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En la casilla libre, Esteban escribe una sola palabra: misionero. Apenas ha enviado la carta cuando del distrito militar le llega la carta de alistamiento. Es 1915. Italia ha entrado en la primera guerra mundial y Ferrando, con veinte ańos, es llamado a las armas. Durante cuatro ańos, es sargento de sanidad en primera línea. Corre en la camilla tras la explosión de las bombas, cruz roja en el brazo, a recoger a los heridos. Por su "desprecio del peligro" (que para él sólo es caridad cristiana) se le concede la medalla de plata al valor. 1920. entero en el cuerpo y en el alma, Esteban Ferrando, con veinticinco ańos, puede volver a sus salesianos. Le parece un sueńo. Es ordenado sacerdote el 18 de marzo de 1923 en Borgo San Martino. Va a decir la primera misa a su pueblo natal, Rossiglione (Génova). Le acompańan su padre Agustín, su madre Josefina, su hermano y hermana. Un día dirá: "He recibido de mi familia una rica herencia: un gran amor a Dios, un buen espíritu de sacrificio, y un carácter inclinado a la alegría. Destino Asssam Apenas vuelve a Borgo San Martino, recibe una comunicación de la Dirección General: "Has sido destinado a la misión salesiana del Assam, en la India. Dirigirás la expedición de los novicios salesianos que está para partir. Está preparado". Confiará a su sobrino don Juan Ferrando: "Caí de las nubes. No estaba preparado, no sabía una palabra de inglés, lengua oficial de la India. Pero estaba acostumbrado a obedecer. En mi vida no he pedido nada, ni he rechazado nada. Acepté". Al frente diez jovencísimos salesianos y aspirantes salesianos (que harían el ańo de noviciado en India), el padre Ferrando llegó a Shillong, capital del Asma, el 23 de diciembre de 1923. en aquel tiempo, con el nombre de "Asma" se indicaba todo el nordeste de India, formado por el fértil y extensísimo valle del Brahmaputra y por las inmensas montańas y colinas a su alrededor. (Hoy aquel territorio comprende cinco estados y dos territorios de la Unión India, república federal de 25 estados y de 7 territorios.) El Asma fue siempre el gran camino de las invasiones del Extremo Oriente. Sobre sus montańas intransitables están las "tribus de los montes", descendientes de antiguos pueblos llegados del Himalaya, de Japón, de Tailandia, de Filipinas, de Polinesia. Se asentaron en diversas épocas, bajando por el valle del Brahmaputra. A cada invasión, los recién llegados arrojaban a las colinas a los anteriores ocupantes. Y ahora aquella zona es un mosaico de tribus (Khasi, Garo, Bhoi, Boro, Naga, Lalung, Mao, Manipur) que hablan 160 lenguas o dialectos diversos, y tienen costumbres que sólo se encuentran en zonas lejanísimas, como Filipinas e Indonesia. A aprender la lengua en las aldeas Un mes después de la llegada (25 de enero de 1925) se dio comienzo al noviciado. El padre Deponti era el superior y maestro, el padre Ferrando su joven ayudante, empeńado del todo en "aprender". Pero a los pocos meses el padre Deponti enfermó gravemente se vio obligado a volver a Italia. El padre Ferrando, que apenas había tenido tiempo de echar una mirada alrededor, fue llamado por el jefe de la misión, mons. Mathias, y nombrado superior y maestro de novicios. En lugar de encogerse, sonrió: "Todavía no he aprendido nada y ya debo enseńar. El Seńor continúa