete del amor propio y
prefiere seguir el consejo de tus superiores, que son tus verdaderos amigos.
(P.M.17).
993 Roma no se hizo en un día. Tú
tampoco pretendas hacerte santo de repente. (P.M.4).
994 Tarde o temprano, por amor o por
fuerza hay que abandonarlo todo y para siempre; al mundo con sus lisonjas,
padres, amigos y casa. (XVII, 263).
995 En la vocación transíjase en la
mediocridad, pero jamás en la falta de la virtud de la pureza. (XVII, 262).
996 Quien se tarda en darse a Dios,
está en gran peligro de perder su alma. (XVIII, 863).
997 Con la profesión religiosa,
devolvemos al Señor lo que Él mismo nos ha prestado, y es de su absoluta
propiedad. (XVII, 16).
998 Quien se consagra a Dios con
votos, ofrece al Señor todo lo que tiene. (XVII, 560).
999 Antes de pronunciar los votos,
hay que asegurarse si existe alguna garantía para observar la castidad. (XIV,
124).
1000 Hallarás, como los hebreos en el
desierto, agua amarga, esto es, disgustos, dificultades, penas, sinsabores,
etc., pero haz lo que Moisés recomendó a los suyos, meter en el agua amarga el
leño que tiene la cualidad de dulcificar el agua: el leño de la cruz. (XII,
600).
SUBSIDIOS PUBLICADOS POR EL CENTRO ACS
"Mamá MARGARITA" de BERNAL
(1989-2003)
1. LA ALEGRÍA DE SER POBRE ENTRE LOS POBRES – Sor
Teresa de Calcuta.
(1989)
2. RECOPILACIONES – Para ayudar a leer y meditar la
Exhortación Apostólica
"CRISTIFIDELES LAICI".
3. CAMBIEMOS EL CORAZÓN – Mensaje de la Comisión
Permanente del Episcopado Argentino.
4. DON FELIPE RINALDI – Genuino testigo e
intérprete del Espíritu Salesiano (Carta del R.Mayor
5. Don.E. Viganó).
6. CONSIGNA 1990 – Comentario del Aguinaldo del
Rector Mayor para 1990.
7. AVENTUREROS DEL REINO (1) – MONSEÑOR JOSÉ
FAGNANO.
8. AVENTUREROS DEL REINO (2) – MADRE ANGELA
VALLESE.
9. LA PREOCUPACIÓN SOCIAL DE LA IGLESIA por R.
Antoncich.
10. COMUNICACIÓN SOBRE EL ABORTO Y LA PENA DE
MUERTE. Comisión Permanente del
Episcopado Argentino.
11. EDUCAR A LOS JÓVENES EN LA FE, TAREA Y RETO
PARA LA COMUNIDAD SALESIANA HOY–
C.G.23 de los SDB
12. AGUINALDO DEL RECTOR MAYOR PARA 1991 –
Comentario del Rector Mayor Don E. Viganó.
13. REFLEXIONES JUNTO A LA VÍRGEN DEL VALLE –
Comisión Permanente del Episcopado Argentino
en Catamarca.
14. CARTA ENCÍCLICA “CENTESIMUS ANNUS” del Papa
Juan Pablo II.
15. REGLAMENTO DE VIDA APOSTÓLICA – Para uso de los
Aspirantes a CC.SS.
16. IMITACIÓN DE LA VÍRGEN.
17. ELEMENTOS Y LÍNEAS PARA UN PROYECTO SEGLARES.
18. LOS HIJOD DE DON BOSCO EN AMÉRICA.
19. AVENTUREROS DEL REINO (3) – CARDENAL JUAN
CAGLIERO.
20. AVENTUREROS DEL REINO (4) – PADRE DOMINGO
MILANESIO.
21. AVENTUREROS DEL REINO (5) – Madrecita MARIÁ
TRONCATTI.
22. DE LAS MISIONES A LOS ALTARES (1) – Beata LAURA
VICUÑA.
