ࡱ> egd9 Fbjbj .`Bl(((((((< ,<S $  )B( F(( FFF ( ( F FpF(( :=r<T `#0Sk@kF<<(((( Mons. Luis Olivares Obispo pobre para los pobres 18 de octubre de 1873 - 19 de mayo de 1943 En la amplia estancia mam Judit tena en brazos al ltimo nacido, y a su alrededor formaban una nidada los hijitos ms pequeos. Teresa, su nia ms alborotadora, recordaba que siempre haba un gran bullicio, y el espacio no poda contenerlo todo. Por eso, empujones, risas, cadas, gritos y llantos. La mama intervenla para "castigar": a uno le mandaba estarse quieto junto a ella durante un minuto, a otra le mandaba ordenar los juguetes esparcidos. Teresa de cuando en cuando "protestaba". Recordaba sonriendo: "Deca a la mam: Pero a Luisito no lo castigas nunca!. Y la respuesta era: Vosotros mismos veis que Luisito siempre se porta bien. Haced como l, y no os castigar. No sucede frecuentemente encontrarse con un nio como Luis Olivares, como Domingo Savio. Cuando esto ocurre, uno se queda como ante un sagrario. Se siente que Dios est presente y ha tomado posesin pacfica de su vida. Entre sus 15 hijos, mam Judit vio florecer tres vocaciones: Mara fue religiosa canosiana; Joaqun, sacerdote misionero en China; Luis, sacerdote, salesiano y obispo. Tuvo la satisfaccin de asistir a su consagracin episcopal. Luis aprendi de su madre una oracin que repiti todos los das: "Seor, concededme la gracia de crecer bien. Si tuviera que llegar a ser malo, haced que antes muera". Qued encantado ante Don Bosco Con solo diez aos (algo que a nosotros nos parece absurdo, pero que en 1883 en un clima de intensa cristiandad se consideraba como una gracia del Seor) Luis tom la negra sotana de los clrigos, y su padre Alberto lo acompa desde la gran casa paterna de Corbetta al Seminario menor de Monza. A los quince aos fue considerado como el mejor de los alumnos del bachillerato, y junto con un estudiante de filosofa y otro de teologa le dieron como premio un viaje a Roma para ver al Papa Len XIII. Durante el tiempo de los estudios de bachillerato superior parece que su salud sufri una cada: debilidad y vmitos de sangre. Su madre se lo tom bajo sus cuidados, y junto con l hizo una novena de oraciones a la Virgen, y un mes de comida abundante. La salud y la vivacidad retornaron, y nunca ms hubo recadas. Los salesianos de Don Bosco hablan llegado a Miln a fines de 1894, y haban abierto el primer oratorio. El clrigo Luis, de veintin aos, fue all varias veces acompaando a su director espiritual don Morganti, gran bienhechor de los hijos de Don Bosco. Luis ley la vida de aquel cura turins, vio a sus hijos en el tajo, y qued encantado. Aquella manera de educar era la misma que su madre haba empleado con l y con sus numerosos hermanos: la casa salesiana era una gran familia. Cuando el cardenal le respondi que no Luis Olivares es ordenado sacerdote el 4 de abril de 1896. Inmediatamente despus escribe a su superior, el cardenal Ferrari. Le pide permiso para entrar en los salesianos. La respuesta es sencillamente "no". Don Olivares admira la manera de educar de los salesianos? Pues bien: lo enva al colegio arzobispal de Saronno. Educar aquel centenar