bromeando conmigo: Ąde sargento de sanidad a sargento en su ejército espiritual! Él se fía..." fue maestro de vida salesiana y de sólida espiritual por diez ańos seguidos. Recordaba: "Los novicios y los jóvenes salesianos que provenían de Italia probaron a aprender la lengua Khasi (la que se hablaba en la zona de Shillong) sobre la gramática, llenando cuadernos de ejercicios y garabatos. Pero pronto encontramos un método mejor: nos metimos en medio de los muchachos y de la gente, y nos pusimos a hablar con ellos. Los domingos tomábamos alegremente por asalto las aldeas esparcidas sobre las colinas de los alrededores, y organizábamos con los muchachos el oratorio festivo, como hacía Don Bosco en los prados de Valdocco. Yo confesaba y decía la misa para las familias católicas, luego una sencilla comida y juegos y alegría para todos... en la casa salesiana reinaba un clima de familia sereno. Después de la cena, nuestro superior, mons. Mathias, llamaba a todos a su alrededor. Nos sentábamos por tierra en círculo bajo el hermoso cielo estrellado, se cantaba en coro, se comentaban los sucesos del día, algunos improvisaban mímicas y sketch. Y cuando el sueńo hacía acto de presencia, se recitaban las oraciones seguidas de unas cordiales "buenas noches". "Besé la tierra" En sus "memorias" escribió sonriendo: "Mi promoción de sargento a capitán sucedió en el 1934, cuando con gran sorpresa mía, fui consagrado obispo. Me mandaron a regir la diócesis de Krishnagar, en Bengala Occidental (a 100 kilómetros al norte de Calcuta). Con mucho dolor dejé mi Shillong. Pensé que no volvería a ver más. Por el contrario, el Seńor continuaba bromeando conmigo, y al ańo fui enviado precisamente a Shillong como obispo. Mons. Mathias había sido destinado como arzobispo a la gran ciudad de Madrás, en el sur de la India. Y a mí se me mandaba a ocupar su lugar. Recuerdo mi vuelta a Shillong. Era el 14 de marzo de 1936, y fueron a recibirme los sacerdotes de la diócesis, mis queridísimos clérigos salesianos y centenares de cristianos. Estábamos contentos al vernos de nuevo. Me arrodillé y besé la tierra que ahora era de mi diócesis, confiada a mí como pastor, sucesor de los apóstoles. Después, a la grupa de un caballo blanco recorrí tres kilómetros entre dos filas de gente que me acogía festivamente. Caían las sobras de la tarde, y la procesión con las antorchas encendidas se desarrolló como una larga cinta luminosa. Al llegar a la catedral, hablé a la gente y dije: "Yo confío esta nuestra diócesis a Jesús Crucificado, y ruego para que mi vida se gaste y sea aceptada por Dios por el bien de vuestras almas". Obispo itinerante Comenzó su nueva vida de "obispo itinerante". Los misioneros trabajaban en las primeras comunidades cristianas esparcidas en los valles y sobre las colinas. En todo el Assam había sólo 4.000 católicos. Pero las comunidades crecían, se multiplicaban. A sus sacerdotes, el nuevo obispo les recomendó: "No podéis convertir las almas desplazándoos en automóvil; para acercarse a las personas y resolver sus problemas es necesario caminar a pie". Y dándoles ejemplo, comenzó a desplazarse continuamente, atravesando toda su diócesis, desde las colinas hasta la llanura, para mantener los contactos personales con la gente. Ninguna dificultad le parecía insuperable: lo sostenla una fe recia. Caminaba