23. DE LAS MISIONES A LOS ALTARES (2) – CEFERINO
NAMUNCURÁ.
24. DE LAS MISIONES A LOS ALTARES (3) – PADRE LUIS
VARIARA.
25. AVENTUREROS DEL REINO (6) – PADRE EVASIO
GARRONE.
26. DE LAS MISIONES A LOS ALTARES (4) – Coadjutor
ARTÉMIDES ZATTI.
27. BREVE RESEÑA DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA
IGLESIA.
28. AVENTUREROS DEL REINO (7) – P. PEDRO BONACINA –
Coadj. SANTIAGO DALMASSO Y
ANTONIO PATRIARCA - Monseñor SANTIAGO COSTAMAGNA –
Monseñor LUIS LASAGNA – PADRE
JOSÉ VESPIGNANI.
29. NAZARET, ESCUELA DE SANTIDAD (1) – G. Hoormaert
S.J.
30. CONCEPCIÓN TOMISTA DE LA PROPIEDAD – Monseñor
Osvaldo Musto.
31. NAZARET, ESCUELA DE SANTIDAD (2) – G. Hoormaert
S.J.
32. LA LITURGIA DE LAS HORAS.
33. PARA QUE LA ASOCIACIÓN TENGA FUTURO – P. José
Reinoso S.D.B.
34. LA PALABRA DEL DELEGADO – P. Vicente Ricchetti
S.D.B.
35. MAMÁ MARGARITA, TODOS LA LLAMABAN MAMÁ – María
Rampini H.M.A.
36. JOSÉ FRANCISCO BENÍTEZ, PRIMER COOPERADOR DE
AMÉRICA – A. González.
37. LA VIDA ESPIRITUAL DEL COOPERADOR SALESIANO EN
EL MUNDO CONTEMPORÁNEO – José
Aubry S.D.B.
38. COOP.SALES.: UNA VOCACION APOSTÓLICA SALESIANA
(1) – UNA VIDA CRISTIANA Y ECLESIAL
P. José Colomer S.D.B.
39. COOP.SALES.: UNA VOCACIÓN APOSTÓLICA SALESIANA
(2) – UNA VIDA SECULAR – P. José
Colomer S.D.B.
40. COOP.SALES.: UNA VOCACIÓN APOSTÓLICA SALESIANA
(3) – UNA VIDA SALESIANA – P. José
Colomer S.D.B.
41. COOP.SALES.: UNA VOCACIÓN APOSTÓLICA SALESIANA
(4) – UNA VIDA APOSTÓLICA – P. José
Colomer S.D.B.
42. COOP.SALES.: UNA VOCACIÓN APOSTÓLICA SALESIANA
(5) – UNA VIDA DE COMUNIÓN–P. José
Colomer S.D.B.
43. COOP.SALES.: UNA VOCACIÓN APOSTÓLICA SALESIANA
(6) – UNA VIDA EN CRECIMIENTO –
P.José Colomer S.D.B.
44. BERNAL, A CIEN AÑOS DE LA LLEGADA DE LOS
PRIMEROS SALESIANOS – LA CASA DE LA
SAGRADA FAMILIA.
45. ALGUÍEN ESTÁ A MI LADO – Alfonso de Santa Cruz
S.J.
46. LA EUCARISTÍA, MISTERIO DE PRESENCIA DEBIDO AL
AMOR.
47. PRESENCIA DE LA MUJER EN LA EXPERIENCIA
CARISMÁTICA DE DON BOSCO – P. José Aubry.
48. CONCLUSIONES DEL 1er. CONGRESO DE CCSS DE LA
REGIÓN ATLÁNTICA – Ypacaraí – Paraguay
(7-10 Abr.1994).
49. LA MUJER – Tema de reflexión.
50. LA PALABRA DEL RECTOR MAYOR DON EGIDIO VIGANÓ –
En Bernal en Marzo de 1982.
51. EN EL DÉCIMO ANIVERSARIO DE LA VISITA DEL PAPA
JUAN PABLO II A LA ARGENTINA (1ª Parte).