de jvenes a la manera de Don Bosco, y el cardenal quedar contentsimo. Ocho aos en Saronno. Don Olivares us el sistema preventivo de Don Bosco, y aquellas tres palabras mgicas, razn, religin, amabilidad, hicieron milagros. El colegio universitario de Saronno se convierte en una gran familia. Pero despus de ocho aos, don Olivares comenz a encontrarse a disgusto. Jvenes sacerdotes que llegaban en los ltimos tiempos "vean mayor utilidad en el sistema seminarstico de severa separacin entre alumnos y superiores": razonar no, sino dar rdenes; amabilidad no, sino castigos. Don Olivares no se opuso. Simplemente envi de nuevo su carta al cardenal. Y esta vez la respuesta fue un simple "s". Su madre, advertida por el hijo de que en la Congregacin Salesiana podran destinarle lejos de la Lombarda, respondi: "Me he unido a ti en agradecer al Seor porque ha escuchado tus perseverantes oraciones. Le he dado las gracias llorando por el dolor que tu partida me causa. Sufrir mucho, pero con la gracia de Dios espero sufrir con resignacin, a fin de que el Seor te bendiga y te haga santo". Salesiano a los treinta y dos aos Entr en el noviciado salesiano de Foglizzo (Turn) en agosto de 1904, y se puso bajo la total obediencia del superior y maestro don Juan Zolin, de su misma edad. Recordaba este ltimo: "Siempre muy humilde, pareca que hubiera olvidado lo que antes haba sido, considerndose simplemente como un pobre novicio entre tantos otros novicios. Respecto al maestro, de su misma edad, demostraba un respeto reverencial, una confianza ilimitada. Despus de las conversaciones familiares y cuentas de conciencia, peda siempre de rodillas la bendicin". Encargado de dar la bendicin eucarstica, "revestido de roquete y estola suba al altar, abra la puertecilla del sagrario, e... improvisaba largos y tiernsimos coloquios eucarsticos, con tanto arrobamiento de fe y ardiente caridad que causaba admiracin y reavivaba la devocin de los asistentes. 15 de noviembre de 1905. Don Luis pronuncia sus votos de pobreza, castidad, obediencia, y es salesiano. Tiene treinta y dos aos. Los superiores lo envan a Turn a doctorarse en teologa, y es profesor de los clrigos que se preparan al sacerdocio. En Roma, en aquellos aos, el barrio popular del Testaccio se est convirtiendo en la fortaleza del socialismo y del anticlericalismo. El Papa llam a los salesianos confindoles la parroquia de Santa Maria Liberadora. Los superiores de Turn llaman al profesor de teologa Luis Olivares y lo destinan al Testaccio como director y prroco. Es el otoo del ao 1910. "Habra predicado hasta a una sola viejecita" Don Olivares llega con humildad, ponindose enseguida al servicio de la gente. En la primera homila dice a sus parroquianos: "A todos os quiero en el Seor, tambin a los que por casualidad no viesen un amigo en la persona del sacerdote". El senador Mario Cingolani atestiguo bajo juramento: "Comprob personalmente el enorme cambio a mejor ocurrido en el Testaccio bajo la gua de don Olivares. El se entregaba totalmente a la asistencia de las obras catlicas de apostolado y de caridad. Se dedicaba muchsimo a la confesin y a la