kilómetros y más kilómetros entre selvas y pantanos. Escribió: "Mi jornada de obispo misionero ha sido larga, muy larga: ha durando 34 ańos. Y está sembrada de muchos episodios, unos alegres, otros tristes, pero todos penetrados por la gracia de Dios. Jesús creó las misiones cuando dijo: “He aquí que el sembrador salió a sembrar”. Los misioneros del Assam ciertamente no se sentaron sobre una alfombra esperando que los khasi, los naga, los bhoi fuesen a ellos. Salieron a sembrar, fueron caminantes incansables. Nos convertimos en viajantes representantes del Evangelio. ĄQué viajes! En los primeros tiempos había pocas carreteras, y hasta pocos senderos, y era frecuente perderse en la jungla, poblada de animales feroces que actuaban en serio, y más de una vez los misioneros pasaron la noche encaramados sobre los árboles esperando el alba: Ąaventuras nada románticas! En Golaghat un día oí las confesiones durante dos horas seguidas, sentado sobre un taburete. Me alejé un poco para desperezarme, y al volver me hicieron ver: bajo el taburete, bien enroscada y tranquila, había una serpiente muy venenosa. Afortunadamente no la había molestado. żY los mosquitos? A millones atacan al pobre caminante inoculándole también la malaria. Los soldados americanos que durante la segunda guerra mundial fueron a combatir contra los japoneses, decían: “El enemigo número 2 son los japoneses. El enemigo número 1, los mosquitos”. Lo son también para los misioneros y para los obispos. Respecto al alimento, las tribus del Assam comen de todo, hasta gusanos negros y peludos. Yo prefería ayunar, mi estómago no lo aguantaba de ninguna manera. Dormir, se dormía, en cualquier parte, aun en cabańas que apenas protegían de la lluvia, y daban refugio también a los topos. Una noche dormí en la choza de dos leprosos. Y otra vez, quedé sorprendido al encontrar a muchos nińos alrededor de mi lecho: silenciosos, con las manos juntas, aquellos angelitos contemplaban cómo dormía su obispo. Un nińo llamado Robert 1939-1940. En Europa comenzó la segunda guerra mundial que arrastrará en poco tiempo a todo el mundo: alemanes e italianos contra ingleses y franceses. La India es una colonia inglesa. "Se necesita poco para pronosticar grandes dificultades también para nosotros —escribe mons. Ferrando—. Italia entra en guerra el 10 de junio de 1940, y a la mańana siguiente, apenas nos despertamos, encontramos a la puerta a los soldados con la bayoneta calada. El arresto de los misioneros se confió a un funcionario católico, el cual protesta que no tocará nunca a los “padres de su alma”. Más tarde se nos comunica que tenemos que vivir en “arresto domiciliario”. Los católicos pasan de la consternación a la alegría. Se continúa trabajando según las posibilidades. Los muchachos eluden la vigilancia de las puertas. Van a la escuela y a jugar encarnizados partidos de fútbol en el patio. El gran trabajo “itinerante” lo realizan solamente algunos sacerdotes nacidos en naciones aliadas de Inglaterra y por los primeros sacerdotes indios. Desde tiempo atrás todos nuestros esfuerzos apuntan en esta dirección. Estamos persuadidos de que solo los sacerdotes y religiosos de la India podrán evangelizar plenamente su patria." Los japoneses, que entraron en guerra en 1941, ocupan Birmania en agosto de 1942 y están penetrando en el Assam. El gobierno