ࡱ> SUR9 7bjbj .D3l(((((((<bbbb n$<HJJJJJJ$ `n(n (( &((H H d ,((, i r<&b ,,0,R v, <<(((( Don Rodolfo Komrek La gente lo llama "o padre santo" 11 agosto 1890 - 11 diciembre 1949 Lavrinhas es una pequea ciudad del estado de So Paulo, en Brasil. En 1939 alberga una casa para aspirantes salesianos y el estudiantado para los jvenes salesianos estudiantes de filosofa. Es su director don Ladislao Paz, que ms tarde ser obispo de Corumb. Un da, don Ladislao est acompaando a la estacin a un salesiano que ha predicado el retiro a los aspirantes. Y he aqu que, delante de l, ve una sotana negra de sacerdote y encima un extrao objeto luciente. Acelera el paso. Es l mismo quien nos lo cuenta: "Cul no fue mi sorpresa cuando vi al padre Rodolfo que llevaba sobre la cabeza un gran recipiente de latn lleno de agua. Aquellos recipientes de latn servan a los pobres como cubos. De hecho, al lado del padre Rodolfo caminaba una mujer pobre, joven, que habla venido quin sabe de qu choza para tomar agua. El padre Rodolfo, para aliviarla de aquel tremendo peso, se lo haba puesto sobre su cabeza. Disimul no dndole importancia alguna, pero al volver le llam: Padre Rodolfo, eso no se hace. Usted no conoce a esa seora, no sabe quin es. Quin sabe lo que habr pensado la gente que pasaba al lado. No haga ms eso. Enseguida contest. Muchas gracias, director, muchas gracias. No lo har ms. No cargo ya con el pobre cubo de mujeres desconocidas, pero el director (que se confesaba cada semana con l) se apresura a aadir: Haba albailes en nuestra casa, tambin muchachos que se cansaban mucho llevando ladrillos y empujando carretillas. Y l, cuando pasaba cerca de ellos, iba a quitarles de sus manos la carretilla, el montn de ladrillos, el cubo de la cal, y l lo llevaba. Los recuerdos de Wanda Rodolfo Komrek haba nacido en 1890 en Bielsko, Silesia polaca (que entonces era austraca). Fue el tercero de los siete hijos de Juan e Ins Goch, dos esposos verdaderamente cristianos. El padre era herrero y trabajaba duramente para mantener su familia. La madre era la comadrona del pueblo, y trabajaba tambin como modista. Su jornada se abra siempre con la misa. A los diecinueve aos (mientras su hermano Roberto se prepara para ser ingeniero, su hermana Wanda profesora, Juan msico), Rodolfo entra en el seminario arzobispal de Weidenau. En toda su vida, Rodolfo no tendr nunca un momento de incertidumbre, de desorientacin. Lo reconocen todos: "Pareca que haba nacido para ser sacerdote". Su hermana Wanda escribe: "En la familia era el que pona paz entre nosotros, cuando como en toda familia se discuta de algo. En la escuela sacaba notas muy buenas. En el seminario, por su bondad, todos lo apreciaban mucho y lo queran, y desde entonces lo llamaban un san Luis". 