predicacin, y para todos era un ejemplo de vida austera. La presin anticlerical se atenu, hasta extinguirse". Y una parroquiana suya: "Habra predicado hasta a una sola viejecita; y nunca nos dej de dar la clase de religin a las que formbamos parte del crculo parroquial, ni aun cuando por un cierto tiempo (que fue de dura prueba tambin para l) el crculo qued reducido a siete u ocho muchachas". "Tena caridad con todos declara bajo juramente un parroquiano, hombres y mujeres, adultos y pequeos, pobres y ricos. Y esta caridad se manifestaba con mayor intensidad con los enfermos, los que sufran, los desgraciados. Un da un grupo de enfermos de pleuresa le dieron pblicamente de bofetadas. Don Olivares no hizo nada. Solamente dijo: Os perdono, y espero que Dios tambin os perdone. Y continu ayudando a los pobres y visitando a los enfermos." En mayo de 1915 Italia entr en la primera guerra mundial. Los tiempos se hicieron duros y difciles para todos" Mientras don Olivares redoblaba sus esfuerzos para llevar socorros a las familias necesitadas, el Papa Benedicto XV (que conoca personalmente a los prrocos de Roma y le apreciaba particularmente) lo nombr obispo de Nepi y Sutri, dos pequeas ciudades a 40 kilmetros de Roma. Entre los prfugos de la primera guerra mundial La dicesis confiada al nuevo obispo no era grande: comprenda solamente 60.000 habitantes distribuidos en treinta y cinco parroquias. Pero en los ltimos aos de la guerra estaban llegando, especialmente a los alrededores de Nepi, muchos prfugos de Venecia azotada directamente por el torbellino de la guerra: familias de fuerte fe cristiana, que de golpe lo haban perdido todo: la casa, los campos, las fuentes de sustento, y estaban cargadas de nios. Don Olivares fue consagrado obispo el 29 de octubre de 1916 ante sus parroquianos. Estaba presente su anciana madre Judit, a la que abraz con ternura apenas concluido el rito. March inmediatamente a su dicesis, donde testimonia bajo juramento madre Teresa Giglietti "los prfugos de la guerra fueron consolados, ayudados y protegidos paternalmente por el nuevo obispo, que no dej de proveer enseguida a sus necesidades ms inmediatas, como la comida y el vestido". En aquella dicesis, mons. Olivares pasara 26 aos: todo el tiempo que le quedaba de vivir. Y sus cristianos veran la realizacin concreta del programa que se impuso delante de todos en su primera homila: "1. Amar a mi dicesis como esposa ma. 2. Desconfiar siempre de m mismo. En la oracin tratar con Jess los intereses de las almas. 3. Evitar lo superfluo y el lujo en todo. Mi mesa ser frugal. 4. El signo distintivo de mi vida episcopal quiero que sea la caridad: sincera, paciente, espiritual, bienhechora, dispuesta a cualquier sacrificio". Un obispo con el estilo de Don Bosco Su estilo bueno, dispuesto a todo con tal de hacer el bien, en los dos o tres primeros aos atestigua su secretario don Riva le proporcion la frialdad y desconfianza de diversos sacerdotes. Pero l, que haba puesto en su lema episcopal las palabras fortiter et suaviter (con fortaleza y suavidad), tir adelante sin preocuparse de ello. Siempre haba alguno que a la "razn y amabilidad" de Don Bosco, prefera "las rdenes y castigos". Pero mons. Olivares saba que el estilo de Don Bosco (que era el de Jess) venca. De hecho, tambin la desconfianza desapareci. El prroco don Antonazzi, que estuvo a su lado durante aquellos 26 anos, resumi de esta manera su actividad: "Desde el primer momento se interes con asiduidad del clero, del seminario, de las parroquias. Se puede decir que l segua a cada parroquia y a cada sacerdote en su trabajo. Continuamente estaba dando vueltas por la dicesis, aceptando predicaciones, administrando confirmaciones y primeras comuniones, y pasando horas y horas en el confesionario. Contribuy muchsimo al desarrollo de la Accin Catlica para ayudar a la juventud en la vida religiosa y en la vida comprometida. Daba mucha importancia a la enseanza catequstica. Cada uno de nosotros, en nuestra actividad parroquial, se senta sostenido y protegido". El secretario don Riva recuerda su preocupacin por "los dos seminarios, de Sutri y de Nepi, que desde haca aos y debido a su desorganizacin, no daban ya sacerdotes. No pudo hacer milagros, pero al final de su episcopado los seminarios haban dado ms de cuarenta nuevos sacerdotes a la dicesis: un nmero no exagerado, pero suficiente. El signo distintivo de la caridad El "signo distintivo de la caridad" no se qued solamente en su programa de obispo. Sus cristianos comprobaron su concrecin, da a da, con delicadeza y ternura. "En mi pueblo natal declara don Rossetti haba personas alejadas de Dios a las que hallndose cerca de la muerte, l visit privadamente, consiguiendo que su muerte fuese la de un buen cristiano." "Sucedi en Caprnica afirma mons. Dante que un hombre trat de suicidarse disparndose a la cabeza. El obispo corri a su cabecera, le convenci para que hiciera un acto de fe y de dolor, y para que recibiera los santos sacramentos." "Para dar clase de catecismo a los jvenes trabajadores, en invierno iba a pie tres veces a la semana hasta la sede de su crculo. Siempre a tarde avanzada, para dar a todos la posibilidad de estar presentes." Cuando se inici el "proceso de santidad" de mons. Olivares, los testimonios sobre su caridad, dados bajo juramento, llenaron centenares de pginas. "He odo a muchas personas recordar con agrado las ayudas recibidas. El obispo daba dinero, comida, ropa, reservndose para s el mnimo indispensable. Regalaba ropa blanca y hasta la dote de alguna muchacha al entrar en la vida religiosa. Recuerdo que una viuda me deca que ella y sus siete hijos se habran muerto de hambre si mons. Olivares no les hubiera ayudado" (Sor Julia Carinci). "Hay familias que l sac de la miseria" (D. B.). "El amaba muchsimo a los pobres, les daba todo lo que poda. Prefera dar a los pobres las limosnas recogidas para arreglar la casa del obispo" (D. S.). "Era voz comn que el obispo ayudaba a escondidas a familias pobres aun con prstamos, cuya restitucin no quera" (D. M.). "Por tres veces fui testigo de la ayuda dada a jvenes esposos pobres. Pag la ropa blanca y las sbanas" (D.M.). El secretario recuerda: "Cuando haba enfermos, me mandaba a m para que me enterase de las condiciones