ordena el inmediato alejamiento de los misioneros extranjeros. "El 10 de agosto de 1942, los soldados arrestan a 52 misioneros del Assam, y los trasladan a 1.500 kilómetros de distancia. La gente rodea a los que están para partir. Muchos lloran. Me quedo yo con los pocos salesianos indios para continuar un trabajo inmenso." Durante aquel 1942 un nińo de diez ańos, negro como un grano de café tostado, continuó yendo a la escuela cuando se podía, Había sido bautizado cuanto tenía cuatro ańos, junto a su padre, su madre y su hermano. Es él mismo quien lo cuenta: "Un día mons. Ferrando vino a nuestra clase, y nos preguntó qué es lo que queríamos hacer en la vida. Recuerdo que el primero respondió: “Quiero ser Papa”. El segundo dijo: “Yo seré maestro”. El tercero era yo y dije muy orgulloso: “Yo quiero ser obispo”. Monseńor Ferrando no se echo a reír. Me puso una mano sobre la cabeza y respondió: “Muy bien. Lo serás”". Era un nińo inteligente y tenaz, y el obispo esperaba que naciera una buena vocación sacerdotal. Hoy aquel muchachito, Robert Kerketta, es el obispo salesiano de Tezpur, en el Assam. En aquellos ańos las Hijas de María Auxiliadora habían hecho un trabajo enorme y delicado. "Habían llegado al Assam en mi mismo ańo, 1923 —escribía mons. Ferrando—. Las dirigía sor Inocencia Vallino, llena de vida y de entusiasmo, quien inmediatamente comenzó la visita a las aldeas hablando una mezcla de piamontés y siciliano, y sobre todo con la mímica y los gestos. Fue también a Jowai, una aldea grande poblada de Khasis y fortaleza de los protestantes. Los protestantes no querían saber nada con las hermanas, y hacían de todo para hacerles la vida imposible. Pero sor Inocencia y las otras se prodigaron por la gente pobre con tanta caridad que los protestantes dejaron pronto de molestarlas, y pasaron a la admiración incondicionada. Exclamaban: “ĄOjalá tuviésemos también nosotros hermanas como los católicos!”. Mujeres y nińos estaban faltos de instrucción. Las mujeres se preocupaban poco de la situación de su familia. No sabían cómo tener limpia la casa, curar las enfermedades infantiles y las heridas que los nińos se hacían jugando. Este fue el primer trabajo de las hermanas". "Cuántas visitas a las aldeas —recordaba mons. Ferrando—, cuántas marchas hasta de 20 o 30 kilómetros, mezcladas con la gente, encorvadas bajo el peso de víveres, vestidos, medicinas para distribuir en las cabańas, atentas en la selva a esquivar serpientes, valientes sobre los puentes tambaleantes de bambú." Una congregación de religiosas indias Dirigiendo la mirada hacia el futuro, y previendo que pronto o tarde también las religiosas extranjeras serían sustituidas por religiosas locales, mons. Ferrando se dedicó silenciosamente a un nuevo trabajo. Desde 1939 animó a un grupo de catequistas. El grupo fue tomando cuerpo trabajando en las escuelas de párvulos, preparando a los catecúmenos, enseńando a los nińos de las primeras clases elementales. Cuando en 1945 pudieron por fin volver los misioneros de los campos de prisión, "encontraron a su lado compartiendo el trabajo apostólico una congregación de religiosas indias —escribe mons. Ferrando—. Había reunido en una asociación a ocho muchachas generosas, y el 24 de octubre de 1942 había nacido la Congregación de las “Hermanas Misioneras de María Auxilio de los