52. EN EL DÉCIMO ANIVERSARIO DE LA VISITA DEL PAPA
JUAN PABLO II A LA ARGENTINA (2ª Parte).
53. MUTUAS RELACIONES ENTRE RELIGIOSOS Y LAICOS –
Víctor Codina.
54. DON BOSCO ESTUVO ENTRE NOSOTROS. La palabra del
R. Mayor Don Juan Vecchi (12-Abr.-1997)
55. NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN LOS CUATRO
EVANGELIOS. (1er. Cuadernillo - 1997).
56. NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN LOS CUATRO
EVANGELIOS. (2do. Cuadernillo - 1997).
57. NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN LOS CUATRO
EVANGELIOS. (3er. Cuadernillo - 1997).
58. NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN LOS CUATRO
EVANGELIOS. (4to. Cuadernillo - 1997).
59. NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN LOS CUATRO
EVANGELIOS. (5to. Cuadernillo - 1997).
60. ESPÍRITU SANTO SEÑOR Y DADOR DE VIDA (1er.
Cuadernillo – 1998)
61. ESPÍRITU SANTO SEÑOR Y DADOR DE VIDA (2do.
Cuadernillo – 1998)
62. ESPÍRITU SANTO SEÑOR Y DADOR DE VIDA (3er.
Cuadernillo – 1998)
63. ESPÍRITU SANTO SEÑOR Y DADOR DE VIDA (4to.
Cuadernillo – 1998)
64. ESPÍRITU SANTO SEÑOR Y DADOR DE VIDA (5to.
Cuadernillo – 1998)
65. LA MISIÓN DEL COOPERADOR JOVEN – (1998).
66. ESPÍRITU SANTO SEÑOR Y DADOR DE VIDA (6to.
Cuadernillo – 1998)
67. SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE Y NOS BASTA (Jn.
14,8) (1er. Cuadernillo – 1999)
68. SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE Y NOS BASTA (Jn.
14,8) (2do.. Cuadernillo – 1999)
69. SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE Y NOS BASTA (Jn.
14,8) (3er. Cuadernillo – 1999)
70. SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE Y NOS BASTA (Jn.
14,8) (4to. Cuadernillo – 1999)
71. SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE Y NOS BASTA (Jn.
14,8) (5to. Cuadernillo – 1999)
72. SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE Y NOS BASTA (Jn.
14,8) (6to. Cuadernillo – 1999)
73. SEÑOR, MUÉSTRANOS AL PADRE Y NOS BASTA (Jn.
14,8) (7mo. Cuadernillo – 1999)
74. LOS BUENOS PASTORES DAN LA VIDA POR LAS OVEJAS
– Beatos LUIS VERSIGLIA y CALIXTO
CARAVARIO (2000)
75. LA ASOCIACIÓN COOPERADORES SALESIANOS – SU
CARACTER ECLESIAL – LOS CENTROS Y
SU ERECCIÓN CANÓNICA (2001).
75 DOCUMENTOS EMITIDOS DE LA CONSULTA MUNDIAL 2001
– Roma 22-29 Julio 2001
76. EL DIÁLOGO SOMOS TODOS - Documento de la Mesa
del DIÁLOGO ARGENTINO - BASES PARA
LAS REFORMAS. (2002)
77. DON BOSCO ENTRE NOSOTROS - El Mensaje del
Rector Mayor Don PASCUAL CHAVEZ a la Familia
Salesiana (Bernal 13-OCTUBRE-2002)
78. AGUINALDO 2003 del Rector Mayor (Marzo 2003)
79. ¿POR QUÉ NOS MIENTEN? - Dr. Angel Abel
MALDONADO (Junio 2003)
80. UNA VISITA AL SAGRARIO (Julio 2003).
81. 1000 MÁXIMAS DE DON BOSCO. P. Rafael SÁNCHEZ
VARGAS SDB. (Agosto 2003).
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