espirituales y materiales en las que se hallaban. Si yo no consegua arreglar la situacin, l intervena personalmente". El mismo secretario recuerda las visitas del obispo a los presos: "Iba con frecuencia, y hasta lleg a predicarles los ejercicios espirituales. El obispo usaba de una particular caridad con sus sacerdotes. Nunca permiti a nadie hablar mal de ellos en su presencia. Un viejo cura, don Tito Bonini, deca que a monseor se le podan sacar todos los dientes, pero ni una palabra de critica respecto de ningn sacerdote. "Estn llenos de microbios. No les apeguemos nuestro corazn" En el 1926 el dictador Benito Mussolini, que se haba hecho dueo del poder en Italia, instituy las organizaciones juveniles fascistas. Ellas deban encuadrar a toda la juventud italiana. Por tanto, fueron disueltas por ley todas las otras organizaciones, Los crculos catlicos, que opusieron resistencia, fueron perseguidos. La sede del Circulo Catlico de Nepi, tan apreciada por el obispo, fue quemada. Entonces se vio que la palabra fortiter no haba sido escrita en el lema episcopal en broma. Mand hacer una peritacin de los daos provocados por el incendio, controlndola l mismo, y luego exigi que fuese pagada por el secretario poltico del partido fascista. Fue intransigente, y no concedi ningn descuento, porque, deca: "No es cosa ma, sino de la comunidad cristiana". Cuando en el 1940 Italia entr en la segunda guerra mundial, sinti toda la amargura de las familias a las que se les arrebataba el padre o el hijo mayor para mandarlos a la guerra. En aquellos momentos difciles para su gente su caridad no conoci limites. Recuerda su secretario don Riva: "Cuando le pedan dinero, nunca pona dificultad. Tomaba del cajn los billetes que haba y deca: Toma, toma! Estn llenos de microbios. No les apeguemos nuestro corazn. Despdelos bien y enseguida, para gloria de Dios y bien del prjimo. En el tercer ao de guerra habra cumplido los setenta aos. En sus conversaciones sonaba frecuentemente la llamada del Paraso. Don Mancini recordaba: "La del Paraso era una aspiracin muy frecuente". Y mons. Baldini: "Tena siempre en la boca "Paraso, Paraso", aun en las conversaciones ordinarias". Al obispo le llega la muerte "En marzo de 1943 narr el salesiano don Busato invite a mons. Olivares a predicar los ejercicios espirituales a los alumnos del bachillerato superior del colegio Don Bosco de Pordenone, del cual yo era director. Monseor lleg en la tarde del 5 de mayo. El 6 fue un da normal de predicacin. Pero en la maana del 7, encontramos al obispo en cama en un estado lastimoso. Se haba sentido mal por la noche: se trataba de una peritonitis. Fue llevado urgentemente al hospital e inmediatamente fue operado. Del 7 al 11 de mayo el curso de la enfermedad pareci que era normal, pero el 14 de mayo reapareci la fiebre y subi hasta los cuarenta grados. Se haba producido la septicemia, ya imparable." La noticia de su gravedad la recibi como una respuesta a su sed de Paraso. Pidi la uncin de los enfermos, la bendicin de Mara Auxiliadora, y esper a Dios rezando moviendo apenas sus labios. El enfermero salesiano Lenidas Tagliaferro, que