Cristianos” (SMMAC). Con la bendición del Seńor se multiplicaron: al principio unas diez, luego unas ciento. Trabajan entre las jóvenes ocupadas en las plantaciones del té; pasan de pueblo en pueblo llevando un testimonio cálido y generoso". Hoy las "Hermanas Misioneras (dice el Anuario Pontificio) son 611 y trabajan en 75 centros. Viven los cinco "grandes amores" que mons. Ferrando les dejó como sagrada herencia: a Jesús, a María Santísima, a las Misiones, a Don Bosco (Se consideran parte de la gran Familia Salesiana), a la gente, con predilección por los pobres, los enfermos y los jóvenes. Horas alegres y horas tristes En la medianoche del 15 de agosto de 1947 la inmensa India reconquistó la libertad en medio de un delirio de alegría. La Iglesia católica se unió a la alegría general echando al vuelo las campanas. Un ańo después el gobierno central decidió no admitir ya la entrada de nuevos misioneros del extranjero. Escribe mons. Ferrando: "La prudencia aconsejó eliminar poco a poco todo lo que sabía a extranjero. También los obispos fueron elegidos entre los indios. (Veinte ańos después, en 1968, la casi totalidad de los 80 obispos católicos era de nacionalidad india.) Ya que no se permitía en adelante el ingreso de nuevos misioneros, se hizo más urgente la necesidad de cuidar las vocaciones locales". Octubre de 1962. Las tropas armadas de la China comunista atraviesan los puertos del Himalaya y se asoman a la llanura del Assam, Luego, satisfechas de haber provocado el pánico de toda la India, se retiran. En ese momento, el Assam se convierte en el "punto neurálgico" de la India. Entre las diversas disposiciones tomadas bajo el impacto de la emergencia, esta es una: Fuera del Assam los misioneros extranjeros. "Los cristianos se levantaron espontáneamente para su defensa, organizando imponentes y apasionadas manifestaciones —-escribe mons. Ferrando—. Una delegación de los Khasis cristianos entregó a las autoridades del Estado un memorándum, que entre otras cosas decía: “Aquí nadie sabía leer, no teníamos un alfabeto. Los misioneros han elevado a las colinas khasis a un nivel de instrucción entre los más altos de la India. Por tanto, deben quedarse y completar su trabajo”, Durante algunos ańos el gobierno central no se atrevió a insistir sobre las órdenes emanadas. Mientras tanto nosotros trabajábamos denodadamente para que todos los misioneros extranjeros fueran sustituidos por los indios." 20 de junio de 1969. Mons. Ferrando tiene setenta y cuatro ańos y presenta su dimisión al Papa, que la acepta. Otro salesiano indio, mons. D’Rosario, es elegido en su lugar como arzobispo metropolitano de Shillong. Otros dos salesianos indios son nombrados obispos de Dibrugarh y de Tezpur, en el Assam, Antes de marcharse a Italia, mons. Ferrando consagra a uno de los dos obispos: se llama Robert Kerketta, que es el muchachito que un día lejano le dijo: "Yo quiero ser obispo", y a quien le respondió: "Muy bien. Lo serás". Había hallado en el Assam 4.000 católicos. Dejaba 500.000 mil. En Italia el viejo obispo misionero se retiró a la casa salesiana de Quarto (Génova). Y continuó sirviendo al Seńor humildemente. Escribía en 1970 en el Boletín Salesiano: "Aquí en Italia me preguntan frecuentemente: żCómo es que ha dejado el Assam después de 47 ańos de vida misionera? Respondo: "Porque por fin ha