22 de julio de 1913. Rodolfo Komrek es ordenado sacerdote por el cardenal Kopp. Tiene veintitrs aos, Y en el horizonte del mundo est ya asomndose la trgica "primera guerra mundial", En torno a Bielsko hay pequeos grupos urbanos: Strumien, Zagrzeb... Durante doce meses don Rodolfo ejerce de sacerdote entre aquellos pacficos campesinos. Pero el 28 de julio de 1914 las tropas austriacas invaden Serbia, y cuatro das despus Alemania est en guerra contra Rusia y Francia. Don Rodolfo ve partir a sus jvenes campesinos vestidos de soldados, y pide acompaarlos como sacerdote. En primera lnea Es capelln en los hospitales militares de Cracovia. Aqu ve cmo se vuelca la marea de los heridos de las batallas de Tannenberg, de los lagos Masuri, de Lepolis, los heridos por las granadas en la plaza fortificada austriaca de Prsemyl. Su hermano Roberto escribe: "Lo visit una vez en el hospital de Cracovia durante un permiso que me dieron del frente. Los enfermos lo queran mucho. Estaba siempre en medio de ellos, tratando de aliviar sus sufrimientos". Pero estar en los hospitales le parece que es esconderse, y pide que le destinen a la primera lnea como capelln. Se rene con las tropas en el Tirol. Le concedern la medalla de la Cruz Roja al valor. En la justificacin se lee: "Raro ejemplo de sacerdote que se entrega de manera ideal a los compromisos de su propia vocacin". Y es entonces, mientras ve morir junto a l a tantos jvenes, cuando en su corazn madura el deseo de consagrarse tanto ms al Seor y a sus hermanos: ira a las misiones, adonde tantos polacos supervivientes de la guerra emigrarn para hallar una vida menos difcil, entre peligros fsicos y espirituales. Y entrar en los salesianos, que tienen misiones en todo el mundo. A finales de 1919 a don Rodolfo lo nombran prroco de Frystak. Desde all escribe al cardenal Bertran pidindole el permiso para entrar en los salesianos. La respuesta es humilde y grave: "El cardenal le concede el permiso con sincero dolor de corazn. Con todo, le ruega que se quede en la dicesis, debido a la gran penuria de sacerdotes". Se qued hasta 1922, trabajando y haciendo penitencia por sus parroquianos. "Dorma sobre el duro banco, tapado con una simple manta. Al llevar un da la eucarista a un enfermo se dio cuenta de que era tan pobre que no tena con qu cubrirse. Volvi a casa, tom su nica mama y se la llev a aquel enfermo. l se cubra tambin de noche con el abrigo. Cuando caminaba por la calle era siempre muy modesto. Todos los que pasaban, catlicos o no, y hasta los judos, lo saludaban diciendo que era un hombre santo. Su confesionario estaba siempre lleno de penitentes. Era siempre muy amable con la gente. Quera mucho a los nios." Estas noticias las recogi Rolando Azzi, a quien tras la muerte de don Rodolfo, los superiores salesianos le mandaron a recoger datos a los lugares en los que haba vivido. Aade l: "Su puerta siempre estaba abierta, y todo lo que tena era para darlo a los dems. Cada vez que un pobre llamaba a su puerta, reciba del padre Rodolfo lo que tena en la mano". 