Querida Familia Salesiana,

junto a Mamá Margarita,

 festejemos el 190 aniversario

del nacimiento de San Juan Bosco.

Por Astrid Avilés

 

 

Desde el año 2003, se han desarrollado festejos en Colle Don Bosco, para recordar la fecha de su natalicio. Es una iniciativa hermosa, que nos conduce al año de su bicentenario, unidos en su Carisma, luchando siempre por el bienestar de los jóvenes, acompañándolos en su camino a la santificación.

 

Cuando vino a Guadalajara, México, el Rector Mayor, don Pascual Chávez, acompañó a los cooperadores salesianos en su Sede Inspectorial,  allí tuvimos la dicha de que bendijera la Capilla en honor de Alejandrina María da Costa y nos dirigiera un mensaje lleno de amor y de alegría. Nos expuso el Aguinaldo 2005 y nos dejó un mensaje directo: ¡Don Bosco jamás habló mal de ningún joven!

 

Ya en esta página de Mamá Margarita les pongo todo el discurso, pero quiero hacer énfasis en esta recomendación. Para nosotros, padres de familia, es un mandato de amor. Aprender de Don Bosco a hablar siempre muy bien, mucho muy bien (subrayo) de nuestros hijos y de sus amigos, de todos los jóvenes.

 

Esto no quiere decir que no los eduquemos.  Don Bosco educó siempre a sus jóvenes, sobre todo con esa manera hermosa de amarlos: con una palabrita al oído. Es decir, Don Bosco buscaba el momento propicio para ayudarlos, para hacerlos crecer en Jesucristo. Buscaba esos momentos, en el patio, en el recreo, en el momento de confesarlos, pero siempre solos, en forma individual, solamente el joven y Don Bosco.

 

Lo mismo educó Mamá Margarita  sus hijos, a cada uno por separado, iba educando su carácter y doblegando su voluntad hacia Dios y hacia el bien, y cuando estaban juntos, unidos en una convivencia armoniosa, siempre amable, recordemos los momentos de alegría, en las noches estrelladas, cuando ya se había acabado el trabajo del día y estaban juntos disfrutando la velada, allí les hablaba de la bondad de Dios para todos sus hijos, han de haber sido hermosas esas noches en I Becchi, sin luces, en el silencio, lleno de los susurros del viento entre los árboles, con las voces de las aves nocturnas, pero sin el ruido de las vacas, de los terneros, de gallinas y gallos, que todos estaban ya en el sueño reparador.

 

Termino con el mensaje del Rector Mayor, que es un mandato de amor: ¡Hablar siempre bien de nuestros hijos, de nuestros jóvenes, ensalzarlos, enaltecerlos, fijarnos en sus virtudes y gritarlas a los cuatro vientos!. Y entonces, Dios, que los ama tanto, nos dará el momento propicio para guiarlos en su camino hacia la Santidad, en su camino dentro del Reino de Dios en la tierra. Una forma hermosa de empezar nuestro Oratorio festivo familiar.

 

Siempre acompañados de nuestra hermosísima Madre María Auxiliadora, junto con Mamá Margarita, toda la Familia Salesiana te decimos:

 

¡Feliz Cumpleaños, papá Don Bosco!