lo asisti en aquellos ltimos das, testimoni: "En dos semanas no se le oy ni una sola queja, sino slo palabras de agradecimiento y de reconocimiento. Si me daba cuenta de que tena necesidad de descansar, bastaba que le dijese: Excelencia, cierre los ojos y duerma. Obedeca el enfermero como si fuera su superior". Al que le preguntaba si sufra mucho, deca: "Lo que Dios quiere nunca es demasiado". Expir serenamente el 19 de mayo de 1943. En la gran tragedia de la guerra y de los bombardeos que desorganizaban ciudades y pueblos, no se tuvo el atrevimiento de trasladar los restos mortales a su dicesis. Pero la noticia que lleg rpida, dio, fuera de lo ordinario, a sus pobres una serena resignacin: "Desde el cielo, ahora, nos ayudar ms". Tomado del libro: "Familia Salesiana, Familia de Santos". Escrito por Teresio Bosco S.D.B. Editorial CCS. Espaa 5`Ql !!''( )h..8U8>>FFF 6CJ] CJmHsHCJ 5CJ\56CJ$\] jU5`ab $a$$a$X$$IfF"#064 Fa $$Ifa$F ()$a$FG; < !!!!!##u$v$%%o&p&'''''$a$''3*4*f.g.h....///1144688838U8V8L:M:o;p;==>>$a$>>>>AA+D,DWDXDEEEEFFF$a$,1h/ =!"#$% )DdP h  C DA,..\Fotos\OLIVARES.jpgR),#gC^^ (DF(,#gC^^ JFIFddDucky<&Adobed k(        !401"3@A2B#$% !1AaQq"2 BRb#3rS@!!1AQaq 0@ jFYI͖O-zt#EWqyj2! 9FĖ{O-F~s]Crb0>mtM|ܮvPm0|Db!T8ZUXΚXYt72%$!Zۄ>3ɰ]kFJ ȡ˅ ISfQmKt_ʧwvj F*..JDƷ%Lͣ汓K"Ipm :xFm0eʒgMgRKvz6r`YJ/Q)}(K qt)U QKY Dt}0*CmL92XoHkcPP@ӲkGW v履>}7 se^I6.HsrU ;Ed)԰Ai &͛3àtrĿW4)=Imʡ)O@sT*^>N=Se(; pQռSN[mL]kSQ;½|'y@ki={tErٌh}Km%.20t6h9$]*@Ep x@+{nܵ*LD$ WG$9m@0fZ\x&{X?KafEZc%Iy1g,FFo0ؽ;+H:IU8ZD!ʕY,sF&[dOkzl!,0sr 7"-yMm%\B\D\iuض/zlC?n8kW]UƁ :YrQiT=6cZ5B>21/!Eqb.+69>bʎFG|s2U'=Gbc匦o!鱩=1Йr0[#v`I,D s>'vG]yMi \x s^7V͎&ʏ 6Hjcot1`Ed_|@T78ix ;p?%s=4$[v$~7_r 6VX*U0<[@cp)cD=҅!kU=4*vy2IBI'"0I$̒e<;PHr8ݮk2ۑag2<n.G[ѻs[ Fڏc;,$Ɗ71QƼ<䊁QZmϛBӱ9a&X>5_Mڱ@n]koOƝ ~L0깥6lj/!sI,2 pSNp%ō>I%u8rvL =F>TvD|-1~Gڃ@VD.)X31FC?eG`p_c}EHjsL_~:~8*<{?N@}kΤ즇FvntwU[Qx_ܪEDP] v;ePԝFp]NǡJ***lA )JBN҈ BpAS{Һ*ED7EMC@pQl+UgyU*\m=v]7eUMhxmM4ᲇJ**TTDiRU4@"*7u åv u j;5eUu;w{nԝc}'Y6Fx WQRKU9V ֪*:U\U\UUT?]?fJG?.jwI_iU” u/W)ۙDJ.^b/k"m1B/c >vp h0?{}͟*>d^#Rsq@D l;Qw*ܫhkB4!/7F*"ʍMN`,@ @z0:ޛVqXj)3"PLT* b{@]1⛛))ۚo͈IU!n]ԅ M>qNUkPⶫLy'e|E׵HXt7U^f[- 3~<>+^}<H&5*z7A4ǚw蝩?,4G/,bE3!oBvd\:^G-kWo:Z~z ^s{oXpR,֦4]_Βѕ;q(XؘFQ娯0mE+k#1WZ#q-SPIKjk2'MS0@E!7!>wy2 ;(NhʑdkTU見4t@/ȞcZ^.,sx MDQ'32:7f{Ney[ ǎoPG3 ~ J8It9/3ۖ9w׉Řts*͖CZo"jvS@j&ҋ\M0Z:ΈRh=pmxì :Մ)f;_u诺WGkb{n1UUU+]⣈H("߹ĒޝL^ԖRGh K5̾tv5B&ƈTP[x:GP&|Mqn^{Yn( 1oleTUZ|+x7qz1~`cӬU656kSC;×iD/~҆ɼʱRդ.jߎL ~Sğ1Cyhvuޢ#ö{D)=:UŅjQ#7i%ӛ|5"f Eq7? } z]"-gR_9f |z̃ʋJ2 {ߎXB3Sʧ'%c^ W~kR½.w#dU51.[Zi,*sgo$"~~輕jrж]Lj~xou]^e*$lTŽ ^<+G ZkQ/Yz =!kN0]S(ێJv3(;25-;eϩ,lR|eBcfhVGC\?ÿuoX @F3kOLYD@[ϨV ZJXF%URgvhUXWZ?P e/U=??!W@rɉR]Y,脨F\Ǣܩ}WMkrޔ]3T }vF_GthEx1tNԃ۠+::\a̧)"O '25zTs.Y!]Y=RHthtzPǫo8. }40 u^t#rá"duze}#=.%B.e*+v\ s*2 >dJ5~??!A!:/щ~=JO4湖ȇ[}cшc,U%}w^/cʕ _XjTעǮ7.0SaS1#y D摊eG]z+jk0+CSN +:*!-QmPa_?N\s4Sѣ{gNW}caK2pTs ʼnzub*&w*x:gĨHeKG|1i~#<1e#<33/g ǐog# $d;E~MgN/+;},-tywVJ,s &Hfe0`zN@\Qh Q#"q?"tt!ȻoáQrQ !TЊ|a!۠ł*щ=h+j$f?BlK\!')vL3 o8eƍy#mU]PvVeP»K;=P0nWذS+%N^eVI3 V-Nc+୦pb WUIlA ш4&Y)| +ڹXQ@4[hEV ?pKg ^4#me M #]/Eػ J׬暻yqoKҒƛL/F 0ePv9KNTwYM؋1 \e hQyu/ A ipŻANi!+x? k,. ҷ T/V`>O \lkps޿֫'+~VR?0ta9! 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