18 de enero de 1922. Es el da ms doloroso para don Rodolfo. Muere su queridsima madre Ins. Ahora ya no tiene nada que lo retenga. En octubre, don Komrek, con treinta y dos aos de edad, sacerdote desde hace nueve, comienza el noviciado salesiano y presenta la peticin de ir a las misiones. En uno de los primeros das, le pide permiso al maestro de novicios para dormir sobre el suelo: "Hace seis aos que lo hago, y ya estoy acostumbrado". Desde el Brasil llega la peticin de poder disponer de algunos sacerdotes que se encarguen de los emigrados polacos, y se acepta el ofrecimiento de don Rodolfo. Baja a Turn, donde recibe de las manos del beato don Rinaldi el crucifijo de los misioneros que parten. Entre los emigrados polacos 27 de noviembre de 1924. El padre Rodolfo llega a Ro de Janeiro, y le envan a trabajar en las escuelas y en la capilla de la comunidad polaca de San Feliciano, una colonia de Ro Grande del Sur. "Para los colonos fue un ngel consolador. Preparaba a la primera comunin a los nios de unas diez escuelas que habamos abierto en los diversos centros de la colonia. Varias veces a la semana viajaba a caballo a los ncleos para asistir a los enfermos, llevndoles el vitico. Encontraba mucha gente reunida en las casas de los enfermos, y aprovechaba la ocasin para hablar de Jess. Por la tarde reuna a la gente junto a la iglesia para el sermn y el rezo del rosario. Haca muchas penitencias. Pasando de un centro a otro a veces se quedaba sin comida. En cierta ocasin, en una escuela, una alumna tom un desayuno muy escaso: algunas patatas. Dej las peladuras sobre la carpeta. Luego, por casualidad, vio al padre Rodolfo recoger aquellos restos de comida y alimentarse con ellos" (R. Azzi). Enero de 1929. Para que pueda prepararse a los votos "perpetuos" (con los que se consagra para toda la vida a Dios y a la congregacin) lo destinan a Niteroi, casa salesiana regular, cerca de Ro de Janeiro. En los primeros meses de 1934 puede volver a sus queridsimos emigrados polacos, italianos y alemanes en Luis Alves, en el estado de Santa Catalina. Es en estos aos cuando los cristianos entre los que trabaja con la absoluta entrega de siempre empiezan a llamarlo "o padre santo". Cuando la gente sencilla lo llama as, se pone muy serio y responde: "Yo soy el padre Rodolfo, gran pecador". Junio de 1936. El padre Rodolfo tiene cuarenta y seis aos, y su salud, sometida a excesivas fatigas desde que es sacerdote (es decir, desde hace veinticuatro aos) comienza a flaquear. Los jvenes estudiantes salesianos del estudiantado de Lavrinhas se han quedado sin confesor. El inspector piensa mandar all al padre Rodolfo: ninguno mejor que l para educar en una vida sacrificada y santa a aquellos jovencsimos salesianos. El padre Rodolfo se despide de sus queridos emigrados y sin una palabra de lamento cumple la obediencia. El inspector escribe al director, don Ladislao Paz: "Tengo la persuasin de que le mando a un santo". Don Ladislao pronto se da cuenta de que no se trata de ninguna exageracin. Escribe: "Antes y despus de las confesiones rezaba largo rato. Su confesionario estaba siempre rodeado por muchas personas que lo buscaban para poder recibir la absolucin y los consejos pertinentes que