amanecido el día por el que he suspirado durante 47 ańos, Ąel día en el que la Iglesia en la India puede valerse por sí misma!". Se apagó en la paz del Seńor el 20 de junio de 1978. Nueve ańos después, sus hijas predilectas, las Hermanas Misioneras de María Auxilio de los Cristianos, quisieron tener junto a ellas los restos mortales de su Fundador. El 12 de diciembre de 1987 la urna de mons. Ferrando fue colocada en la capilla del Convento de Santa Margarita, en Shillong, en la tierra que había sido su segunda patria. Tomado del libro: "Familia Salesiana, Familia de Santos". Escrito por Teresio Bosco S.D.B. Editorial CCS. Espańa fh™¤n } " . î@Q‘Ł$';'W6}6ć;<,I÷đíçíŢíçíŢíŢíŘíŘíŘíŘí 5CJ\56CJ\] 6CJ]CJ 56\]56CJ$\]Dfgh¤Ľƒ„m n } ~ ^ öž™™™™”””””””””””$a$$a$X$$If–FÖÖş˙Ě"#Ö0˙˙˙˙˙˙ö6Ö˙Ö˙Ö˙Ö˙4Ö Faö $$Ifa$,Iţ^ _ ěíîőöRS?@QR—˜‘٤’“­ Ž ă#ä#"'#'úúúúúúúúúúúúúúúúńúúúúúúúúúúú$„Ä`„Äa$$a$#'$';'<'Ë)Ě)ý+ţ+Â-Ă-Ő0Ö0 4 4U6V6W6}6~688~::ĺ;ć;<<ż>Ŕ>a@úúúúúúúúúúúúúúúúúúúúúúúúúúúúú$a$a@b@CC*E+EkElE*G+GˇH¸HóHI+I,Iúúúúúúúúúúúúúúú$a$,1h°Đ/ °ŕ=!°Ľ"°Ľ#‰$‰%°°Ä°Ä Ä i8@ń˙8 NormalCJ_HaJmH sH tH FA@ň˙ĄF Fuente de párrafo predeter.tSňt Sangría 3 de t. independiente$„h„^„h`„a$CJmHsHtH,E` ˙˙˙˙Dfgh¤Ľƒ„mn}~^_ě í î   őöRS?@QR—˜‘٤’“­Žăä"###$#;#<#Ë%Ě%ý'ţ'Â)Ă)Ő,Ö, 0 0U2V2W2}2~244~66ĺ7ć788ż:Ŕ:a<b<??*A+AkAlA*C+CˇD¸DóDE+E.EŠ0€€™0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜0€€˜@0€€˜@0€€˜0€€,I*^ #'a@,I+-./,I,>CĽŹBIy„v|™ ä욼! ) ™ ¤ - 2 : > @ D F J L R T W Y ` m t ö ý Ź ą ˛ š ^c…#ůţ˙ĹË ksóű­ľMRÂÇ !ĐŘT!Y!4#:#M$R$i(n(˙()ź*Ŕ*•,›,œ,¤,Ŕ,Ć,Î,Ó,E-J-k-o-–--W.\.z.€.H1L133Ň4×4˜5577=9B9;;<;A;¤;Š;?<D<á<ć<==B=L=Ĺ=Ë= ?Ľ?č?đ?'@0@6@<@D@I@h@m@Ł@Š@Ş@˛@@AEA˛A¸A`BeB0D5D~D†D™DžD˙DE EEE"E.EŒŽĎŇPRţ235Ÿ5ë5ď5ŔAÂA.EčBéBőBöB C CC C'C(C)C*C8C9ChCiCkClCŞCŤC´CľC˙CDBDCDŠD‹DœDD+E.E˙˙ UserHC:\Documents and Settings\Usuario\Mis documentos\escaneados\Ferrando.docUserqC:\Documents and Settings\Usuario\Datos de programa\Microsoft\Word\Guardado con Autorrecuperación de Ferrando.asdUserqC:\Documents and Settings\Usuario\Datos de programa\Microsoft\Word\Guardado con Autorrecuperación de Ferrando.asdUserqC:\Documents and Settings\Usuario\Datos de programa\Microsoft\Word\Guardado con Autorrecuperación de Ferrando.asdUserqC:\Documents and Settings\Usuario\Datos de programa\Microsoft\Word\Guardado con Autorrecuperación de Ferrando.asdUserqC:\Documents and Settings\Usuario\Datos de programa\Microsoft\Word\Guardado con Autorrecuperación de Ferrando.asd.E–˙@€DDĐfôD‹D,Eŕ@˙˙Unknown˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙G‡z €˙Times New Roman5€Symbol3& ‡z €˙Arial"qˆđÄŠł‚łŚ ´h 9y$đĽŔ´´20 F?2ƒđ˙˙MonsUserUserţ˙ŕ…ŸňůOhŤ‘+'łŮ0h˜¨´ÄĐÜě ü $ 0 <HPX`äMonsfonsUserfserserNormalUserl15rMicrosoft Word 9.0@pT‡@ňnFëgÇ@ÔtيtÇ  9ţ˙ŐÍ՜.“—+,ůŽ0ě hp|„Œ” œ¤Ź´ ź ÍäMoy Fü Mons Título  !"#$%&'()*+,-./0ţ˙˙˙23456789:;<ţ˙˙˙>?@ABCDţ˙˙˙FGHIJKLţ˙˙˙ý˙˙˙Oţ˙˙˙ţ˙˙˙ţ˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙Root Entry˙˙˙˙˙˙˙˙ ŔF ‰ˇÄŠtÇQ€1Table˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙1GWordDocument˙˙˙˙˙˙˙˙.`SummaryInformation(˙˙˙˙=DocumentSummaryInformation8˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙ECompObj˙˙˙˙kObjectPool˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙ ‰ˇÄŠtÇ ‰ˇÄŠtÇ˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙ţ˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙˙ţ˙ ˙˙˙˙ ŔFDocumento Microsoft Word MSWordDocWord.Document.8ô9˛q