daba, breves, incisivos y prcticos. Yo me confesaba con l todas las semanas. Durante la noche, como director, estaba obligado a dar una vuelta por la casa. Muchas veces me daba cuenta de que en la capilla haba una luz encendida. Al acercarme vela al padre Rodolfo tendido por tierra con los brazos abiertos en cruz. Estaba rezando". Y el padre Pinto Ferreira: "Era solicitado para las confesiones tanto por los hermanos salesianos como por el clero externo. Cuando confesaba a los sacerdotes, se le notaba una gran timidez y humildad. Al acabar la confesin, sorprenda al sacerdote penitente besndole la mano. A veces me sucedi precisamente a m, pues terminada mi confesin, me pasaba la estola y se arrodillaba para hacer su confesin". No era slo confesor. Le asignaron 28 horas de clase a la semana (quien es maestro sabe que es un nmero enorme). Cuando alguno se presentaba buscando un sacerdote para asistir a un enfermo recuerda don Paz l era el primero en ofrecerse. Corra a la sacrista a tomar el Santsimo en la cajita, tomaba el caballo por las riendas y marchaba. Durante el viaje rezaba el rosario. A veces deba alcanzar chozas lejanas, sobre colinas altas y sin caminos. Pero l iba, lloviese o hiciese sol, desgranando aquel su rosario negro, ya muy usado y desgastado, que nunca quiso cambiar por otro". Enero de 1941. La salud del padre Rodolfo est seriamente comprometida. Una tos pertinaz lo consume da y noche. Lo envan a la residencia salesiana de Jos do Campos, casa de salud. Una cuidadosa visita del especialista elimina toda duda: sus pulmones estn gravemente atacados por la tuberculosis. Ya no puede volver a Lavrinhas. Debe quedarse en San Jos, porque slo una cura radical puede alargarle la vida. En el umbral del cielo En diciembre de 1942 llega a aquella misma casa de salud un joven sacerdote que llegar a obispo, don Juan Marchesi. Recuerda al padre Rodolfo as: "Me encontr con l y fui muy feliz viviendo al lado de un santo. Aun enfermo, trabajaba durante todo el da en el ministerio sacerdotal. La Santa Casa (retiro de los ancianos) de la que era capelln, y el sanatorio "Vicentina Aranha" eran el campo de su apostolado. A cuntos tuberculosos asisti! Algunos, antes indiferentes, terminaban por recibir los sacramentos del "padre santo", como lo llamaban. Impresionaba su pobreza. Dorma sobre tres tablas de madera, con una manta viejsima y algunos abrigos desgastados para taparse. Su humildad era inmensa: siempre el ltimo de todo". Los nueve aos que paso en San Jos fueron un camino continuo y sereno hacia el cielo. Sor Clara Moreira que lo asisti, testimoni: "Ms que paciente, el padre Rodolfo consideraba su enfermedad como una bendicin de Dios y de sus manos reciba con gratitud los sufrimientos". El padre Ottorino Fantin, tambin l enfermo, recordaba: "Nosotros nos quejbamos, vivamos en la esperanza de hallar una medicina que nos hiciese mejorar. l nos animaba a robustecer la fe, a tener confianza. Esta fe y esta fortaleza la tuvimos junto a nosotros, hasta los ltimos instantes de su vida". Sor Maria Faleiros, que le asisti en sus ltimas horas, atestigu: "Quera que sus medicinas, que deca eran ya intiles, se las disemos a los pobres que no podan procurrselas. Nunca tuvo ni un momento de impaciencia. En las ltimas horas me dijo preocupado: Hermana, es duro morir. No saba que fuese as. En la vspera de su muerte pidi a su superior los sacramentos en forma privada, sin molestar a nadie. Despus de la uncin de los enfermos estaba sereno, tranquilo. Habl un poco en voz baja, luego pidi que le dejsemos rezar. Muri siete u ocho horas ms tarde, el de diciembre de 1949". El padre Gastone que le dio los ltimos sacramentos escribi: "Que una persona pase toda su vida en el trabajo cotidiano sin quejarse, sin decaer, sin desalentarse en las dificultades, es realmente heroico, As fue de heroico el padre Rodolfo Komrek". Tomado del libro: "Familia Salesiana, Familia de Santos". Escrito por Teresio Bosco S.D.B. Editorial CCS. Espaa :] J""..777 CJmHsHCJ 5CJ\56CJ$\] jU:]^_ J K $a$$a$X$$IfF"#064 Fa $$Ifa$7K rs34{|no$a$!!""$$%%R(S(**++,,--.....113316$a$16260717l77777$a$,1h/ =!"#$% (DdA f  C BA*..\Fotos\KOMOREK.jpgRb'Lxgc{-4e>'DF6'Lxgc{-4eJFIFddDucky<&Adobed '#        !01A"@2#B4!1AQaq" 2BR#34brs0!1AQaq 0 J`jȵODnieb۸ԸGw dS*mNi!n,hڣr3Gpe~0,Tҹ*(Epjd+UD5Ʉfu>N\;:;Ӕ <AYmXĚCe9{Kv֏Ujڰ£'Vf.W !4ƉPdoEZa&5@))θ<>H@ins8~VJKF "i?Ƚ(4LӤu{L}]gc "s35őu}|ky.d.Diu)RAl9ݩ'Z鶇g |<$h0S{e=_b;vQuFt4zySϓdfm28/Vۄ)jjڌG"*HK@,ơy_WM(Gvܫϸ]4m.a%5z9Du"Iظ{;1pbjDAKѦ}J0qtY}dS'I<V.+KG$fC,z{&i5QQ*ډjYMElقnVbSjusa1&)ՈP&؛pcQM7^۠T4v`{mf[ 1bM*K+_/P)C.Q_E JuHv"rƆ_-5^&+>ɍѭU\9.S:b4ݖNExcߑ8T' *ʯN6(U8|/"mB(yR*?\ RI 9Di)n_dGMJQe\af-,H\FۯevG^&e5"{(]rJa]!&E2 o[CB V8m+ ڽ$ގ.6uu_#B@[aTg٦/f8 ?VU[ Cwʐ&*3RQm/:al/c6#R6B5D㥾8RzG¢18Ң;\kefp$v^TV$9(N06/n X(ʑWǵY5ۋo[lY61T$dI@!)/)SLL= m+ŬTJyR]K  sacuq|ZF6Re%S*_]bV C>  ri\ZXv*VIBsŲУhB+;Xb4ET7Ubgѿ/*SF%@ʑXWXEO$KWrQ+䑙NuH,FW !1͋;*?:dʗQ% Q'5,kJ(/+Jd 8'Fplh*H]{yL\;W!/oQ|C/_/x-/_Ū&2/k:tr2N@>:td"P YSt:tS }N2m_A+::H":=L2G Wd #S-ȨQ4#@Ѵ4rt"V tmMPCI2mttuhCV SOi _RPm{:l[Szꎓdɓ&FhG5Duu:t?TQ[7P:ЍY:j ·G:2:>LQ$=CFѐG)!)Ӣz$z}_W%Cm"A2ڛRQ@ 4}ӭvA_?;?;?[T|v s[1*pmUWC&釗a)ή]S7TUcyqgQݐ gqn-w7/-KngU2Azrt0:z;3"g`n1i ݐPݩ,Ӓդ בW 7Ft8ŠyqnA\~J OêʧUxTU{-i-;VYdmrkb˕J/Wk W=&(209GB.^-G4VL?TZGbl0 HFjcZsP(pE;zuJcV+0 PzӋs1& ַS|DA֫ ci1OE0e-3Cj7v-0.}]7mss.7̸[/8bqk7l@c@-D S g fbw9S֣h.?@ܾ%@;T,"2\NT`m2f](4\iz3m[>oF7Sوd3NȢB2Z.Lqڴ8^lZG6.ڡК"2@ W=2㧱iݧң>@-fntB< $mB=ۡduv#_ds sI$+"Pl}C`/gCbs'\Ҡ۞ez@op;S(xX]}=GfP3w&zya tX:bfɍ'oCL^2(SKo!jw[4%L^ewtD  he&AbUnQjfNtUUjQ|jf ku-#R,Sv_=Uc?3gTS>⹽S=?Tߨ8l?8{> *~oT~xrPQWRoGi/?!;kfz> N@&x_NcLn-@ڏf`~2AuvW )e2~x]}ٱ̑}( Q. ,U`U*hVf 8Q/w*%gmG0XMmx&@>a& Ucx Pœ@kl;2B)Uoxퟹb1}Ǖ~M&<]bYC@ e}QmS=7> Rk2gwc) ~R(/TK; QrgۿDcjQtzg|;nx*^}1"J,WPv74o2V[Yܼ[M^0`2W3|,u.}E՝>:=D7*.Q(p _H.oJO+>ܴpJYh\ QWgbD+%A\a|3˨ o!.]a)R̖ѻe0!.8bW Yd`AŶZlޢo߾'EL.X q]iQp,'N%ʦw$_ ~i.-YӝLGG?K4|LJIJc&C~%|ǩj ˇ s8k~[pلj\؉& af'c`,uqZX2N o2]?hO̾Pv^ Umܕy%cQ(\>>!oaWt/)R`C`QxQ3F^G!N'%"u^}:GF~CLi* G,Fo@g񾌧BG^A~_D32姚k14Yُ 9ݗ?sО?!ң}#Tcԉgt%vȑW^Et\K%$XD"h9Dq8=K% tR&GcK@5F:XP:. 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